ACTO
DE CONTRICIÓN
¡Oh,
Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido
contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu
misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión
del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que
me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que
después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la
dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así
sea.
CATECISMO
DE SAN JOSÉ
21.
Habladnos de la turbación de José en el embarazo de María.
María,
después de una ausencia de tres meses, pasados en casa de su prima
santa Isabel, volvió á
Nazaret
con su esposo José, dejando a la naturaleza el cuidado de hacer
conocer lo que la había sucedido en sí misma, y al cielo el cuidado
de justificarla.
Reunidos
aún bajo el mismo techo, los dos santos esposos vivían como antes
de la partida de María, en la más profunda paz y en una alegría
sin igual, cuando una circunstancia vino si no a afligir, al menos a
probar el corazón de José. María en efecto, había llegado hacia
poco, cuando su esposo se apercibió sin que pudiera tener género
alguno de duda, que estaba en cinta, y se turbó. Resolvió desde
luego, nos dice la Escritura, separarse de ella, e iba a poner en
práctica su resolución, cuando un ángel se le apareció en sueños
y le dijo: «José, hijo de David, no temas el permanecer con María
tu esposa, porque lo que en ella existe es obra del Espíritu Santo.
Parirá un hijo a quien pondrás por nombre Jesús, que quiere decir
Salvador, el que remediará a su pueblo y borrará los pecados del
mundo.»
Aquí
se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y
gozos del Señor San José.
M
E M O R A R E
Acordaos,
¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable
protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha
invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan
quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a
vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah!
No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que habéis sido llamado
padre del Redentor, sino escuchadlas con benevolencia, y dignaos
recibirlas favorablemente.
Así
sea.
Trescientos
días de indulgencias (una vez por día) aplicables a los
difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario