miércoles, 30 de diciembre de 2015

SIGNOS Y SIMBOLOS EN EL ARTE CRISTIANO - CARNERO

Como el carnero es el jefe del rebaño, a veces fué usado para simbolizar a Cristo. Y también, así como el carnero lucha con el lobo y lo vence, Cristo lucha con Satán y lo derrota. El carnero que Dios puso en un zarzal para que Abraham lo sacrificara en remplazo de su hijo Isaac representa a Cristo coronado de espinas y sacrificado por la humanidad. En sentido general, el carnero es símbolo de fuerza.
GEORGE FERGUSON













SIGNOS Y SIMBOLOS EN EL ARTE CRISTIANO - CENTAURO

Esta fabulosa criatura tenía cuerpo de caballo y cabeza y busto de hombre. El arte cristiano ha utilizado su figura para simbolizar las pasiones y los excesos, y especialmente el pecado de adulterio. También para representar la fuerza bruta y la venganza, para simbolizar a los herejes y para mostrar al hombre dividido entre el bien y el mal. A veces se pintaba al centauro con un arco y flechas, figurando los violentos ataques de los malvados de la vida de San Antonio Abad porque, de acuerdo con la leyenda, este animal señaló al santo el camino para encontrarse en el desierto con Pablo el Ermitaño.
GEORGE FERGUSON













TRIDUO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD - DÍA TRES




DÍA TERCERO


Antífona. Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre. 
(T. P. Aleluya).


1. Todo el que quiera salvarse, es preciso ante todo que profese la fe católica:
2. Pues quien no la observe integra y sin tacha, sin duda alguna perecerá eternamente.
3. Y ésta es la fe católica: que veneremos a un solo Dios en la Trinidad santísima y a la Trinidad en la unidad.

4. Sin confundir las personas, ni separar la sustancia.

5. Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo.

6. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola divinidad, les corresponde igual gloria y majestad eterna.

7. Cual es el Padre, tal es el Hijo, tal el Espíritu Santo.
8. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
9. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo.
10. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo.
11. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno.

12. De la misma manera, no tres increados, ni tres inmensos, sino un increado y un inmenso.
13. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo.
14. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino un omnipotente.
15. Del mismo modo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.

16. Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios.
17. Así, el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo es Señor.

18. Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.
19. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a creer que cada persona es Dios y Señor, la religión católica nos prohíbe que hablemos de tres Dioses o Señores.

20. El Padre no ha sido hecho por nadie, ni creado, ni engendrado.
21. El Hijo procede solamente del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado.
22. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente.

23. Por tanto hay un solo Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.

24. Y en esta Trinidad nada hay anterior o posterior, nada mayor o menor: pues las tres personas son coeternas e iguales entre sí.
25. De tal manera que, como ya se ha dicho antes, hemos de venerar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad.
26. Por tanto, quien quiera salvarse, es necesario que crea estas cosas sobre la Trinidad.
27. Pero para alcanzar la salvación etema es preciso también creer firmemente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
28. La fe verdadera consiste en que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre.

29. Es Dios, engendrado de la misma sustancia que el Padre, antes del tiempo; y hombre, engendrado de la sustancia de su Madre santísima en el tiempo.

30. Perfecto Dios y perfecto hombre: que subsiste con alma racional y carne humana.
31. Es igual al Padre según la divinidad; menor que el Padre según la humanidad.
32. El cual, aunque es Dios y hombre, no son dos Cristos, sino un solo Cristo.

33. Uno, no por conversión de la divinidad en cuerpo, sino por asunción de la humanidad en Dios.
34. Uno absolutamente, no por confusión de sustancia, sino en la unidad de la persona.
35. Pues como el alma racional y el cuerpo forman un hombre; así, Cristo es uno, siendo Dios y hombre.

36. Que padeció por nuestra salvación: descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos.
37. Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso: desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

38. Y cuando venga, todos los hombres resucitarán con sus cuerpos, y cada uno rendirá cuentas de sus propios hechos.
39. Y los que hicieron el bien gozarán de vida eterna, pero los que hicieron el mal irán al fuego eterno.
40. Esta es la fe católica, y quien no la crea fiel y firmemente no se podrá salvar.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona. Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre.
(T. P. Aleluya).
V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.

Los sacerdotes añaden:
V. El Señor sea con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oración: Oh Dios todopoderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo. Dios, por todos los siglos de os siglos.
R. Amén.



