PREPARACIÓN
PARA LA CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A
JESUCRISTO, LA SABIDURÍA
ENCARNADA, POR LAS MANOS DE
MARÍA.
San
Luis María Grignon de Monfort
(Nota:
La preparación dura 33 días. Las oraciones están al final de la
lectura de cada ocasión)
Día
29
(Continuación
del Capítulo VIII, Artículo I, Prácticas Espirituales)
V.
Gran devoción al Avemaría y al Rosario (continuación)
250
Esto
es lo que la Santísima Virgen reveló al Beato Alano de la Rupe,
como se lee en su libro De
dignitate Rosarii y
luego en Cartagena: “Sabe, hijo mío, y hazlo conocer a todos, que
es señal probable y próxima de condenación eterna el tener
aversión, tibieza y negligencia a la recitación de la salutación
angélica, que trajo la salvación a todo el mundo”. Palabras tan
consoladoras y terribles a la vez, tanto que nos resistiríamos a
creerlas si no las garantizara la santidad de este santo varón y la
de Santo Domingo antes que él, y después, la de muchos grandes
personajes, junto con la experiencia de muchos siglos. Pues siempre
se ha observado que los que llevan la señal de la reprobación -como
los herejes, impíos, orgullos y mundanos- odian y desprecian el
avemaría
y
el rosario. Los herejes aprenden a rezar el padrenuestro,
pero
no el avemaría
ni
el rosario. A éste lo consideran con horror. Antes llevarían
consigo una serpiente que una camándula. Asimismo, los orgullosos,
aunque católicos, teniendo como tienen las mismas inclinaciones que
su padre, Lucifer, desprecian o miran con indiferencia el avemaría
y
consideran el rosario como devoción de mujercillas, sólo buena para
ignorantes y analfabetos. Por el contrario, la experiencia enseña
que quienes manifiestan grandes señales de predestinación estiman y
rezan con gusto y placer el avemaría,
y cuanto más unidos viven a Dios, más aprecian esta oración. La
Santísima Virgen lo decía al Beato Alano a continuación de las
palabras antes citadas.
251
No
sé cómo ni por qué, pero es real; no tengo mejor secreto para
conocer si una persona es de Dios que observar si gusta de rezar el
avemaría
y
el rosario. Digo “si gusta” porque puede suceder que una persona
esté natural o sobrenaturalmente imposibilitada de rezarlos, pero
siempre los estima y recomienda a otros.
252
Recuerden,
almas predestinadas, esclavas de Jesús en María, que el avemaría
es
la más hermosa de todas las oraciones después del padrenuestro.
El avemaría es
el más perfecto cumplido que pueden dirigir a María. Es, en efecto,
el saludo que el Altísimo le envió, por medio de un arcángel, para
conquistar su corazón, y fue tan poderoso –dados sus secretos
encantos– sobre el corazón de María, que, no obstante su profunda
humildad, Ella dio su consentimiento a la encarnación del Verbo. Con
este saludo debidamente recitado, también ustedes conquistarán
infaliblemente su corazón.
253
El
avemaría
bien
dicha, o sea, con atención, devoción y modestia, es –según los
santos– el enemigo del diablo, a quien hace huir, y el martillo que
lo aplasta. Es la santificación del alma, la alegría de los
ángeles, la melodía de los predestinados, el cántico del Nuevo
Testamento, el gozo de la Santísima Virgen y la gloria de la
Santísima Trinidad. El avemaría
es
un rocío celestial que hace fecunda al alma, es un casto y amoroso
beso que damos a María, es una rosa encarnada que le presentamos, es
una perla preciosa que le ofrecemos, es una copa de ambrosía y
néctar divino que le damos. Todas estas comparaciones son de los
santos.
254
Les
ruego, pues, con insistencia y por el amor que les profeso en Jesús
y María, que no se contenten con rezar la Coronilla de la Santísima
Virgen. Recen también el rosario, y, si tienen tiempo, los quince
misterios todos los días. A la hora de la muerte bendecirán el día
y la hora en que aceptaron mi consejo. Y después de haber sembrado
en las bendiciones de Jesús y de María, cosecharán las bendiciones
eternas: A
siembra generosa, cosecha generosa (2Cor
9,6).
