miércoles, 9 de marzo de 2016

ESCLAVITUD MARIANA - DIA 19

PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A 
JESUCRISTO, LA SABIDURÍA ENCARNADA,
POR LAS MANOS DE MARÍA


San Luis María Grignon de Monfort
(Nota: La preparación dura 33 días. Las oraciones están al final de la lectura de cada ocasión)
DÍA 19
Consideración del Tratado de la Verdadera Devoción
Artículo V
Esta devoción da una gran libertad interior
175. La Santísima Virgen es la Virgen fiel que, por su fidelidad a Dios, repara las pérdidas que ha ocasionado Eva la infiel por su infidelidad, y les obtiene la fidelidad y la perseverancia a aquellos y aquellas qu se le sujetan. Es por esto que un santo la compara a un ancla firme, que los retiene y les impide naufragar en el agitado mar de este mundo, donde tantos perecen por no adherirse a Ella. “Atamos, dice, las almas a vuestra esperanza, como a un ancla firme: Animas ad spem tuam sicut ad firman anchoram alligamus” (S. Juan Damasceno, Sermo I in Dormitione B. M. V.). A Ella es a quien los santos que se han salvado son los que mas se han sujetado y han sujetado a los otros, a fin de perseverar en la virtud. ¡Dichosos, pues, mil veces dichosos, los crisitanos que ahora se sujetan fiel y enteramente a Ella, como a un ancla firme! Los esfuerzos de la tormenta de este mundo no los hará sumergir, ni perder sus tesoros celestiales. ¡Dichosos aquellos y aquellas que entren en Ella como en el Arca de Noé! Las aguas del diluvio de los pecados, que ahogan a tantos, no los dañará, porque: “Qui operantur in me non peccabunt (Eccli. XXIV, 30): los que están en mí para trabajar en su salvación no pecarán” dice Ella con la Sabiduría. ¡Dichosos los infieles hijos de la desdichada Eva que se sujetan a la Madre y Virgen fiel, que permanece siempre fiel y jamás se desmiente: Fidelis permanet, se ipsam negare non potest (Aplicación a la Sma. Virgen del texto de S. Pablo: II Tim. II, 13), y que siempre ama a los que la aman (Prov. VIII, 17), no solo con amor afectivo, sino con amor efectivo y eficaz, impidiéndoles, por una gran abundancia de gracia, retroceder en la virtud o caer en el camino, perdiendo la gracia de su Hijo.
176. Esta buena Madre recibe siempre, por pura caridad, todo lo que se le ha en depósito; y, una vez que lo ha recibido en calidad de depositaria, está obligada por justicia, en virtud del contrato de depósito, a guardárnoslo; así como una persona a quien yo hubiese confiado mil escudos en depósito estaría a guardármelos, de suerte que, si por su negligencia, estricta justicia. Pero no, nunca la fiel María dejaría perder por su negligencica lo que se le haya confiado: el cuelo y la tierra pasarán antes que sea negligente e infiel para con los que se fían en Ella.
177. Pobres hijos de María, vuestra debilidad es extrema, vuestra incostancia es grande, vuestro fondo está muy echado a perder. Confieso, habéis sido sacados de la mima masa corrompida de los hijos de Adán y Eva; pero no os desaniméis por eso: antes bien consolaos, regocijaos: he aquí el secreto que os enseño, secreto desconocido de casi todos los cristianos, aun los mas devotos. No dejéis vuestro oro y vuestra plata en vuestros cofres, que han sido ya rotos por el espíritu maligno que os ha robado, y que son demasiado pequeños, demasiado débiles y demasiado viejos para contener un tesoro tan grande y tan precioso. No pongáis el agua pura y clara de la fuente en vuestros vasos todos maleados e infectados por el pecado; si no está mas en ellos el pecado, todavía está su olor; el agua será maleada por él. No pongáis vuestros vinos exquisitos en los antiguos toneles que han estado llenos de malos vinos: se echarán allí a perder y estarán en peligro de derramarse.
