domingo, 13 de marzo de 2016

ESCLAVITUD MARIANA - DIA 20

PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A 
JESUCRISTO, LA SABIDURÍA ENCARNADA,
POR LAS MANOS DE MARÍA


San Luis María Grignon de Monfort
(Nota: La preparación dura 33 días. Las oraciones están al final de la lectura de cada ocasión)
DÍA 20
Consideración del Tratado de la Verdadera Devoción
Artículo VI
Figura Bíblica de esta Perfecta Devoción. Rebeca y Jacob


183. De todas las verdades que acabo de describir con relación a la Santísima Virgen y a sus hijos y servidores, el Espíritu Santo nos da, en la Sagrada Escritura (Génesis, XXVII), una figura admirable, en la historia de Jacob, que recibió la bendición de su padre Isaac por los cuidados y la industria de Rebeca, su madre. Hela aquí como el Espíritu Santo la refiere. Enseguida le añadiré su explicación.
Artículo I
Rebeca y Jacob
I. Historia de Jacob
184. Habiendo Esaú vendido a Jacob su derecho de primogenitura, Rebecca, madre de los dos hermanos, que amaba tiernamente a Jacob, le aseguró esta ventaja, varios años después, mediante un ardid enteramente santo y totalmente lleno de misterios. Porque Isaac, sintiéndose muy viejo y queriendo bendecir a sus hijos antes de morir, llamó a su hijo Esaú, a quien amaba, le mandó fuese a cazar para tener algo que comer, a fin de bendecirle después. Rebeca advirtió prontamente a Jacob lo que pasaba, y le mandó fuese a traer dos cabritos del rebaño. Cuando se los hubo dado a su madre, ésta preparó con ellos para Isaac lo que sabía que le gustaba; visitó a Jacob con las vestiduras de Esaú, que ella guardaba, y le cubrió las manos y el cuello con la piel de los cabritos, a fin de que su padre, que ya no veía, al oír la voz de Jacob pudiese creer, siquiera por el vello de sus manos, que era su hermano Esaú. En efecto, sorprendido Isaac por la voz, que le parecía era la de Jacob, hizo que se le acercara, y habiendo palpado las pieles con que se había cubierto las manos, dijo a la voz, en verdad, era la voz de Jacob, pero que las manos eran las manos de Esaú. Después que hubo comido y que hubo olido, al bear a Jacob, el olor de sus perfumados vestidos, lo bendijo, y le deseó el rocío del cielo y la fecundidad de la tierra; lo estableció señor de todos sus hermanos, y terminó su bendición con estas palabras: “quien te maldijere, sea maldito; y quien te bendijere, sea colmado de bendiciones”. Apenas había terminado Isaac estas palabras, entró Esaú trayéndole para comer lo cazado, a fin de que su padre lo bendijese enseguida. El santo patriarca se sobrecogió de increíble asombro, cuando se dio cuent de lo que acababa de pasar; pero, muy lejos de retractarse de lo que había hecho, por lo contario, lo confirmó, porque vio muy patentemente el dedo de Dios en este comportamiento. Esaú, entonces, lanzó rugidos, como nota la Sagrada Escritura (Génesis XXVII, 34: “Auditis Esau semonibus patris, irrugit clamore magno…” (Oídas por Esaú las palabras del padre, rugió [o bramó] con el clamor grande…), y, acusando abiertamente el engaño de su hermano, preguntó a su padre si no tenía mas que una sola bendición: siendo en este punto, como hacen notar los Santos Padres, la imagen de aquellos que, encontrando cómodo el aliar a Dios con el mundo, quieren gozar a la vez, de las consolaciones del cielo y de la tierra. Isaac, movido por los gritos de Esaú, lo bendijo, por fin, pero con una bendición de la tierra, y sujetándolo a su hermano: lo cual le hizo concebir un odio tan envenenado contra Jacob, que no esperaba sino la muerte de su padre para matarle; y Jacob, no hubiera podido evitar la muerte, si su querida madre Rebeca no lo hubiese preservado de ella con sus industrias y los buenos consejos que le dio y que él siguió.
II. Interpretación de la historia de Jacob
185. Antes de explicar esta historia, que es tan bella, es preciso notar que, según todos los Santos Padres y los intérpretes de la Sagrada Escritura, Jacob es figura de Jesucristo y de los predestinados, y Esaú de los réprobos; basta examinar las acciones y la conducta de uno y otro para juzgarlo.
Esaú, figura de los réprobos.
1º) Esaú, el primogénito, era fuerte y robusto de cuerpo, diestro e industrioso en el tiro del arco y en la obtención de caza abundante.