Antíphona. Glória tibi, Trínitas æquális, una Déitas, et ante ómnia sæcula, et nunc, et in perpétuum. (T. P. Allelúia).
1. Quicúmque vult salvus esse, ante ómnia opus est, ut téneat cathólicam fidem:
2. Quam nisi quisque integram inviolatamque servaverit, absque dúbio in ætérnum períbit.
3. Fides autem cathólica hcec est: ut unum Deum in Trinitáte, et Trinitátem in unitáte venerémur.

4. Neque confundéntes persónas, neque substántiam separántes.

5. Alia est enim persóna Patris, ália Fílii, ália Spíritus Sancti.

6. Sed Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti una est divínitas, æquális glória, coætérna maiéstas.

7. Qualis Pater, talis Fílius, talis Spíritus Sanctus.
8. Increátus Pater, increátus Fílius, increátus Spíritus Sanctus.
9. Imménsus Pater, imménsus Fílius, imménsus Spíritus Sanctus.
10. Ætérnus Pater, ætérnus Fílius, ætérnus Spíritus Sanctus.
11. Et tamen non tres ætérni, sed unus ætérnus.

12. Sicut non tres increáti, nec tres imménsi, sed unus increátus et unus imménsus.
13. Simíliter omnípotens Pater, omnípotens Fílius, omnípotens Spíritus Sanctus.
14. Et tamen non tres omnipoténtes, sed unus omnípotens.
l 5. Ita Deus Pater, Deus Fílius, Deus Spíritus Sanctus.

16. Et tamen non tres Dii, sed unus est Deus.
17. Ita Dóminus Pater, Dóminus Fílius, Dóminus Spíritus Sanctus.

18. Et tamen non tres Dómini: sed unus est Dóminus.
19. Quia, sicut singillatim unamquamque persónam Deum ac Dóminum confitéri christiána veritáte compéllimur: ita tres Deos aut Dóminos dícere cathólica religióne prohibémur.
20. Pater a nullo est factus: nec creátus, nec génitus.
21. Fílius a Patre solo est: non factus, nec creátus, sed génitus.

22. Spíritus Sanctus a Patre et Fílio: non factus, nec creátus, nec génitus, sed procédens.

23. Unus ergo Pater, non tres Patres: unus Fílius, non tres Fílii: unus Spíritus Sanctus, non tres Spíritus Sancti.

24. Et in hac Trinitáte nihil prius aut postérius, nihil maius aut minus: sed totæ tres persónæ coætérnæ sibi sunt et coæquáles.
25. Ita ut per ómnia, sicut iam supra dictum est, et únitas in Trinitáte, et Trínitas in unitáte veneránda sit.
26. Qui vult ergo salvus esse, ita de Trinitáte séntiat.

27. Sed necessárium est ad Ætérnam salútem, ut Incarnatiónem quoque Dómini nostri Iesu Christi fidéliter credat.
28. Est ergo fides recta ut credámus et confiteámur quia Dóminus noster Iesus Christus, Dei Fílius, Deus et homo est.


OREMUS
Omnípotens sempitérne Deus, qui dedísti fámulis tuis, in confessióne veræ fídei, ætérnæ Trinitátis glóriam agnóscere, et in poténtia maiestátis adoráre unitátem: quǽsumus; ut, eiúsdem fídei firmitáte, ab ómnibus semper muniámur advérsis. Per Dóminum nostrum Iesum Christum Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.

R. Amén.
















TRIDUO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD - DÍA DOS



DÍA SEGUNDO


Antífona. Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre. 
(T. P. Aleluya).


1. Todo el que quiera salvarse, es preciso ante todo que profese la fe católica:
2. Pues quien no la observe integra y sin tacha, sin duda alguna perecerá eternamente.
3. Y ésta es la fe católica: que veneremos a un solo Dios en la Trinidad santísima y a la Trinidad en la unidad.

4. Sin confundir las personas, ni separar la sustancia.

5. Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo.

6. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola divinidad, les corresponde igual gloria y majestad eterna.

7. Cual es el Padre, tal es el Hijo, tal el Espíritu Santo.
8. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
9. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo.
10. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo.
11. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno.

12. De la misma manera, no tres increados, ni tres inmensos, sino un increado y un inmenso.
13. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo.
14. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino un omnipotente.
15. Del mismo modo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.

16. Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios.
17. Así, el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo es Señor.

18. Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.
19. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a creer que cada persona es Dios y Señor, la religión católica nos prohíbe que hablemos de tres Dioses o Señores.

