viernes, 23 de marzo de 2018

M E S D E S A N J O S É Día 26




ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh, Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así sea.


CATECISMO DE SAN JOSÉ

27. Hablemos de la muerte de san José y de las principales circunstancias que la acompañaron.

Si la muerte de los Santos es preciosa delante de Dios, ¿cómo debió ser la del santo Patriarca José?
El venerable anciano murió como había vivido, es decir, en el más eminente grado de virtudes y de méritos. Cuando llegó el momento de exhalar el último suspiro, nos dice san Bernardino de Sena, la divina Virgen se dirigió a Jesús: hijo mío, ved que José va a morir, y lloró la santísima Virgen. Jesús se puso al pie de la cama de José, que tenía continuamente los ojos fijos en él. Le faltaban las fuerzas para hablar, más exhalaba aun entrecortados suspiros. Jesús le cogió la mano y le dijo: Padre muy amado, dejad este valle de miseria; id y llevad a vuestros padres está feliz nueva, decidles, que dentro de poco yo bajaré donde están ellos, para conducirles al celeste reino.
Habiendo llegado la hora, José entregó su alma en las manos de los ángeles invisibles, que asistieron a su último combate. Jesús le cerró los ojos y los labios, y volviéndose a María le anunció que su casto esposo había muerto. Entonces el hijo de Dios, recordando los cuidados de José, sus fatigas en la huida a Egipto, sus privaciones en el desierto, se entristeció, e inclinándose sobre su cuerpo inanimado, le abrazó largo tiempo, y mezcló sus lágrimas con las de la divina María. Sus funerales se hicieron según la costumbre de la nación, pero sin esplendor ninguno exterior. Según san Gerónimo y el venerable Beda, el cortejo fúnebre tomó el camino de Jerusalén y se paró en el valle de Josafat, lugar escogido para enterrar el santo cuerpo. Allí se abrió y construyó, según la costumbre, un sepulcro, donde se colocaron los restos despejos del santo Patriarca.


Aquí se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José.

M E M O R A R E

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente.
Así sea.


Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)







M E S D E S A N J O S É Día 25




ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh, Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así sea.


CATECISMO DE SAN JOSÉ

26. ¿Cuál fue el dolor de José por la pérdida de Jesús en Jerusalén?

Había una ley en la antigua alianza que obligaba a todos los judíos a comparecer tres veces al año delante del Señor en su Templo para celebrar las fiestas de Pascua, la de Pentecostés, y la de los Tabernáculos llevando al mismo tiempo una ofrenda.
Pero esta ley no obligaba sino a los hombres las mujeres estaban exceptuadas de ella atendiendo a su debilidad. Luego que Jesús llegó a los doce años sus padres resolvieron llevarle consigo a Jerusalén con motivo de la fiesta de Pascua. Cuando terminó el séptimo día, José y María se pusieron en camino para Nazaret, pero Jesús, en lugar de seguirlos, se quedó en Jerusalén. Hasta la tarde del primer día de viaje no le echaron de menos, le buscaron al instante entre sus parientes y amigos, pero no viéndole, se volvieron a Jerusalén, donde después de tres días de angustia y pesquisas infructuosas le hallaron en el Templo sentado en medio de los doctores a quienes escuchaba y les preguntaba. Pintar cual fue el dolor de José en estas circunstancias, es imposible, porque José tenía a Jesús un amor de padre, superior a toda expresión. Orígenes llega a decir que José y María fueron en esta ocasión tentados hasta con rigor, y que su alma sufrió más que todos los mártires juntos. Pero lo que afligía el corazón de José y de María, según Orígenes afirma, es que en su humildad creían que Jesús los había abandonado como indignos de su presencia, de sus caricias y de su intimidad. ¡Ah! Cuantas veces, exclama un autor piadoso, conjeturar que el santo varón debió reprocharse a sí mismo el poco cuidado que había tenido del celeste depósito. ¿En qué aflicción de espíritu no debió caer? ¿En qué turbación? ¿En qué agitación?







Aquí se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José.

M E M O R A R E

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente.
Así sea.


Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)







M E S D E S A N J O S É Día 24




ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh, Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así sea.


CATECISMO DE SAN JOSÉ


25. ¿Qué nos recuerda la permanencia de San José en Egipto?