2º) Casi nunca se quedaba en casa, y, no poniendo su confianza sino en su fuerza y en su destreza, trabajaba solo afuera.
3º) No se inquietaba mucho por agradar a su madre Rebeca, y nada hacía para esto.
4º) Era tan glotón y tanto amaba su paladar, que vendió su derecho de primogenitura por un plato de lentejas.
5º) Estaba, como Caín, lleno de envidia contra su hermano Jacob, y lo perseguía a ultranza.
186. He aquí la conducta que observan los réprobos todos los días:
1º) Se fían en su fuerza y sus industrias para los negocios temporales; son muy fuertes, muy hábiles y muy advertidos para las cosas de la tierra, pero muy débiles y muy ignorantes en las cosas del cielo: In terrenis fortes, in coelestibus debiles. Por lo cual:
187. 2º) No permanecen, o lo hacen muy poco, en ellos, en su propia casa, es decir, en su interior, que es la casa interior y esencial que Dios ha dado a cada hombre, para permanecer allí, a ejemplo suyo: pues Dios permanece siempre en sí mismo. Los réprobos no aman el retiro ni la espiritualidad ni la devoción interior, y tratan de espíritus pequeños, de beatos y de salvajes a los que son interiores y están retirados del mundo y trabajan mas interior que exteriormente.
188. 3º) Los réprobos apenas si se preocupan de la devoción a la Santísima Virgen, la Madre de los predestinados; verdad es que no la odian formalmente, a veces la alaban, dicen que la aman, hasta practican alguna devoción en su honor; pero, por lo demás, no pueden sufrir que se la ame tiernamente, porque no tienen para con Ella las ternuras de Jacob; censuran las prácticas de devoción a las que sus buenos hijos y servidores se hacen fieles para ganar su afecto, porque no creen que esta devoción les sea necesaria para salvarse; y que, con tal que no odien formalmente a la Santísima Virgen o que no desprecien abiertamente su devoción, ello es suficiente y han ganado las benevolencias de la Santísima Virgen, son sus servidores recitando y mascullando algunas oraciones en su honor, sin ternuras para con Ella ni enmienda para ellos mismos.
189. 4º) Los réprobos venden su derecho de primogenitura, es decir, los placeres del Paraíso, por un plato de lentejas, es decir, por los placeres de la tierra. Ríen, beben, comen, se divierten, juegan, bailan, etc., sin tomarse el trabajo, como Esaú, de hacerse dignos de la bendición del Padre celestial. En tres palabras: no piensan sino en la tierra, no aman sino la tierra, no hablan ni actúan sino para la tierra y sus placeres, vendiendo por un pequeño momento de placer, por un vano humo de honra, y por un pedazo de tierra dura, blanca o amarillas, la gracia bautismal, su vestidura de inocencia, su herencia celestial.
190. En fin, los réprobos odian y persiguen siempre a los predestinados, abierta o secretamente; les resultan insoportables, los desprecian, los critican, los remedan, los injurian, los roban, los engañan, los empobrecen, los rechazan, los reducen a polvo; mientras ellos hacen fortuna, se entregan a sus placeres, están en buena posición, se enriquecen, se engrandecen y viven a sus anchas (Cf. Sabiduría, capítulo II).
Jacob, ,figura de los predestinados.
191. 1º) Jacob, el hijo menor, era de débil complexión, dulce y apacible, y ordinariamente permanecía en casa para granjearse la benevolencia de su madre Rebeca, a quien amaba tiernamente; si salía no era por su propia voluntad, ni porque tuviese confianza en su industria, sino por obedecer a su madre.
192. 2º) Amaba y honraba a su madre, por lo cual se mantenía en casa junto a ella; no estaba ya contento sino cuando la veía; evitaba todo lo que pudiese desagradarla y hacía todo lo que creía agradarla: lo cual aumentaba en Rebeca el amor que le profesaba.
193. 3º) Se mantenía sumiso a su querida madre en todas las cosas, la obedecía enteramente en todo, prontamente sin tardar, y amorosamente sin quejarse; al menor signo de su voluntad, el pequeño Jacob corría y trabajaba. Creía todo lo que ella le decía, sin razonar: así por ejemplo, cuando ella le djo que fuese a buscar dos cabritos y los trajese para preparar comida a su padre Isaac, Jacob no le replicó que con uno era suficiente para preparar comida una vez para un solo hombre, sino que, sin razonar, hizo lo que ella le había dicho.