178. Aunque vosotras ya me entendéis, almas predestinadas, hablo mas abiertamente. No confiéis el oro de vuestra caridad, la plata de vuestra pureza, las aguas de las gracias celestiales ni los vinos de vuestros méritos y virtudes, a un saco agujereado, a un cofre viejo y quebrado, a un vaso dañado y corrompido, como sois vosotros: de otra manera seréis saqueados por los ladrones, es decir, los demonios, que buscan y espían, noche y día, el tiempo propio para hacerlo; de otro modo, echaréis a perder, por vuestro mal olor de amor de vosotros mismos, de confianza con vosotros mismos y de voluntad propia, todo lo que Dios os da de mas puro. Poned, verted en el seno y el Corazón de María todos vuestros tesoros, todas vuestras gracias y virtudes: es un vaso de espíritu, es un vaso de honor, es un vaso insigne de devoción: Vas espirituale, vas honorabile, vas insigne devotionis. Desde que Dios mismo en persona se ha encerrado con todas sus perfecciones en este vaso, se ha hecho enteramente espiritual, y la morada espiritual de las almas mas espirituales; se ha hecho honorable, y trono de honor de los grandes príncipes de la eternidad; se ha hecho insigne en devoción, y mansión de los mas ilustres en dulzuras, en gracias y virtudes; en fin, se ha hecho rico como casa de oro, como torre de David, y puro como torre de marfil.
179. ¡Oh, cuán feliz es el hombre que ha dado todo a María, que se confía y se pierde en todo y para todo en María! Es todo de María y María toda de él. Puede decir intrépidamente con David: “Haec facta est mihi (Ps. CXVIII, 56); María ha sido hecha para mí”; o con el discípulo bienamado: “Accepi eam in mea (Juan XIX, 27): La he tomado por todo mi bien: o con Jesucristo: “Omnia mea tua sunt, et omnia tua mea sunt (Juan XVII, 10): Todo lo que tengo es vuestro, y todo lo que vos tenéis, mío
180. Si algún crítico, que lea esto, se imagina que hablo aquí por exageración y por una devoción excesiva, ¡ay!, no me entiende, sea porque es un hombre carnal, que no gusta de las cosas del espíritu, sea porque es del mundo, que no puede recibir al Espíritu Santo, sea porque es orgulloso y crítico, que condena o desprecia lo que no entiende. Pero las lmas que no han nacido de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre (Cf. Juan I. 13), sino de Dios y de María, me comprenden y me gustan; y es para ellas también para quienes escribo esto.
181. Sin embarfo, digo, para unos y otros, retomando mi materia interrumpida, que la divina María, siendo la mas honrada y la mas liberal de todas las criaturas, nunca se deja vencer en amor y en liberalidad; y, por un huevo, dice un santo varón, da Ella un buey (Se trata de un adagio francés que encierra un juego de palabras: “por un oeuf da un boeuf”, correspondería al castllano: “meter aguja para sacar reja”), es decir, por poco que se le dé, da Ella mucho de lo que ha recibido de Dios; y, por consiguiente, si un alma se da a Ella sin reserva, Ella se da a un alma sin reserva, si se pone toda la confianza en Ella, sin presunción, trabajando por su parte para adquirir las virtudes y domar las pasiones.
182. ¡Qué digan, pues, los fieles servidores de la Santísima Virgen, intrépidamente, con San Juan Damasceno: “Teniendo confianza en Vos, oh Madre de Dios, seré salvo; teniendo vuestra protección, nada temeré; con vuestro socorro, combatiré y pondré en fuga a mis enemigos, porque vuestra devoción es un arma de salvación que Dios da a quienes quiere salvar: Spem tuam habens, o Deipara, servabor; deffensionem tuam possidens, non timebo; persequar inimicos meos et in fugant vertam, habens protectionem tuam et auxilium tuum: nam tibi devotum esse est arma quaedam salutis quae Deus his dat quos vult salvos fieri (Juan Damas. Serm. de An.).