La estancia de San José en Egipto, recuerda naturalmente el antiguo Patriarca llamado también José, que fue vendido por sus hermanos y conducido a Egipto, San José experimentó los mismos infortunios, virtudes, beneficios del antiguo José y, desde luego, sus desgracias. El antiguo José, dice San Bernardo, vendido y conducido a Egipto por la envidia de sus hermanos, figura de lejos la venta de Jesucristo y al nuevo José, para evitar el deseo de Herodes, condujo a Cristo a Egipto. El antiguo José, encerrado en la prisión, fue largo tiempo víctima de la más odiosa calumnia, y el nuevo José, desterrado a una tierra desconocida, vivió cerca de siete años víctima de la más injusta persecución. Copia igualmente sus virtudes. El antiguo José, dice San Bernardo, conservó la más sincera fidelidad respecto de su amo, no queriendo acceder a las solicitudes de la mujer de Potifar, y el nuevo José , reconociendo a la Santísima Virgen por su soberana, por la Madre de su Señor, fue siempre casto esposo y fiel depositario de tan santa virginidad. El antiguo José recibió del cielo la inteligencia en los sueños misteriosos, y el nuevo José merece ser confidente y cooperador de los secretos de Dios. Los dos, sometidos a pruebas de la Providencia, no murmuran ni contra la prisión y cansancios, ni contra el destierro y sus penas, y sin rencor a causa de las injusticias, sin disgusto por os malos tratamientos, piden por sus perseguidores y se juzgan dichosos en sufrir: el uno por la inocencia de su corazón y el otro por la inocencia de Jesús. San José copia, en fin, los beneficios del antiguo José; y en efecto, el antiguo José, continúa San Bernardo, conservó el trigo, no para él, sino para todo el pueblo, y el nuevo José recibió en depósito, tanto para sí mimo como para el mundo entero, el pan vivo bajado del cielo, y se fue a Egipto, fue en calidad de guardián fiel para producir en los días de escasez y hambre el trigo de los elegidos y el divino maná. Como el antiguo José fue e bienhechor de Egipto por la virtud del celeste Niño. Fácil es, pues, ver que las relaciones entre los dos José no pueden ser más exactas, pero añadamos también que el cuadro sería más completo si nosotros, cristianos, imitásemos la conducta de los egipcios.
Y en efecto, el Faraón y todo su pueblo, reconociendo que por José se habían salvado del hambre, quiso que José fuese el primero después de él en su reino; imitemos a los Egipcios, reconozcamos que San José nos ha salvado del hambre conservándonos al Divino Niño, este Niño que es alimento de los ángeles, el trigo de los elegidos, y el pan, en fin, que nos da la vida eterna.



Aquí se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José.

M E M O R A R E

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente.
Así sea.


Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)







M E S D E S A N J O S É Día 23






ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh, Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así sea.


CATECISMO DE SAN JOSÉ

24. ¿Porque se refugió José en Egipto?

Herodes engañado por los magos y temiendo que el niño que iban a adorar fuese un día el que le echara de su trono, dio orden de asesinar a todos los niños de menos de dos años que se hallaran en Belén y sus alrededores, creyendo que por estas medidas, el niño que había nacido y que le habían dicho que era el Mesías, seria incluido en el asesinato, y no escaparía a su venganza.
Pero el cielo velaba por su conservación y mientras que Herodes meditaba su cruel designio, un ángel se apareció a José en sueños, y le dijo: “levantaos, tomas el niño y a su madre, huid a Egipto y permaneced allí hasta que se os ordene volver: porque Herodes se dispone a buscar al niño, para hacerle morir.” Y José, añade la escritura santa, se levantó al punto, huyo con el niño y su madre, y se retiró a Egipto. Luego si José huye de su querida patria, y conduce a Jesús y a María a Egipto, es por obedecer las órdenes del cielo: es para evitar que el niño que le ha sido confiado caiga bajo los golpes del furor de Herodes.
El lugar del destierro está muy distante; hay cerca de ciento cuarenta leguas del país natal; el viaje será, por consecuencia, pesado, durará cerca de quince días; no importa, el cielo habla, el niño está en peligro y José obedece. ¡Que fe! ¡Que obediencia!






Aquí se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José.

M E M O R A R E

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente.
Así sea.


Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)









M E S D E S A N J O S É Día 22




ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh, Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así sea.


CATECISMO DE SAN JOSÉ

23. ¿Por qué José y María fueron a Belén en el momento en el que el Mesías iba a venir al mundo?

Se acercaba el momento en que el mesías prometido iba a aparecer, cuando César Augusto, queriendo conocer el número de sus súbditos ordenó que se hiciera un empadronamiento general en todo el imperio. Además, Quirino, prefecto de siria y ministro del emperador, prescribiendo que el padrón se hiciera por familiar en los mismo lugares de su origen, obligó a José y María ir a Belén en el momento en el que el divino niño debía aparecer en el mundo, resultando de aquí dos legítimas consecuencias a saber: que Belén iba a ser, según las profecías, el lugar del nacimiento del Mesías y que su descendencia de David iba a ser constatada legítimamente. José y María, que eran de la línea de David, oriundos de Belén, fueron a esta aldea para obedecer las disposición del edicto; pero sea la afluencia de los viajeros, sea sobre todo, porque el cielo lo quería así, no encontraron donde albergarse; los dos santos esposos viéronse obligados a retirarse a una gruta abandonada, que servía de asilo a los pastores y ganado en los días de tempestad; allí fue, lejos de las miradas de los hombres, en el invierno, a media noche, donde nació el divino Jesús, Hijo de Dios Padre, que por su pasión y muerte debía librar al hombre de la esclavitud del demonio, y ponerle en aptitud de ganar el cielo.






Aquí se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José.

M E M O R A R E

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente.
Así sea.


Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)










M E S D E S A N J O S É Día 21





ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh, Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así sea.