Prácticas Espirituales
Emplearán todas sus oraciones y acciones de piedad en pedir el conocimiento de sí mismos y la contrición de sus pecados; harán todo en espíritu de humildad. Para eso podrán, si quieren, meditar lo que he dicho de nuestro mal fondo y no considerarse durante los seis días de esta semana sino como caracoles, babosas, sapos, cerdos, serpientes y machos cabríos; o bien estas tres palabras de San Bernardo: Piensa en lo que has sido, simiente pútrida; lo que eres, vaso de estiércol; lo que llegarás a ser, comida de gusanos. Rogarán a Nuestro Señor y a su Santo Espíritu que los ilumine con estas palabras: ¡Señor, que vea! O ¡Señor, que te conozca! O también ¡Ven, Espíritu Santo!, y dirán todas las letanías al Espíritu Santo. Recurrirán a la Santísima Virgen y le pedirán esta gracia grande que debe ser el fundamento de las otras, y para ello dirán todos los días el Ave María Stella y sus letanías.




Oraciones de la primera semana:


LETANÍAS DEL ESPÍRITU SANTO


Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Trinidad Santa, un solo Dios,
Espíritu, que procede del Padre y del Hijo,
Espíritu del Señor, que al comienzo
de la creación planeando sobre las aguas, las fecundaste
Espíritu por inspiración del cual han
hablado los santos hombres de Dios,
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas
Espíritu, que das testimonio de Cristo,
Espíritu de verdad que nos instruís sobre todas las cosas
Espíritu que sobreviene a María,
Espíritu del Señor que llena todo el orbe,
Espíritu de Dios que habita en nosotros,
Espíritu de sabiduría y de entendimiento,
Espíritu de consejo y de fortaleza,
Espíritu de ciencia y de piedad,
Espíritu de temor del Señor,
Espíritu de gracia y de misericordia,
Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad,
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz
Espíritu de humildad y de castidad,
Espíritu de benignidad y de mansedumbre,
Espíritu de multiforme gracia,
Espíritu que escrutas hasta los secretos de Dios
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma
Espíritu en el cual renacemos,
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,
Espíritu que en lenguas de fuego sobre los Discípulos apareciste.
Espíritu con el cual fueron los Apóstoles henchidos
Espíritu que distribuyes (vuestros dones) a cada uno como quieres,
Sednos propicio, perdónanos, Señor.
Sednos propicio, escúchanos, Señor.
De todo mal,
De todo pecado,
De las tentaciones e insidias del diablo,
De toda presunción y desesperación,
De la resistencia a la verdad conocida,
De la obstinación y de la impenitencia,
De la impureza de la mente y del cuerpo,
Del espíritu de fornicación,
De todo espíritu malo,
Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Por la Concepción de Jesucristo, hecha por operación.
Por tu descenso sobre Cristo, en el Jordán.
Por tu advenimiento sobre los Discípulos.
En el día del juicio,
Pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que, así como vivimos por el espíritu,
obremos también por el espíritu,
Para que, recordando que somos templo
del Espíritu Santo, no lo profanemos,
Para que, viviendo según el espíritu, no
cumplamos los deseos de la carne,
A fin de que por el espíritu mortifiquemos las obras de la carne,
Para que no te contristemos a ti, Espíritu Santo de Dios,
Para que seamos solícitos en guardar la
unidad de espíritu en el vínculo de la paz,
Para que no creamos a todo espíritu, te rogamos, óyenos.
Para que probemos a los espíritus si son de Dios,
te rogamos, óyenos.
Para que te dignes renovar en nosotros el
espíritu de rectitud, re rogamos…
Para que nos confirmes por tu espíritu
soberano, te rogamos, óyenos.
Cordero de Dios que quitas los pecados del
mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del
mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del
mundo, ten piedad de nosotros.
Oremos
Asístanos, te pedimos, Señor, la virtud del
Espíritu Santo, que purifique clementemente
nuestros corazones y nos preserve de todo
mal. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Así sea.




AVE ESTRELLA DE LA MAR


Ave estrella de la mar,
Augusta Madre de Dios,
Permanentemente Virgen,
Puerta del cielo, feliz.


Recibiendo Tú aquel Ave
Por la boca de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Mudando el nombre de Eva.


Desata el lazo al culpable,
Muestra la luz a los ciegos,
Líbranos de todo mal,
Consíguenos todo bien.


Que eres Madre muéstranos;
Reciba por Ti las preces
Quien, nacido por nosotros,
Quiso ser el fruto tuyo.


Virgen única, sin par,
Entre todas la más dulce,
Líbranos de nuestras culpas,
Haz que seamos mansos, castos.


Concédenos vida pura,
Vía segura prepara:
Para que, viendo a Jesús,
Siempre juntos nos gocemos.


Se alabanza a Dios Padre,
Al sumo Cristo esplendor,
con el Espíritu Santo,
a los Tres un solo honor.
Amén.


LETANÍAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
ten piedad de nosotros.
Deus, Dios Espíritu Santo,
ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros*
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre sin tacha,
Madre siempre Virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen venerable,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de Sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso honorable,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los cielos,
Reina del sacratísimo Rosario,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas los pecados
del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados
del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados
del mundo, ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de Jesucristo.


Oremos
Concédenos, Señor Dios, a tus siervos, te
lo pedimos, la gracia de gozar perpetua
salud de cuerpo y alma, y por la gloriosa
intercesión de la Bienaventurada siempre
Virgen María, de ser librados de la tristeza
(de la vida) presente y de gozar de la eterna
alegría. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.

*(por cada título a Ntra. Señora decir: ruega por nosotros)







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