20. El Padre no ha sido hecho por nadie, ni creado, ni engendrado.
21. El Hijo procede solamente del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado.
22. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente.

23. Por tanto hay un solo Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.

24. Y en esta Trinidad nada hay anterior o posterior, nada mayor o menor: pues las tres personas son coeternas e iguales entre sí.
25. De tal manera que, como ya se ha dicho antes, hemos de venerar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad.
26. Por tanto, quien quiera salvarse, es necesario que crea estas cosas sobre la Trinidad.
27. Pero para alcanzar la salvación etema es preciso también creer firmemente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
28. La fe verdadera consiste en que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre.

29. Es Dios, engendrado de la misma sustancia que el Padre, antes del tiempo; y hombre, engendrado de la sustancia de su Madre santísima en el tiempo.

30. Perfecto Dios y perfecto hombre: que subsiste con alma racional y carne humana.
31. Es igual al Padre según la divinidad; menor que el Padre según la humanidad.
32. El cual, aunque es Dios y hombre, no son dos Cristos, sino un solo Cristo.

33. Uno, no por conversión de la divinidad en cuerpo, sino por asunción de la humanidad en Dios.
34. Uno absolutamente, no por confusión de sustancia, sino en la unidad de la persona.
35. Pues como el alma racional y el cuerpo forman un hombre; así, Cristo es uno, siendo Dios y hombre.

36. Que padeció por nuestra salvación: descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos.
37. Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso: desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

38. Y cuando venga, todos los hombres resucitarán con sus cuerpos, y cada uno rendirá cuentas de sus propios hechos.
39. Y los que hicieron el bien gozarán de vida eterna, pero los que hicieron el mal irán al fuego eterno.
40. Esta es la fe católica, y quien no la crea fiel y firmemente no se podrá salvar.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona. Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre.
(T. P. Aleluya).
V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.

Los sacerdotes añaden:
V. El Señor sea con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oración: Oh Dios todopoderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo. Dios, por todos los siglos de os siglos.
R. Amén.



Antíphona. Glória tibi, Trínitas æquális, una Déitas, et ante ómnia sæcula, et nunc, et in perpétuum. (T. P. Allelúia).
1. Quicúmque vult salvus esse, ante ómnia opus est, ut téneat cathólicam fidem:
2. Quam nisi quisque integram inviolatamque servaverit, absque dúbio in ætérnum períbit.
3. Fides autem cathólica hcec est: ut unum Deum in Trinitáte, et Trinitátem in unitáte venerémur.

4. Neque confundéntes persónas, neque substántiam separántes.

5. Alia est enim persóna Patris, ália Fílii, ália Spíritus Sancti.

6. Sed Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti una est divínitas, æquális glória, coætérna maiéstas.

7. Qualis Pater, talis Fílius, talis Spíritus Sanctus.
8. Increátus Pater, increátus Fílius, increátus Spíritus Sanctus.
9. Imménsus Pater, imménsus Fílius, imménsus Spíritus Sanctus.
10. Ætérnus Pater, ætérnus Fílius, ætérnus Spíritus Sanctus.
11. Et tamen non tres ætérni, sed unus ætérnus.

12. Sicut non tres increáti, nec tres imménsi, sed unus increátus et unus imménsus.
13. Simíliter omnípotens Pater, omnípotens Fílius, omnípotens Spíritus Sanctus.
14. Et tamen non tres omnipoténtes, sed unus omnípotens.
l 5. Ita Deus Pater, Deus Fílius, Deus Spíritus Sanctus.

16. Et tamen non tres Dii, sed unus est Deus.
17. Ita Dóminus Pater, Dóminus Fílius, Dóminus Spíritus Sanctus.

18. Et tamen non tres Dómini: sed unus est Dóminus.
19. Quia, sicut singillatim unamquamque persónam Deum ac Dóminum confitéri christiána veritáte compéllimur: ita tres Deos aut Dóminos dícere cathólica religióne prohibémur.
20. Pater a nullo est factus: nec creátus, nec génitus.
21. Fílius a Patre solo est: non factus, nec creátus, sed génitus.

22. Spíritus Sanctus a Patre et Fílio: non factus, nec creátus, nec génitus, sed procédens.

23. Unus ergo Pater, non tres Patres: unus Fílius, non tres Fílii: unus Spíritus Sanctus, non tres Spíritus Sancti.

24. Et in hac Trinitáte nihil prius aut postérius, nihil maius aut minus: sed totæ tres persónæ coætérnæ sibi sunt et coæquáles.
25. Ita ut per ómnia, sicut iam supra dictum est, et únitas in Trinitáte, et Trínitas in unitáte veneránda sit.
26. Qui vult ergo salvus esse, ita de Trinitáte séntiat.