CATECISMO DE SAN JOSÉ


22. ¿Cuál es la opinión respecto de esto de san Francisco de Sales?
La opinión de este santo, es también que José no sospecho de María, sino que mirándola como la esposa del Espíritu Santo, se creyó indigno de vivir con ella, y resolvió separarse, pero oigamos las textuales expresiones de este gran santo: “La humildad de José, dice, fue causa de que quisiera separarse de María cuando la vio encinta;” porque, dice san Bernardo, en sí mismo hizo este razonamiento ¿Qué es esto? Estoy seguro que María es virgen, porque juntos hemos hecho el voto de guardar nuestra pureza y virginidad, a lo que jamás querrá faltar: pero yo veo que está en cinta y que es madre: ¿cómo, pues, se podrá hacer que la maternidad se amalgame con la virginidad, y que la virginidad no impida la maternidad? ¡Oh, Dios! Exclama. María, ¿será acaso la gloriosa Virgen de quien los profetas asegura concebirá y será Madre del Mesías? ¡Oh! Si es así lejos de mí el pensamiento de permanecer a su lado, yo que soy tan indigno más vale que la abandone secretamente y que no continúe en su compañía. “Sentimiento de humildad admirable dice san Francisco de Sales, y que fue causa que san Pedro, trasportado de semejante opinión de humildad, exclamara en la barca en que se encontró con Jesús: “Señor, apartaos de mí, porque soy un hombre pecador.”





Aquí se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José.

M E M O R A R E

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente.
Así sea.


Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)






martes, 13 de marzo de 2018

Novena a San Peregrino - Día IX


ORACIONES INICIALES
Invocación al Espíritu Santo. Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor. Envía vuestro Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y se renovará la faz de la tierra.
Oración. Oh Dios que os habéis dignado instruir los corazones de vuestros fieles con las luces del Espíritu Santo, os pedimos que por este mismo Espíritu sepamos obrar rectamente, y nos alegremos con su celestial consuelo, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Oración preparatoria. Señor mío Jesucristo que deseas que San Peregrino sea invocado como Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras y a quienes prometes curar por su intercesión. Os doy gracias Señor, por vuestra compasión para la humanidad doliente y por concedernos vuestra misericordia por intercesión de vuestro siervo San Peregrino. Concédenos que sus ruegos ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer o de úlceras y os encomiendo en especial (aquí se nombra por quien o quienes se reza en particular esta novena).
Benignamente dígnate Señor escuchar las súplicas de San Peregrino, así como las de Vuestra Santísima Madre, Salud de los enfermos, en favor de aquellos que encomendamos a la compasión y amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Dadles paciencia para sufrir su aflicción y resignación a vuestra divina voluntad. Dadles el consuelo que necesitan, especialmente la curación que tanto anhelan, si es vuestra santa voluntad. Concedednos que todos adoremos e imitemos tus sagrados dolores con verdadero amor para que podarnos merecer un día la recompensa eterna de estar con Vos en la gloria que vives y reinas con el Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
DÍA NOVENA


Oh Dios Todopoderoso, benigno escucha las plegarias que te elevamos en honor de San Peregrino, vuestro amante siervo y patrón de los que padecen de cáncer, para que nosotros, que no podemos confiar en nuestros propios méritos, podamos recibir tu misericordioso auxilio en nuestras necesidades por la intercesión de tu Siervo cuya vida fue tan entregada a Vos. Te pedimos esta gracia por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


Oración a San Peregrino.
Oh San Peregrino, a quien la Santa Madre Iglesia ha declarado Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras, vengo con gran confianza para que me ayudes en la presente enfermedad (se nombra). Mira que afligido en el cuerpo y en el alma ya mi valor comienza a decaer y la impaciencia y la tristeza me oprimen, por eso te ruego intercedas por mí Buen San Peregrino, pídele a Dios me alivie de esta enfermedad si es su Santa Voluntad. Aboga ante la Santísima Virgen de los Dolores, a quien vos amasteis tan tiernamente y en unión de quien sufristeis los dolores del cáncer, para que ella me ayude con su poderosa súplica y dulce consuelo.


Mas, si es la voluntad de Dios que yo sufra esta enfermedad, obtenme valor y fortaleza para aceptar con resignación y paciencia todas estas pruebas de la amorosa mano de Dios. Puedan estos sufrimientos llevarme a una vida mejor y me permitan expían mis pecados y los pecados del mundo.


San Peregrino, ayúdame a imitarte en tu sufrimiento, a unirme a Jesús Crucificado y a su Madre Dolorosa y a ofrecer mis penas y dolores a Dios con todo el amor de mi corazón para su gloria y la salvación de las almas, especialmente de la mía. Amén.
Pater Noster, Ave María y Gloria.





Novena a San Peregrino - Día VIII


ORACIONES INICIALES
Invocación al Espíritu Santo. Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor. Envía vuestro Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y se renovará la faz de la tierra.
Oración. Oh Dios que os habéis dignado instruir los corazones de vuestros fieles con las luces del Espíritu Santo, os pedimos que por este mismo Espíritu sepamos obrar rectamente, y nos alegremos con su celestial consuelo, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Oración preparatoria. Señor mío Jesucristo que deseas que San Peregrino sea invocado como Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras y a quienes prometes curar por su intercesión. Os doy gracias Señor, por vuestra compasión para la humanidad doliente y por concedernos vuestra misericordia por intercesión de vuestro siervo San Peregrino. Concédenos que sus ruegos ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer o de úlceras y os encomiendo en especial (aquí se nombra por quien o quienes se reza en particular esta novena).
Benignamente dígnate Señor escuchar las súplicas de San Peregrino, así como las de Vuestra Santísima Madre, Salud de los enfermos, en favor de aquellos que encomendamos a la compasión y amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Dadles paciencia para sufrir su aflicción y resignación a vuestra divina voluntad. Dadles el consuelo que necesitan, especialmente la curación que tanto anhelan, si es vuestra santa voluntad. Concedednos que todos adoremos e imitemos tus sagrados dolores con verdadero amor para que podarnos merecer un día la recompensa eterna de estar con Vos en la gloria que vives y reinas con el Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
DÍA OCTAVO