VI.
Rezo del “Magnificat”
255
Sexta
práctica. Recitarán frecuentemente el Magnificat
-a
ejemplo de la Beata María d’Oignies y de muchos otros
santos-
para agradecer a Dios las gracias que otorgó a la
Santísima
Virgen. El Magnificat
es
el único cántico compuesto
por
la Santísima Virgen, o mejor, en Ella por
Jesucristo,
que hablaba por boca de María. Es el mayor
sacrificio
de alabanza que Dios ha recibido en la ley de la
gracia.
Es el más humilde y reconocido; a la vez, el más
sublime
y elevado de todos los cánticos. En él hay misterios
tan
grandes y ocultos, que los ángeles los ignoran.
Gersón
–tan piadoso como sabio–, después de haber
empleado
gran parte de su vida en componer tratados tan
llenos
de erudición y piedad sobre materias tan difíciles,
no
pudo menos de temblar al emprender, hacia el final de
su
vida, la explicación del Magnificat,
a fin de coronar con
ésta
todas sus obras. En un volumen infolio, nos refiere
muchas
y admirables cosas de este hermoso y divino
cántico.
Entre otras, afirma que la Santísima Virgen lo
rezaba
con frecuencia, y particularmente en acción de
gracias
después de la sagrada comunión.
El
sabio Benzonio, al explicar el Magnificat,
refiere
muchos
milagros obrados por su virtud, y dice que los
diablos
tiemblan y huyen cuando oyen estas palabras del
Magnificat:
El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón
(Lc
1,51).
VII.
Menosprecio del mundo
256
Séptima
práctica. Los fieles servidores de María deben poner gran empeño
en menospreciar, aborrecer y huir de la corrupción del mundo y
servirse de las prácticas de menosprecio de lo mundano que hemos
indicado en la primera parte.
Tercera
Semana
Empleada
en adquirir el conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo
Prácticas
Espirituales
Emplearan
la tercera semana a conocer a Jesucristo. En ella podrán leer y
meditar lo que llevamos dicho y rezar la oración de San Agustín.
Para esto podrán, con el mismo Santo, decir y repetir, una y mil vez
cada día: ¡Señor,
que yo os conozca!
O bien ¡Que
vea quien sos Vos!
ORACIÓN
DE SAN AGUSTÍN
“Tú
eres Cristo, Padre mío santo, Dios mío piadoso, Rey mío grande,
Pastor mío bueno, Maestro mío único,
Auxiliador
mío óptimo, Amado mío hermosísimo, Vivo pan mío, Sacerdote mío
eterno, Guía mío hacia la Patria,
Luz
mía verdadera, Dulzura mía santa, Vía mía recta, Sabiduría mía
preclara, Simplicidad mía pura, Concordia mía pacífica, Custodia
mía toda, Porción mía buena, Salvación mía sempiterna...
“¡Oh
Cristo Jesús! Amable Señor, ¿por qué amé y deseé algo toda mi
vida fuera de ti, Jesús mío? ¿Dónde estaba yo cuando con la mente
no estaba contigo? Ya desde ahora, deseos todos míos, inflamaos y
desbordaos en el
Señor
Jesús; corred cuanto hasta ahora tardasteis; daos prisa a donde
vais, buscad a quien buscáis. Jesús, sea anatematizado quien no te
ama se llene de amarguras... ¡Oh dulce Jesús!, que yo te ame, en ti
se deleite, en ti se admire todo buen corazón preparado para vuestra
gloria. Dios de mi corazón y porción mía, Cristo Jesús,
desfallezca
en lo más íntimo mi corazón y seas tú quien vivas en mí, y arda
en mi espíritu la brasa viva de tu amor y crezca hasta ser fuego
perfecto; arda perennemente en las aras de mi corazón, hierva en mis
médulas, incendie las entrañas de mi alma; en el día de mi
consumación sea hallado yo consumado junto a ti... Amén.