27. Sed necessárium est ad Ætérnam salútem, ut Incarnatiónem quoque Dómini nostri Iesu Christi fidéliter credat.
28. Est ergo fides recta ut credámus et confiteámur quia Dóminus noster Iesus Christus, Dei Fílius, Deus et homo est.


OREMUS
Omnípotens sempitérne Deus, qui dedísti fámulis tuis, in confessióne veræ fídei, ætérnæ Trinitátis glóriam agnóscere, et in poténtia maiestátis adoráre unitátem: quǽsumus; ut, eiúsdem fídei firmitáte, ab ómnibus semper muniámur advérsis. Per Dóminum nostrum Iesum Christum Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.

R. Amén.




















TRIDUO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD - DÍA UNO






DÍA PRIMERO


Antífona. Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre. 
(T. P. Aleluya).


1. Todo el que quiera salvarse, es preciso ante todo que profese la fe católica:
2. Pues quien no la observe integra y sin tacha, sin duda alguna perecerá eternamente.
3. Y ésta es la fe católica: que veneremos a un solo Dios en la Trinidad santísima y a la Trinidad en la unidad.

4. Sin confundir las personas, ni separar la sustancia.

5. Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo.

6. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola divinidad, les corresponde igual gloria y majestad eterna.

7. Cual es el Padre, tal es el Hijo, tal el Espíritu Santo.
8. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
9. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo.
10. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo.
11. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno.

12. De la misma manera, no tres increados, ni tres inmensos, sino un increado y un inmenso.
13. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo.
14. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino un omnipotente.
15. Del mismo modo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.

16. Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios.
17. Así, el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo es Señor.

18. Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.
19. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a creer que cada persona es Dios y Señor, la religión católica nos prohíbe que hablemos de tres Dioses o Señores.

20. El Padre no ha sido hecho por nadie, ni creado, ni engendrado.
21. El Hijo procede solamente del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado.
22. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente.

23. Por tanto hay un solo Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.

24. Y en esta Trinidad nada hay anterior o posterior, nada mayor o menor: pues las tres personas son coeternas e iguales entre sí.
25. De tal manera que, como ya se ha dicho antes, hemos de venerar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad.
26. Por tanto, quien quiera salvarse, es necesario que crea estas cosas sobre la Trinidad.
27. Pero para alcanzar la salvación etema es preciso también creer firmemente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
28. La fe verdadera consiste en que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre.

29. Es Dios, engendrado de la misma sustancia que el Padre, antes del tiempo; y hombre, engendrado de la sustancia de su Madre santísima en el tiempo.

30. Perfecto Dios y perfecto hombre: que subsiste con alma racional y carne humana.
31. Es igual al Padre según la divinidad; menor que el Padre según la humanidad.
32. El cual, aunque es Dios y hombre, no son dos Cristos, sino un solo Cristo.

33. Uno, no por conversión de la divinidad en cuerpo, sino por asunción de la humanidad en Dios.
34. Uno absolutamente, no por confusión de sustancia, sino en la unidad de la persona.
35. Pues como el alma racional y el cuerpo forman un hombre; así, Cristo es uno, siendo Dios y hombre.

36. Que padeció por nuestra salvación: descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos.
37. Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso: desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

38. Y cuando venga, todos los hombres resucitarán con sus cuerpos, y cada uno rendirá cuentas de sus propios hechos.
39. Y los que hicieron el bien gozarán de vida eterna, pero los que hicieron el mal irán al fuego eterno.
40. Esta es la fe católica, y quien no la crea fiel y firmemente no se podrá salvar.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona. Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre.
(T. P. Aleluya).
V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.

Los sacerdotes añaden:
V. El Señor sea con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oración: Oh Dios todopoderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo. Dios, por todos los siglos de os siglos.
R. Amén.



Antíphona. Glória tibi, Trínitas æquális, una Déitas, et ante ómnia sæcula, et nunc, et in perpétuum. (T. P. Allelúia).
1. Quicúmque vult salvus esse, ante ómnia opus est, ut téneat cathólicam fidem:
2. Quam nisi quisque integram inviolatamque servaverit, absque dúbio in ætérnum períbit.
3. Fides autem cathólica hcec est: ut unum Deum in Trinitáte, et Trinitátem in unitáte venerémur.