Prácticas Espirituales
Emplearán todas sus oraciones y acciones de piedad en pedir el conocimiento de sí mismos y la contrición de sus pecados; harán todo en espíritu de humildad. Para eso podrán, si quieren, meditar lo que he dicho de nuestro mal fondo y no considerarse durante los seis días de esta semana sino como caracoles, babosas, sapos, cerdos, serpientes y machos cabríos; o bien estas tres palabras de San Bernardo: Piensa en lo que has sido, simiente pútrida; lo que eres, vaso de estiércol; lo que llegarás a ser, comida de gusanos. Rogarán a Nuestro Señor y a su Santo Espíritu que los ilumine con estas palabras: ¡Señor, que vea! O ¡Señor, que te conozca! O también ¡Ven, Espíritu Santo!, y dirán todas las letanías al Espíritu Santo. Recurrirán a la Santísima Virgen y le pedirán esta gracia grande que debe ser el fundamento de las otras, y para ello dirán todos los días el Ave María Stella y sus letanías.




Oraciones de la primera semana:


LETANÍAS DEL ESPÍRITU SANTO


Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Trinidad Santa, un solo Dios,
Espíritu, que procede del Padre y del Hijo,
Espíritu del Señor, que al comienzo
de la creación planeando sobre las aguas, las fecundaste
Espíritu por inspiración del cual han
hablado los santos hombres de Dios,
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas
Espíritu, que das testimonio de Cristo,
Espíritu de verdad que nos instruís sobre todas las cosas
Espíritu que sobreviene a María,
Espíritu del Señor que llena todo el orbe,
Espíritu de Dios que habita en nosotros,
Espíritu de sabiduría y de entendimiento,
Espíritu de consejo y de fortaleza,
Espíritu de ciencia y de piedad,
Espíritu de temor del Señor,
Espíritu de gracia y de misericordia,
Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad,
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz
Espíritu de humildad y de castidad,
Espíritu de benignidad y de mansedumbre,
Espíritu de multiforme gracia,
Espíritu que escrutas hasta los secretos de Dios
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma
Espíritu en el cual renacemos,
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,
Espíritu que en lenguas de fuego sobre los Discípulos apareciste.
Espíritu con el cual fueron los Apóstoles henchidos
Espíritu que distribuyes (vuestros dones) a cada uno como quieres,
Sednos propicio, perdónanos, Señor.
Sednos propicio, escúchanos, Señor.
De todo mal,
De todo pecado,
De las tentaciones e insidias del diablo,
De toda presunción y desesperación,
De la resistencia a la verdad conocida,
De la obstinación y de la impenitencia,
De la impureza de la mente y del cuerpo,
Del espíritu de fornicación,
De todo espíritu malo,
Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Por la Concepción de Jesucristo, hecha por operación.
Por tu descenso sobre Cristo, en el Jordán.
Por tu advenimiento sobre los Discípulos.
En el día del juicio,
Pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que, así como vivimos por el espíritu,
obremos también por el espíritu,
Para que, recordando que somos templo
del Espíritu Santo, no lo profanemos,
Para que, viviendo según el espíritu, no
cumplamos los deseos de la carne,
A fin de que por el espíritu mortifiquemos las obras de la carne,
Para que no te contristemos a ti, Espíritu Santo de Dios,
Para que seamos solícitos en guardar la
unidad de espíritu en el vínculo de la paz,
Para que no creamos a todo espíritu, te rogamos, óyenos.
Para que probemos a los espíritus si son de Dios,
te rogamos, óyenos.
Para que te dignes renovar en nosotros el
espíritu de rectitud, re rogamos…
Para que nos confirmes por tu espíritu
soberano, te rogamos, óyenos.
Cordero de Dios que quitas los pecados del
mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del
mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del
mundo, ten piedad de nosotros.
Oremos
Asístanos, te pedimos, Señor, la virtud del
Espíritu Santo, que purifique clementemente
nuestros corazones y nos preserve de todo
mal. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Así sea.




AVE ESTRELLA DE LA MAR


Ave estrella de la mar,
Augusta Madre de Dios,
Permanentemente Virgen,
Puerta del cielo, feliz.


Recibiendo Tú aquel Ave
Por la boca de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Mudando el nombre de Eva.


Desata el lazo al culpable,
Muestra la luz a los ciegos,
Líbranos de todo mal,
Consíguenos todo bien.


Que eres Madre muéstranos;
Reciba por Ti las preces
Quien, nacido por nosotros,
Quiso ser el fruto tuyo.


Virgen única, sin par,
Entre todas la más dulce,
Líbranos de nuestras culpas,
Haz que seamos mansos, castos.


Concédenos vida pura,
Vía segura prepara:
Para que, viendo a Jesús,
Siempre juntos nos gocemos.


Se alabanza a Dios Padre,
Al sumo Cristo esplendor,
con el Espíritu Santo,
a los Tres un solo honor.
Amén.


LETANÍAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
ten piedad de nosotros.
Deus, Dios Espíritu Santo,
ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros*
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre sin tacha,
Madre siempre Virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen venerable,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de Sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso honorable,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los cielos,
Reina del sacratísimo Rosario,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas los pecados
del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados
del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados
del mundo, ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de Jesucristo.


Oremos
Concédenos, Señor Dios, a tus siervos, te
lo pedimos, la gracia de gozar perpetua
salud de cuerpo y alma, y por la gloriosa
intercesión de la Bienaventurada siempre
Virgen María, de ser librados de la tristeza
(de la vida) presente y de gozar de la eterna
alegría. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.

*(por cada título a Ntra. Señora decir: ruega por nosotros)







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