Oh Dios que diste a San Peregrino un ángel por compañero, a María Santísima por Maestra y a Jesús por médico de su terrible enfermedad, otórganos, te lo pedimos, por los méritos de San Peregrino, que amemos ardientemente aquí en la tierra a nuestro ángel custodio, a nuestra Madre Inmaculada y a nuestro Divino Salvador para en el Cielo bendecirlos por toda la eternidad. Te lo suplicamos por los méritos de Jesucristo Señor nuestro. Amén.
Oración a San Peregrino.
Oh San Peregrino, a quien la Santa Madre Iglesia ha declarado Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras, vengo con gran confianza para que me ayudes en la presente enfermedad (se nombra). Mira que afligido en el cuerpo y en el alma ya mi valor comienza a decaer y la impaciencia y la tristeza me oprimen, por eso te ruego intercedas por mí Buen San Peregrino, pídele a Dios me alivie de esta enfermedad si es su Santa Voluntad. Aboga ante la Santísima Virgen de los Dolores, a quien vos amasteis tan tiernamente y en unión de quien sufristeis los dolores del cáncer, para que ella me ayude con su poderosa súplica y dulce consuelo.


Mas, si es la voluntad de Dios que yo sufra esta enfermedad, obtenme valor y fortaleza para aceptar con resignación y paciencia todas estas pruebas de la amorosa mano de Dios. Puedan estos sufrimientos llevarme a una vida mejor y me permitan expían mis pecados y los pecados del mundo.


San Peregrino, ayúdame a imitarte en tu sufrimiento, a unirme a Jesús Crucificado y a su Madre Dolorosa y a ofrecer mis penas y dolores a Dios con todo el amor de mi corazón para su gloria y la salvación de las almas, especialmente de la mía. Amén.
Pater Noster, Ave María y Gloria.





Novena a San Peregrino - Día VII


ORACIONES INICIALES
Invocación al Espíritu Santo. Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor. Envía vuestro Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y se renovará la faz de la tierra.
Oración. Oh Dios que os habéis dignado instruir los corazones de vuestros fieles con las luces del Espíritu Santo, os pedimos que por este mismo Espíritu sepamos obrar rectamente, y nos alegremos con su celestial consuelo, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Oración preparatoria. Señor mío Jesucristo que deseas que San Peregrino sea invocado como Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras y a quienes prometes curar por su intercesión. Os doy gracias Señor, por vuestra compasión para la humanidad doliente y por concedernos vuestra misericordia por intercesión de vuestro siervo San Peregrino. Concédenos que sus ruegos ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer o de úlceras y os encomiendo en especial (aquí se nombra por quien o quienes se reza en particular esta novena).
Benignamente dígnate Señor escuchar las súplicas de San Peregrino, así como las de Vuestra Santísima Madre, Salud de los enfermos, en favor de aquellos que encomendamos a la compasión y amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Dadles paciencia para sufrir su aflicción y resignación a vuestra divina voluntad. Dadles el consuelo que necesitan, especialmente la curación que tanto anhelan, si es vuestra santa voluntad. Concedednos que todos adoremos e imitemos tus sagrados dolores con verdadero amor para que podarnos merecer un día la recompensa eterna de estar con Vos en la gloria que vives y reinas con el Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
DÍA SEPTIMO


Oh bendito apóstol San Peregrino, lleno de celo por la conversión de los pecadores e incansable predicador de la palabra divina, vos que llevasteis tantas almas al camino de la penitencia promoviendo la gloria y honor de Dios en todo el mundo y que el Señor se dignó confirmar con estupendos milagros. Obtenme, te lo suplico, que no contento con trabajar para mi propia salvación, pueda también hacerlo para la santificación de otras almas por medio del buen ejemplo, constante oración, buenos consejos y apostolado incansable. Qué feliz fuera si yo pudiera extender la gloria de Dios en la tierra y así tener mi parte con vos y todos los santos en la eterna gloria. Amén.
Oración a San Peregrino.
Oh San Peregrino, a quien la Santa Madre Iglesia ha declarado Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras, vengo con gran confianza para que me ayudes en la presente enfermedad (se nombra). Mira que afligido en el cuerpo y en el alma ya mi valor comienza a decaer y la impaciencia y la tristeza me oprimen, por eso te ruego intercedas por mí Buen San Peregrino, pídele a Dios me alivie de esta enfermedad si es su Santa Voluntad. Aboga ante la Santísima Virgen de los Dolores, a quien vos amasteis tan tiernamente y en unión de quien sufristeis los dolores del cáncer, para que ella me ayude con su poderosa súplica y dulce consuelo.


