PREPARACIÓN
PARA LA CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A
JESUCRISTO, LA SABIDURÍA
ENCARNADA,
San
Luis María Grignon de Monfort
(Nota:
La preparación dura 33 días. Las oraciones están al final de la
lectura de cada ocasión)
DÍA
18
Consideración
del Tratado de la Verdadera Devoción
ARTÍCULO
V
ESTA
DEVOCIÓN DA UNA GRAN LIBERTAD INTERIOR
169.
Sexto motivo. Esta devoción da a quienes la practican fielmente una
gran libertad interior: la libertad de los hijos de Dios (Rom. VIII.
21). Porque haciéndose el hombre esclavo de Jesucristo y
consagrándose a El por esta devoción, el Señor en recompensa de la
amorosa esclavitud por la que hemos optado: 1º quita del alma todo
escrúpulo y temor servil que pudiera angustiarla, esclavizarla y
perturbarla; 2º ensancha el corazón con una santa confianza en
Dios, haciendo que lo mire como a su Padre; 3º nos inspira un amor
tierno y filial.
170.
No me detengo a probar con razones esta verdad, me contento con
referir un hecho histórico que leí en la Vida de la Madre Inés de
Jesús, religiosa dominica del convento de Langeac Alvernia, donde
murió en olor de santidad en 1634. Contaba apenas siete años y ya
padecía grandes congojas espirituales, oyó entonces una voz que le
dijo: "Si quieres verte libre de todas tus angustias y ser
protegida contra todos tus enemigos, hazte cuanto antes esclava de
Jesús y de su Santísima. Madre". Al regresar a su casa, se
apresuró a consagrarse enteramente como esclava a Jesús y María,
aunque por entonces no sabía lo que era esta devoción. Habiendo
encontrado después una cadena de hierro, se la puso a la cintura y
la llevó hasta la muerte. Hecho esto, cesaron todas sus congojas y
escrúpulo y halló tanta paz y amplitud de corazón que se
comprometió a enseñar esta devoción a muchos otros, quienes a su
vez hicieron con ella grandes progresos. Recordemos entre otros a M.
Olier, fundador del Seminario de San Sulpicio, y a muchos sacerdotes
y eclesiásticos del mismo seminario.
Se
le apareció un día la Santísima Virgen y le puso al cuello una
cadena de oro, en prueba del gozo que le había causado al hacerse
esclava suya y de su Hijo. Y santa Cecilia que acompañaba a la
Santísima Virgen, le dijo: "Dichosos los fieles esclavos de la
Reina del cielo, porque gozarán de la verdadera libertad: Tibi
servire libertas (Servirte
a ti, es la libertad).
ARTÍCULO
VII
ESTA
DEVOCIÓN PROCURA GRANDES BIENES AL PRÓJIMO
171.
Séptimo motivo. Puede movernos a abrazar esta práctica el
considerar los grandes bienes que reporta a nuestro prójimo.
Efectivamente,
con ella se ejercita de manera eminente la caridad con el prójimo,
porque se le da, por manos de María, lo más precioso y caro que
tenemos, que es el valor satisfactorio e impetratorio de todas las
buenas obras, sin exceptuar el menor pensamiento bueno ni el más
leve sufrimiento. Se acepta que todas las satisfacciones adquiridas
hasta ahora y las que se adquieran hasta la muerte, sean empleadas
según la voluntad de la Sma. Virgen, en la conversión de los
pecadores o la liberación de las almas del Purgatorio.
¿No
es esto amar perfectamente al prójimo? ¿No es esto pertenecer al
número de los verdaderos discípulos de Jesucristo, cuyo distintivo
es la caridad? ¿No es éste el medio de convertir a los pecadores,
sin temor a la vanidad, y librar a las almas del Purgatorio, casi sin
hacer otra cosa que lo que cada cual está obligado a hacer conforme
a su estado?
172.
Para comprender la excelencia de este motivo sería indispensable
conocer el gran valor que tiene la conversión de un pecador o la
liberación de un alma del Purgatorio: bien infinito, mayor que la
creación del cielo y de la tierra, pues se da a un alma la posesión
de Dios. De suerte que aun cuando por esta devoción no se sacase en
toda la vida más que a un alma del Purgatorio o no se convirtiese
más que a un solo pecador. ¿no sería esto motivo suficiente para
mover a todo hombre caritativo a optar por ella?
Nótese,
además, que nuestras buenas obras, al pasar por las manos de María,
reciben un aumento de pureza y, por lo mismo, de mérito y valor
satisfactorio e impetratorio. Con lo cual se hace mucho más capaces
de aliviar a las almas del Purgatorio y convertir a los pecadores,
que si no pasaran por las manos virginales y liberales de María. Lo
poquito que damos por medio de la Santísima Virgen, sin voluntad
propia y por caridad pura y desinteresada, llega a ser realmente
poderoso para aplacar la cólera de Dios y atraer su misericordia. De
suerte que una persona que haya sido enteramente fiel a esta práctica
encontrará en la hora de la muerte, que ha librado a muchas almas
del Purgatorio y convertido a muchos pecadores, por medio de esta
devoción, aunque sólo haya realizado las obras de su propio estado
¡Qué gozo en el día del juicio! ¡Qué gloria en la eternidad!