LETANÍAS
DEL ESPÍRITU SANTO
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
óyenos.
Cristo,
escúchanos.
Dios,
Padre celestial,
Dios,
Hijo, Redentor del mundo,
Dios,
Espíritu Santo,
Trinidad
Santa, un solo Dios,
Espíritu,
que procede del Padre y del Hijo,
Espíritu
del Señor, que al comienzo
de
la creación planeando sobre las aguas,
las
fecundaste
Espíritu
por inspiración del cual han
hablado
los santos hombres de Dios,
Espíritu
cuya unción nos enseña
todas
las cosas
Espíritu,
que das testimonio de Cristo,
Espíritu
de verdad que nos instruís sobre
todas
las cosas
Espíritu
que sobreviene a María,
Espíritu
del Señor que llena todo el orbe,
Espíritu
de Dios que habita en nosotros,
Espíritu
de sabiduría y de entendimiento,
Espíritu
de consejo y de fortaleza,
Espíritu
de ciencia y de piedad,
Espíritu
de temor del Señor,
Espíritu
de gracia y de misericordia,
Espíritu
de fuerza, de dilección y de sobriedad,
Espíritu
de fe, de esperanza, de amor y de
paz
Espíritu
de humildad y de castidad,
Espíritu
de benignidad y de mansedumbre,
Espíritu
de multiforme gracia,
Espíritu
que escrutas hasta los secretos de Dios
Espíritu
que ruegas por nosotros con gemidos
inenarrables
Espíritu
que descendiste sobre Cristo en
forma
de paloma
Espíritu
en el cual renacemos,
Espíritu
por el cual se difunde la caridad en
nuestros
corazones
Espíritu
de adopción de los hijos de Dios,
Espíritu
que en lenguas de fuego sobre los
Discípulos
apareciste.
Espíritu
con el cual fueron los Apóstoles henchidos
Espíritu
que distribuyes (vuestros dones)
a
cada uno como quieres,
Sednos
propicio, perdónanos, Señor.
Sednos
propicio, escúchanos, Señor.
De
todo mal,
De
todo pecado,
De
las tentaciones e insidias del diablo,
De
toda presunción y desesperación,
De
la resistencia a la verdad conocida,
De
la obstinación y de la impenitencia,
De
la impureza de la mente y del cuerpo,
Del
espíritu de fornicación,
De
todo espíritu malo,
Por
tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Por
la Concepción de Jesucristo, hecha por
operación.
Por
tu descenso sobre Cristo, en el Jordán.
Por
tu advenimiento sobre los Discípulos.
En
el día del juicio,
Pecadores,
te rogamos, óyenos.
Para
que, así como vivimos por el espíritu,
obremos
también por el espíritu,
Para
que, recordando que somos templo
del
Espíritu Santo, no lo profanemos,
Para
que, viviendo según el espíritu, no
cumplamos
los deseos de la carne,
A
fin de que por el espíritu mortifiquemos
las
obras de la carne,
Para
que no te contristemos a ti, Espíritu
Santo
de Dios,
Para
que seamos solícitos en guardar la
unidad
de espíritu en el vínculo de la paz,
Para
que no creamos a todo espíritu,
te
rogamos, óyenos.
Para
que probemos a los espíritus si son de
Dios,
te rogamos, óyenos.
Para
que te dignes renovar en nosotros el
espíritu
de rectitud, re rogamos...
Para
que nos confirmes por tu espíritu
soberano,
te rogamos, óyenos.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del
mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del
mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del
mundo,ten
piedad de nosotros.
Oremos
Asístanos,
te pedimos, Señor, la virtud del
Espíritu
Santo, que purifique clementemente
nuestros
corazones y nos preserve de todo
mal.Por
Jesucristo Nuestro Señor.
Así
sea.
AVE
ESTRELLA DE LA MAR
Ave
estrella de la mar,
Augusta
Madre de Dios,
Permanentemente
Virgen,
Puerta
del cielo, feliz.