Mas, si es la voluntad de Dios que yo sufra esta enfermedad, obtenme valor y fortaleza para aceptar con resignación y paciencia todas estas pruebas de la amorosa mano de Dios. Puedan estos sufrimientos llevarme a una vida mejor y me permitan expían mis pecados y los pecados del mundo.


San Peregrino, ayúdame a imitarte en tu sufrimiento, a unirme a Jesús Crucificado y a su Madre Dolorosa y a ofrecer mis penas y dolores a Dios con todo el amor de mi corazón para su gloria y la salvación de las almas, especialmente de la mía. Amén.
Pater Noster, Ave María y Gloria.






Novena a San Peregrino - Día VI


ORACIONES INICIALES
Invocación al Espíritu Santo. Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor. Envía vuestro Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y se renovará la faz de la tierra.
Oración. Oh Dios que os habéis dignado instruir los corazones de vuestros fieles con las luces del Espíritu Santo, os pedimos que por este mismo Espíritu sepamos obrar rectamente, y nos alegremos con su celestial consuelo, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Oración preparatoria. Señor mío Jesucristo que deseas que San Peregrino sea invocado como Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras y a quienes prometes curar por su intercesión. Os doy gracias Señor, por vuestra compasión para la humanidad doliente y por concedernos vuestra misericordia por intercesión de vuestro siervo San Peregrino. Concédenos que sus ruegos ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer o de úlceras y os encomiendo en especial (aquí se nombra por quien o quienes se reza en particular esta novena).
Benignamente dígnate Señor escuchar las súplicas de San Peregrino, así como las de Vuestra Santísima Madre, Salud de los enfermos, en favor de aquellos que encomendamos a la compasión y amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Dadles paciencia para sufrir su aflicción y resignación a vuestra divina voluntad. Dadles el consuelo que necesitan, especialmente la curación que tanto anhelan, si es vuestra santa voluntad. Concedednos que todos adoremos e imitemos tus sagrados dolores con verdadero amor para que podarnos merecer un día la recompensa eterna de estar con Vos en la gloria que vives y reinas con el Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
DÍA SEXTO


¡Oh San Peregrino! cuya paciencia fue tan admirable que sufriste, sin murmurar jamás, las contradicciones e insultos de los hombres, y no contento con tus rigurosas penitencias, pedíais al Señor mayores sufrimientos que soportaste en silencio: el agudo dolor de una úlcera incurable dada por Dios como respuesta a tus muchas oraciones y peticiones por sufrimientos. ¡Cuán amorosamente nuestro Creador recompensó tu fe y largos sufrimientos, cuando en milagro, como jamás se había oído, el curó esa cruel úlcera tocándola con su divina mano! Otórgamelo te lo suplico, que yo también practique la paciencia y mortifique mis sentidos como expiación por mis pecados y así pueda participar de aquellos consuelos que vos ya gozáis en el paraíso eterno. Amén.
Oración a San Peregrino.
Oh San Peregrino, a quien la Santa Madre Iglesia ha declarado Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras, vengo con gran confianza para que me ayudes en la presente enfermedad (se nombra). Mira que afligido en el cuerpo y en el alma ya mi valor comienza a decaer y la impaciencia y la tristeza me oprimen, por eso te ruego intercedas por mí Buen San Peregrino, pídele a Dios me alivie de esta enfermedad si es su Santa Voluntad. Aboga ante la Santísima Virgen de los Dolores, a quien vos amasteis tan tiernamente y en unión de quien sufristeis los dolores del cáncer, para que ella me ayude con su poderosa súplica y dulce consuelo.


Mas, si es la voluntad de Dios que yo sufra esta enfermedad, obtenme valor y fortaleza para aceptar con resignación y paciencia todas estas pruebas de la amorosa mano de Dios. Puedan estos sufrimientos llevarme a una vida mejor y me permitan expían mis pecados y los pecados del mundo.


San Peregrino, ayúdame a imitarte en tu sufrimiento, a unirme a Jesús Crucificado y a su Madre Dolorosa y a ofrecer mis penas y dolores a Dios con todo el amor de mi corazón para su gloria y la salvación de las almas, especialmente de la mía. Amén.
Pater Noster, Ave María y Gloria.





Novena a San Peregrino - Día V


ORACIONES INICIALES
Invocación al Espíritu Santo. Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor. Envía vuestro Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y se renovará la faz de la tierra.
Oración. Oh Dios que os habéis dignado instruir los corazones de vuestros fieles con las luces del Espíritu Santo, os pedimos que por este mismo Espíritu sepamos obrar rectamente, y nos alegremos con su celestial consuelo, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Oración preparatoria. Señor mío Jesucristo que deseas que San Peregrino sea invocado como Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras y a quienes prometes curar por su intercesión. Os doy gracias Señor, por vuestra compasión para la humanidad doliente y por concedernos vuestra misericordia por intercesión de vuestro siervo San Peregrino. Concédenos que sus ruegos ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer o de úlceras y os encomiendo en especial (aquí se nombra por quien o quienes se reza en particular esta novena).
Benignamente dígnate Señor escuchar las súplicas de San Peregrino, así como las de Vuestra Santísima Madre, Salud de los enfermos, en favor de aquellos que encomendamos a la compasión y amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Dadles paciencia para sufrir su aflicción y resignación a vuestra divina voluntad. Dadles el consuelo que necesitan, especialmente la curación que tanto anhelan, si es vuestra santa voluntad. Concedednos que todos adoremos e imitemos tus sagrados dolores con verdadero amor para que podarnos merecer un día la recompensa eterna de estar con Vos en la gloria que vives y reinas con el Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
DÍA QUINTO