ARTÍCULO
VIII
ESTA
DEVOCIÓN ES UN MEDIO MARAVILLOSO DE PERSEVERANCIA
173.
Octavo motivo. Finalmente, lo que más poderosamente nos induce a
abrazar esta devoción a la Sma. Virgen es el reconocer en ella un
medio admirable para perseverar en la virtud y ser fieles a Dios ¿Por
qué, en efecto, la mayor parte de las conversiones no es permanente?
¿Por qué se recae tan fácilmente en el pecado? ¿Por qué la mayor
parte de los justos, en vez de adelantar de virtud en virtud y
adquirir nuevas gracias, pierde muchas veces las pocas virtudes y
gracias que poseía? Esta desgracia proviene como hemos dicho de que,
no obstante estar el hombre tan corrompido y ser tan débil e
inconstante, ¡se apoya en sus propias fuerzas y se cree capaz de
guardar el tesoro de sus gracias, virtudes y méritos!
Ahora
bien, por esta devoción, confiamos a la Virgen fiel todo cuanto
poseemos, constituyéndola depositaria universal de todos nuestros
bienes, de naturaleza y gracia. Confiamos en su fidelidad, nos
apoyamos en su poder y nos fundamos en su misericordia y caridad,
para que Ella conserve y aumente nuestras virtudes y méritos, a
pesar del demonio, el mundo y la carne, que hacen esfuerzos para
arrebatárnoslos. Le decimos como el hijo a su madre y el buen siervo
a su señor "¡Guarda el buen depósito!" Madre y Señora,
reconozco que por tu intercesión he recibido hasta ahora más
gracias de Dios de las que yo merecía. La triste experiencia me
enseña que llevo este tesoro en un vaso muy frágil y que soy muy
débil y miserable para conservarlo en mí mismo: Yo, pequeño y
despreciado como soy.. Recibe, por favor, cuanto posee y consérvamelo
con tu fidelidad y tu poder. Si tú me guardas, no perderé nada; si
me sostienes, no caeré; si me proteges, estaré seguro ante mis
enemigos.
174.
San Bernardo dice en términos formales esto mismo para inspirarnos
esta práctica: "Cuando Ella te sostiene, no caes; cuando Ella
te protege, no temes; cuando Ella te guía, no te fatigas; cuando
Ella te es favorable, llegas hasta el puerto de salvación. San
Buenaventura parece decir lo mismo en términos más explícitos:
Virgo non solum in plenitudinem sanctorum detinetur, sed etiam in
plenitudine sanctos detinet, ne plenitudo miniatur; detinet merita ne
pereant ; detinet virtutes ne fujiant; detinet gratias ne effluant;
detinent daemones ne noceant; detinet Filium ne peccatores percutiat
(La Santísima Virgen no solamente se mantiene y conserva a los
santos en su plenitud, para que ésta no disminuya, impide que sus
virtudes se debiliten, que sus méritos perezcan, que sus gracias se
pierdan, que los demonios les hagan daño, que el Señor los castigue
cuando pecan. San Buenaventura en Speculo B. V.).
Prácticas
Espirituales:
Emplearan
todas su oraciones y acciones de piedad en pedir el conocimiento de
sí mismos y la contrición de sus pecados; harán todo en espíritu
de humildad. Para eso podrán, si quieren, meditar lo que he dicho
de nuestro mal fondo y no considerarse durante los seis días de esta
semana sino como caracoles, babosas, sapos, cerdos, serpientes y
machos cabríos; o bien estas tres palabras de San Bernardo: Piensa
en lo que has sido, simiente pútrida; lo que eres, vaso de
estiércol; lo que llegarás a ser, comida de gusanos. Rogarán
a Nuestro Señor y a su Santo Espíritu que los ilumine con estas
palabras: ¡Señor,
que vea! O
¡Señor,
que te conozca!
O también ¡Ven,
Espíritu Santo!,
y dirán todas la letanías al Espíritu Santo. Recurrirán a la
Santísima Virgen y le pedirán esta gracia grande que debe ser el
fundamento de las otras, y para ello dirán todos los días el Ave
María Stella y sus letanías.
Oraciones
de la Primera Semana:
LETANÍAS
DEL ESPÍRITU SANTO
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
óyenos.
Cristo,
escúchanos.