4. Neque confundéntes persónas, neque substántiam separántes.

5. Alia est enim persóna Patris, ália Fílii, ália Spíritus Sancti.

6. Sed Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti una est divínitas, æquális glória, coætérna maiéstas.

7. Qualis Pater, talis Fílius, talis Spíritus Sanctus.
8. Increátus Pater, increátus Fílius, increátus Spíritus Sanctus.
9. Imménsus Pater, imménsus Fílius, imménsus Spíritus Sanctus.
10. Ætérnus Pater, ætérnus Fílius, ætérnus Spíritus Sanctus.
11. Et tamen non tres ætérni, sed unus ætérnus.

12. Sicut non tres increáti, nec tres imménsi, sed unus increátus et unus imménsus.
13. Simíliter omnípotens Pater, omnípotens Fílius, omnípotens Spíritus Sanctus.
14. Et tamen non tres omnipoténtes, sed unus omnípotens.
l 5. Ita Deus Pater, Deus Fílius, Deus Spíritus Sanctus.

16. Et tamen non tres Dii, sed unus est Deus.
17. Ita Dóminus Pater, Dóminus Fílius, Dóminus Spíritus Sanctus.

18. Et tamen non tres Dómini: sed unus est Dóminus.
19. Quia, sicut singillatim unamquamque persónam Deum ac Dóminum confitéri christiána veritáte compéllimur: ita tres Deos aut Dóminos dícere cathólica religióne prohibémur.
20. Pater a nullo est factus: nec creátus, nec génitus.
21. Fílius a Patre solo est: non factus, nec creátus, sed génitus.

22. Spíritus Sanctus a Patre et Fílio: non factus, nec creátus, nec génitus, sed procédens.

23. Unus ergo Pater, non tres Patres: unus Fílius, non tres Fílii: unus Spíritus Sanctus, non tres Spíritus Sancti.

24. Et in hac Trinitáte nihil prius aut postérius, nihil maius aut minus: sed totæ tres persónæ coætérnæ sibi sunt et coæquáles.
25. Ita ut per ómnia, sicut iam supra dictum est, et únitas in Trinitáte, et Trínitas in unitáte veneránda sit.
26. Qui vult ergo salvus esse, ita de Trinitáte séntiat.

27. Sed necessárium est ad Ætérnam salútem, ut Incarnatiónem quoque Dómini nostri Iesu Christi fidéliter credat.
28. Est ergo fides recta ut credámus et confiteámur quia Dóminus noster Iesus Christus, Dei Fílius, Deus et homo est.


OREMUS
Omnípotens sempitérne Deus, qui dedísti fámulis tuis, in confessióne veræ fídei, ætérnæ Trinitátis glóriam agnóscere, et in poténtia maiestátis adoráre unitátem: quǽsumus; ut, eiúsdem fídei firmitáte, ab ómnibus semper muniámur advérsis. Per Dóminum nostrum Iesum Christum Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.

R. Amén.




















TRIDUO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD



EL SÍMBOLO QUICUMQUE

El Símbolo Quicumque es una profesión de fe que también se ha denominado Símbolo Atanasiano por haber sido atribuido durante toda la Edad Media al obispo de Alejandría san Atanasio (+373>). A pesar de no haber sido redactado por ningún concilio ecuménico, «de hecho, este símbolo alcanzó tanta autoridad en la Iglesia, tanto occidental como oriental, que entró en el uso litúrgico y ha de tenerse por verdadera definición de fe». Recibe el nombre de Quicumque por la palabra con la que comienza.

Escrito en Latín, es un resumen didáctico de la doctrina cristiana y se centra especialmente en el dogma de la Santísima Trinidad. Gozó de gran autoridad en la Iglesia Latina y su uso se extendió rápidamente a todos los ritos de Occidente. Puede rezarse y meditarse una vez al mes, especialmente en el tercer domingo, como signo de adoración y alabanza a la Trinidad Beatísima.

Santa Teresa de Ávila nos cuenta en su autobiografía cómo meditando este símbolo recibió gracias especiales para penetrar en este inefable misterio: "Estando una vez rezando el Quícumque vult -escribe la santa-, se me dio a entender la manera de cómo era un solo Dios y tres personas tan claramente, que yo me espanté y me consolé mucho. Hízome tan grandísimo provecho para conocer más la grandeza de Dios y sus maravillas..."