Humilde San Peregrino, grande en verdad fueron tus méritos cumpliendo rigurosamente los más serviles deberes para con tus hermanos. No habríais llegado a la dignidad sacerdotal si no hubierais tenido que cumplir, por el voto de obediencia, la orden de tus superiores. Obtenme, te lo suplico, verdadera humildad de corazón para que libre de los honores y placeres del mundo, mi vida pueda esconderse con Cristo en Dios y sea así digna de su gracia y gloria en el Cielo. Amén.
Oración a San Peregrino.
Oh San Peregrino, a quien la Santa Madre Iglesia ha declarado Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras, vengo con gran confianza para que me ayudes en la presente enfermedad (se nombra). Mira que afligido en el cuerpo y en el alma ya mi valor comienza a decaer y la impaciencia y la tristeza me oprimen, por eso te ruego intercedas por mí Buen San Peregrino, pídele a Dios me alivie de esta enfermedad si es su Santa Voluntad. Aboga ante la Santísima Virgen de los Dolores, a quien vos amasteis tan tiernamente y en unión de quien sufristeis los dolores del cáncer, para que ella me ayude con su poderosa súplica y dulce consuelo.


Mas, si es la voluntad de Dios que yo sufra esta enfermedad, obtenme valor y fortaleza para aceptar con resignación y paciencia todas estas pruebas de la amorosa mano de Dios. Puedan estos sufrimientos llevarme a una vida mejor y me permitan expían mis pecados y los pecados del mundo.


San Peregrino, ayúdame a imitarte en tu sufrimiento, a unirme a Jesús Crucificado y a su Madre Dolorosa y a ofrecer mis penas y dolores a Dios con todo el amor de mi corazón para su gloria y la salvación de las almas, especialmente de la mía. Amén.
Pater Noster, Ave María y Gloria.





Novena a San Peregrino - Día IV


ORACIONES INICIALES
Invocación al Espíritu Santo. Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor. Envía vuestro Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y se renovará la faz de la tierra.
Oración. Oh Dios que os habéis dignado instruir los corazones de vuestros fieles con las luces del Espíritu Santo, os pedimos que por este mismo Espíritu sepamos obrar rectamente, y nos alegremos con su celestial consuelo, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Oración preparatoria. Señor mío Jesucristo que deseas que San Peregrino sea invocado como Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras y a quienes prometes curar por su intercesión. Os doy gracias Señor, por vuestra compasión para la humanidad doliente y por concedernos vuestra misericordia por intercesión de vuestro siervo San Peregrino. Concédenos que sus ruegos ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer o de úlceras y os encomiendo en especial (aquí se nombra por quien o quienes se reza en particular esta novena).
Benignamente dígnate Señor escuchar las súplicas de San Peregrino, así como las de Vuestra Santísima Madre, Salud de los enfermos, en favor de aquellos que encomendamos a la compasión y amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Dadles paciencia para sufrir su aflicción y resignación a vuestra divina voluntad. Dadles el consuelo que necesitan, especialmente la curación que tanto anhelan, si es vuestra santa voluntad. Concedednos que todos adoremos e imitemos tus sagrados dolores con verdadero amor para que podarnos merecer un día la recompensa eterna de estar con Vos en la gloria que vives y reinas con el Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
DÍA CUARTO


¡Oh San Peregrino! fiel Siervo de María, cuán generosamente perseveraste en el verdadero camino de la virtud y de la santidad. Constante en la oración, rígido en el ayuno y abstinencia, austero para domeñar tu cuerpo, fuiste para tus hermanos ejemplo viviente de penitencia. Arrepentido una vez por todas de los pecados de tu juventud, aborreciste el pecado mereciendo vivir siempre puro hasta el fin de tus días en la tierra. Pueda yo imitarte, ¡oh glorioso santo! y sinceramente arrepentido de mis graves pecados, obtenme por tu intercesión, de mi Dios misericordia y perdón y la gracia de no perecer al imperio de mis bajas pasiones; que, constante en mis resoluciones, sirva siempre a mi Dios para continuar fiel hasta la muerte y merecer la corona de la vida eterna. Amén.
Oración a San Peregrino.
Oh San Peregrino, a quien la Santa Madre Iglesia ha declarado Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras, vengo con gran confianza para que me ayudes en la presente enfermedad (se nombra). Mira que afligido en el cuerpo y en el alma ya mi valor comienza a decaer y la impaciencia y la tristeza me oprimen, por eso te ruego intercedas por mí Buen San Peregrino, pídele a Dios me alivie de esta enfermedad si es su Santa Voluntad. Aboga ante la Santísima Virgen de los Dolores, a quien vos amasteis tan tiernamente y en unión de quien sufristeis los dolores del cáncer, para que ella me ayude con su poderosa súplica y dulce consuelo.


Mas, si es la voluntad de Dios que yo sufra esta enfermedad, obtenme valor y fortaleza para aceptar con resignación y paciencia todas estas pruebas de la amorosa mano de Dios. Puedan estos sufrimientos llevarme a una vida mejor y me permitan expían mis pecados y los pecados del mundo.


