ACTO
DE CONTRICIÓN
¡Oh,
Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido
contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu
misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión
del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que
me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que
después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la
dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así
sea.
CATECISMO
DE SAN JOSÉ
14.
¿Cómo fue designado visiblemente José a los sacerdotes, para ser
esposo de María?
Hallándose
los sacerdotes embarazados para la elección, a consecuencia de los
numerosos pretendientes, recurrieron la oración, y el cielo les
respondió con una inspiración: esta decía, que todos los jóvenes
debían tener en sus manos varas secas, y aquel cuya vara floreciese
sería elegido. La orden fue ejecutada, y puestos todos en oración,
la vara de José floreció en sus manos, y una blanca paloma vino a
colocarse en su cabeza. Convencidos por este milagro de los designios
de Dios sobre san José, los sacerdotes enviaron a buscar a la joven
María, que sólo consintió en ese enlace por obediencia: la noticia
del milagro debió causar en ella una grande alegría, porque pensó
que ya el cielo le enviaba tan visiblemente a San José por esposo,
el cielo sabría inspirar respeto a su voto de virginidad, y hacerle
solamente un custodio y un apoyo para ella.
Los
sacerdotes procedieron en seguida a la ceremonia, que se hizo
conforme la ley exigía y según la costumbre de la nación. José
puso un anillo en el dedo de la joven virgen, como prenda de
fidelidad conyugal que le prometía, recibiendo una recíproca
promesa en la aceptación que ella hizo.
Aquí
se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y
gozos del Señor San José.
M
E M O R A R E
Acordaos,
¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable
protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha
invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan
quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a
vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah!
No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que habéis sido llamado
padre del Redentor, sino escuchadlas con benevolencia, y dignaos
recibirlas favorablemente.
Así
sea.
Trescientos
días de indulgencias (una vez por día) aplicables a los
difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)
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