Recibiendo
Tú aquel Ave
Por
la boca de Gabriel,
Ciméntanos
en la paz,
Mudando
el nombre de Eva.
Desata
el lazo al culpable,
Muestra
la luz a los ciegos,
Líbranos
de todo mal,
Consíguenos
todo bien.
Que
eres Madre muéstranos;
Reciba
por Ti las preces
Quien,
nacido por nosotros,
Quiso
ser el fruto tuyo.
Virgen
única, sin par,
Entre
todas la más dulce,
Líbranos
de nuestras culpas,
Haz
que seamos mansos, castos.
Concédenos
vida pura,
Vía
segura prepara:
Para
que, viendo a Jesús,
Siempre
juntos nos gocemos.
Se
alabanza a Dios Padre,
Al
sumo Cristo esplendor,
con
el Espíritu Santo,
a
los Tres un solo honor.
Amén.
LETANÍAS
DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Jesús,
óyenos.
Jesús,
escúchanos.
Deus,
Dios, Padre celestial, ten misericordia de nosotros *
Dios
Hijo, Redentor del mundo,
Dios
Espíritu Santo,
Santa
Trinidad, un solo Dios,
Jesús,
Hijo de Dios vivo,
Jesús,
esplendor del Padre,
Jesús,
brillante blancura de la luz eterna,
Jesús,
Rey de la gloria,
Jesús,
sol de justicia,
Jesús,
hijo de María Virgen,
Jesús
amable,
Jesús
admirable,
Jesús,
Dios fuerte,
Jesús,
Padre del siglo futuro,
Jesús,
Ángel del gran consejo,
Jesús
potentísimo,
Jesús
pacientísimo,
Jesús
obedientísimo,
Jesús
manso y humilde de corazón,
Jesús,
amador de la castidad,
Jesús,
amador nuestro,
Jesús,
Dios de paz,
Jesús,
autor de la vida,
Jesús,
modelo de las virtudes,
Jesús,
celador de las almas,
Jesús,
Dios nuestro,
Jesús,
refugio nuestro,
Jesús,
padre los pobres,
Jesús,
tesoro de los fieles,
Jesús,
buen Pastor,
Jesús,
luz verdadera,
Jesús,
sabiduría eterna,
Jesús,
bondad infinita,
Jesús,
camino y vida nuestra,
Jesús,
alegría de los Ángeles,
Jesús,
Rey de los Patriarcas,
Jesús,
maestro de los Apóstoles
Jesús,
doctor de los Evangelistas,
Jesús,
fortaleza de los Mártires,
Jesús,
luz de los Confesores,
Jesús,
pureza de las Vírgenes,
Jesús,
corona de todos los Santos,
Sednos
propicio, perdónanos, Jesús.
Sednos
propicio, escúchanos, Jesús.
De
todo mal, líbranos Jesús**
De
todo pecado,
De
tu ira,
De
las insidias del diablo,
Del
espíritu de fornicación,
De
la muerte perpetua,
Del
menosprecio de tus inspiraciones,
Por
el misterio de tu Santa Encarnación,
Por
tu Natividad,
Por
tu infancia,
Por
tu divinísima vida,
Por
tus trabajos,
Por
tu agonía y pasión,
Por
tu Cruz y por tu abandono,
Por
tus desfallecimientos,
Por
tu muerte y por tu sepultura,
Por
tu Resurrección,
Por
tu Ascensión,
Por
tus alegrías,
Por
tu gloria,
Cordero
de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Jesús.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Jesús.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros,
Jesús
V
–Que el nombre del Señor sea bendito.
R
–Ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Oremos
Señor
Jesucristo que dijiste: Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis;
llamad y se os abrirá: os pedimos nos deis el afecto de vuestro
divinísimo amor, para que os amemos con todo el corazón, palabra y
obra, y nunca cesemos de alabaros: Vos que vivís y reináis por los
siglos de los siglos
Así
sea.
*De
aquí en adelante, continúa contestándose: Ten misericordia de
nosotros.
**
De aquí en adelante, continúa contestándose: Líbranos, Jesús.
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