San Peregrino, ayúdame a imitarte en tu sufrimiento, a unirme a Jesús Crucificado y a su Madre Dolorosa y a ofrecer mis penas y dolores a Dios con todo el amor de mi corazón para su gloria y la salvación de las almas, especialmente de la mía. Amén.
Pater Noster, Ave María y Gloria.





Novena a San Peregrino - Día III


ORACIONES INICIALES
Invocación al Espíritu Santo. Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor. Envía vuestro Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y se renovará la faz de la tierra.
Oración. Oh Dios que os habéis dignado instruir los corazones de vuestros fieles con las luces del Espíritu Santo, os pedimos que por este mismo Espíritu sepamos obrar rectamente, y nos alegremos con su celestial consuelo, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Oración preparatoria. Señor mío Jesucristo que deseas que San Peregrino sea invocado como Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras y a quienes prometes curar por su intercesión. Os doy gracias Señor, por vuestra compasión para la humanidad doliente y por concedernos vuestra misericordia por intercesión de vuestro siervo San Peregrino. Concédenos que sus ruegos ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer o de úlceras y os encomiendo en especial (aquí se nombra por quien o quienes se reza en particular esta novena).
Benignamente dígnate Señor escuchar las súplicas de San Peregrino, así como las de Vuestra Santísima Madre, Salud de los enfermos, en favor de aquellos que encomendamos a la compasión y amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Dadles paciencia para sufrir su aflicción y resignación a vuestra divina voluntad. Dadles el consuelo que necesitan, especialmente la curación que tanto anhelan, si es vuestra santa voluntad. Concedednos que todos adoremos e imitemos tus sagrados dolores con verdadero amor para que podarnos merecer un día la recompensa eterna de estar con Vos en la gloria que vives y reinas con el Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
DÍA TERCERO


Que acepto al cielo, ¡oh glorioso San Peregrino! fue el sacrificio que hicisteis de vuestra alma y cuerpo a Dios, abrazando la pobreza evangélica en la vida religiosa, renunciando vuestra propia voluntad y los placeres sensibles. Dios se dignó demostraros cuán aceptado había sido este renunciamiento vuestro cuando recibiendo la sagrada librea de Siervo de María milagrosamente se vio sobre vuestra cabeza una bola de fuego, emblema de eminente santidad con que brillaríais en la Iglesia de Jesucristo. Obtenme, os lo ruego, ¡oh gran santo! participar de este santo fuego, que consuma en mí todo afecto terrenal para que yo pueda desear y buscar sólo el amor de mi Dios. Amén.
Oración a San Peregrino.
Oh San Peregrino, a quien la Santa Madre Iglesia ha declarado Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras, vengo con gran confianza para que me ayudes en la presente enfermedad (se nombra). Mira que afligido en el cuerpo y en el alma ya mi valor comienza a decaer y la impaciencia y la tristeza me oprimen, por eso te ruego intercedas por mí Buen San Peregrino, pídele a Dios me alivie de esta enfermedad si es su Santa Voluntad. Aboga ante la Santísima Virgen de los Dolores, a quien vos amasteis tan tiernamente y en unión de quien sufristeis los dolores del cáncer, para que ella me ayude con su poderosa súplica y dulce consuelo.


Mas, si es la voluntad de Dios que yo sufra esta enfermedad, obtenme valor y fortaleza para aceptar con resignación y paciencia todas estas pruebas de la amorosa mano de Dios. Puedan estos sufrimientos llevarme a una vida mejor y me permitan expían mis pecados y los pecados del mundo.


San Peregrino, ayúdame a imitarte en tu sufrimiento, a unirme a Jesús Crucificado y a su Madre Dolorosa y a ofrecer mis penas y dolores a Dios con todo el amor de mi corazón para su gloria y la salvación de las almas, especialmente de la mía. Amén.
Pater Noster, Ave María y Gloria.




Novena a San Peregrino - Día II

ORACIONES INICIALES

Invocación al Espíritu Santo. Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor. Envía vuestro Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y se renovará la faz de la tierra.

Oración. Oh Dios que os habéis dignado instruir los corazones de vuestros fieles con las luces del Espíritu Santo, os pedimos que por este mismo Espíritu sepamos obrar rectamente, y nos alegremos con su celestial consuelo, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.

Oración preparatoria. Señor mío Jesucristo que deseas que San Peregrino sea invocado como Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras y a quienes prometes curar por su intercesión. Os doy gracias Señor, por vuestra compasión para la humanidad doliente y por concedernos vuestra misericordia por intercesión de vuestro siervo San Peregrino. Concédenos que sus ruegos ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer o de úlceras y os encomiendo en especial (aquí se nombra por quien o quienes se reza en particular esta novena).
Benignamente dígnate Señor escuchar las súplicas de San Peregrino, así como las de Vuestra Santísima Madre, Salud de los enfermos, en favor de aquellos que encomendamos a la compasión y amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Dadles paciencia para sufrir su aflicción y resignación a vuestra divina voluntad. Dadles el consuelo que necesitan, especialmente la curación que tanto anhelan, si es vuestra santa voluntad. Concedednos que todos adoremos e imitemos tus sagrados dolores con verdadero amor para que podarnos merecer un día la recompensa eterna de estar con Vos en la gloria que vives y reinas con el Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.

DÍA SEGUNDO

Oh venturoso San Peregrino que por vuestra prontitud y fervor en responder el divino llamamiento mereciste recibir un ángel como guía en vuestro camino a Siena cuando ibais a rogar ser admitido entre los Siervos de María; obtenme, te lo suplico, que yo sea asistido por mi buen ángel en todos mis trabajos y sea iluminado, guiado y dirigido por él en mi camino a la vida eterna. Amén.
Oración a San Peregrino.
Oh San Peregrino, a quien la Santa Madre Iglesia ha declarado Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras, vengo con gran confianza para que me ayudes en la presente enfermedad (se nombra). Mira que afligido en el cuerpo y en el alma ya mi valor comienza a decaer y la impaciencia y la tristeza me oprimen, por eso te ruego intercedas por mí Buen San Peregrino, pídele a Dios me alivie de esta enfermedad si es su Santa Voluntad. Aboga ante la Santísima Virgen de los Dolores, a quien vos amasteis tan tiernamente y en unión de quien sufristeis los dolores del cáncer, para que ella me ayude con su poderosa súplica y dulce consuelo.

Mas, si es la voluntad de Dios que yo sufra esta enfermedad, obtenme valor y fortaleza para aceptar con resignación y paciencia todas estas pruebas de la amorosa mano de Dios. Puedan estos sufrimientos llevarme a una vida mejor y me permitan expían mis pecados y los pecados del mundo.

San Peregrino, ayúdame a imitarte en tu sufrimiento, a unirme a Jesús Crucificado y a su Madre Dolorosa y a ofrecer mis penas y dolores a Dios con todo el amor de mi corazón para su gloria y la salvación de las almas, especialmente de la mía. Amén.

Pater Noster, Ave María y Gloria.




Novena a San Peregrino - Día I



ORACIONES INICIALES
Invocación al Espíritu Santo. Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor. Envía vuestro Espíritu y serán creadas todas las cosas. Y se renovará la faz de la tierra.
Oración. Oh Dios que os habéis dignado instruir los corazones de vuestros fieles con las luces del Espíritu Santo, os pedimos que por este mismo Espíritu sepamos obrar rectamente, y nos alegremos con su celestial consuelo, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Oración preparatoria. Señor mío Jesucristo que deseas que San Peregrino sea invocado como Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras y a quienes prometes curar por su intercesión. Os doy gracias Señor, por vuestra compasión para la humanidad doliente y por concedernos vuestra misericordia por intercesión de vuestro siervo San Peregrino. Concédenos que sus ruegos ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer o de úlceras y os encomiendo en especial (aquí se nombra por quien o quienes se reza en particular esta novena).
Benignamente dígnate Señor escuchar las súplicas de San Peregrino, así como las de Vuestra Santísima Madre, Salud de los enfermos, en favor de aquellos que encomendamos a la compasión y amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Dadles paciencia para sufrir su aflicción y resignación a vuestra divina voluntad. Dadles el consuelo que necesitan, especialmente la curación que tanto anhelan, si es vuestra santa voluntad. Concedednos que todos adoremos e imitemos tus sagrados dolores con verdadero amor para que podarnos merecer un día la recompensa eterna de estar con Vos en la gloria que vives y reinas con el Padre en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
DÍA PRIMERO


Oh glorioso San Peregrino, perfecto modelo de virtud, tú que tan prontamente respondiste al divino llamamiento dejando honores, comodidades y riquezas de este mundo, cuando postrado ante una imagen de María Santísima en la Catedral de Forlí implorabas su poderosa intercesión y fuiste llamado por Ella para que fueras su Siervo, obtenme, te lo suplico, que corresponda prontamente a todas las inspiraciones divinas, que desprendido de todos los bienes y placeres de este mundo, esté siempre listo a cumplir su divina voluntad. Amén.


Oración a San Peregrino. Oh San Peregrino, a quien la Santa Madre Iglesia ha declarado Patrón de aquellos que sufren de cáncer y úlceras, vengo con gran confianza para que me ayudes en la presente enfermedad (se nombra). Mira que afligido en el cuerpo y en el alma ya mi valor comienza a decaer y la impaciencia y la tristeza me oprimen, por eso te ruego intercedas por mí Buen San Peregrino, pídele a Dios me alivie de esta enfermedad si es su Santa Voluntad. Aboga ante la Santísima Virgen de los Dolores, a quien vos amasteis tan tiernamente y en unión de quien sufristeis los dolores del cáncer, para que ella me ayude con su poderosa súplica y dulce consuelo.


Mas, si es la voluntad de Dios que yo sufra esta enfermedad, obtenme valor y fortaleza para aceptar con resignación y paciencia todas estas pruebas de la amorosa mano de Dios. Puedan estos sufrimientos llevarme a una vida mejor y me permitan expían mis pecados y los pecados del mundo.


San Peregrino, ayúdame a imitarte en tu sufrimiento, a unirme a Jesús Crucificado y a su Madre Dolorosa y a ofrecer mis penas y dolores a Dios con todo el amor de mi corazón para su gloria y la salvación de las almas, especialmente de la mía. Amén.
Pater Noster, Ave María y Gloria.