Dios,
Padre celestial,
Dios,
Hijo, Redentor del mundo,
Dios,
Espíritu Santo,
Trinidad
Santa, un solo Dios,
Espíritu,
que procede del Padre y del Hijo,
Espíritu
del Señor, que al comienzo
de
la creación planeando sobre las aguas,
las
fecundaste
Espíritu
por inspiración del cual han
hablado
los santos hombres de Dios,
Espíritu
cuya unción nos enseña
todas
las cosas
Espíritu,
que das testimonio de Cristo,
Espíritu
de verdad que nos instruís sobre
todas
las cosas
Espíritu
que sobreviene a María,
Espíritu
del Señor que llena todo el orbe,
Espíritu
de Dios que habita en nosotros,
Espíritu
de sabiduría y de entendimiento,
Espíritu
de consejo y de fortaleza,
Espíritu
de ciencia y de piedad,
Espíritu
de temor del Señor,
Espíritu
de gracia y de misericordia,
Espíritu
de fuerza, de dilección y de sobriedad,
Espíritu
de fe, de esperanza, de amor y de
paz
Espíritu
de humildad y de castidad,
Espíritu
de benignidad y de mansedumbre,
Espíritu
de multiforme gracia,
Espíritu
que escrutas hasta los secretos de Dios
Espíritu
que ruegas por nosotros con gemidos
inenarrables
Espíritu
que descendiste sobre Cristo en
forma
de paloma
Espíritu
en el cual renacemos,
Espíritu
por el cual se difunde la caridad en
nuestros
corazones
Espíritu
de adopción de los hijos de Dios,
Espíritu
que en lenguas de fuego sobre los
Discípulos
apareciste.
Espíritu
con el cual fueron los Apóstoles henchidos
Espíritu
que distribuyes (vuestros dones)
a
cada uno como quieres,
Sednos
propicio, perdónanos, Señor.
Sednos
propicio, escúchanos, Señor.
De
todo mal,
De
todo pecado,
De
las tentaciones e insidias del diablo,
De
toda presunción y desesperación,
De
la resistencia a la verdad conocida,
De
la obstinación y de la impenitencia,
De
la impureza de la mente y del cuerpo,
Del
espíritu de fornicación,
De
todo espíritu malo,
Por
tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Por
la Concepción de Jesucristo, hecha por
operación.
Por
tu descenso sobre Cristo, en el Jordán.
Por
tu advenimiento sobre los Discípulos.
En
el día del juicio,
Pecadores,
te rogamos, óyenos.
Para
que, así como vivimos por el espíritu,
obremos
también por el espíritu,
Para
que, recordando que somos templo
del
Espíritu Santo, no lo profanemos,
Para
que, viviendo según el espíritu, no
cumplamos
los deseos de la carne,
A
fin de que por el espíritu mortifiquemos
las
obras de la carne,
Para
que no te contristemos a ti, Espíritu
Santo
de Dios,
Para
que seamos solícitos en guardar la
unidad
de espíritu en el vínculo de la paz,
Para
que no creamos a todo espíritu,
te
rogamos, óyenos.
Para
que probemos a los espíritus si son de
Dios,
te rogamos, óyenos.
Para
que te dignes renovar en nosotros el
espíritu
de rectitud, re rogamos...
Para
que nos confirmes por tu espíritu
soberano,
te rogamos, óyenos.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del
mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del
mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del
mundo,ten
piedad de nosotros.
Oremos
Asístanos,
te pedimos, Señor, la virtud del
Espíritu
Santo, que purifique clementemente
nuestros
corazones y nos preserve de todo
mal.Por
Jesucristo Nuestro Señor.
Así
sea.
AVE
ESTRELLA DE LA MAR
Ave
estrella de la mar,
Augusta
Madre de Dios,
Permanentemente
Virgen,
Puerta
del cielo, feliz.
Recibiendo
Tú aquel Ave
Por
la boca de Gabriel,
Ciméntanos
en la paz,
Mudando
el nombre de Eva.
Desata
el lazo al culpable,
Muestra
la luz a los ciegos,
Líbranos
de todo mal,
Consíguenos
todo bien.
Que
eres Madre muéstranos;
Reciba
por Ti las preces
Quien,
nacido por nosotros,
Quiso
ser el fruto tuyo.
Virgen
única, sin par,
Entre
todas la más dulce,
Líbranos
de nuestras culpas,
Haz
que seamos mansos, castos.
Concédenos
vida pura,
Vía
segura prepara:
Para
que, viendo a Jesús,
Siempre
juntos nos gocemos.
Se
alabanza a Dios Padre,
Al
sumo Cristo esplendor,
con
el Espíritu Santo,
a
los Tres un solo honor.
Amén.
LETANÍAS
A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
óyenos.
Cristo,
escúchanos
Dios,
Padre celestial,
ten
piedad de nosotros.
Dios
Hijo, Redentor del mundo,
ten
piedad de nosotros.
Deus,
Dios Espíritu Santo,
ten
piedad de nosotros.
Santa
Trinidad, un solo Dios,
ten
piedad de nosotros.
Santa
María, ruega por nosotros*
Santa
Madre de Dios,
Santa
Virgen de las vírgenes,
Madre
de Cristo,
Madre
de la divina gracia,
Madre
purísima,
Madre
castísima,
Madre
sin tacha,
Madre
siempre Virgen,
Madre
inmaculada,
Madre
amable,
Madre
admirable,
Madre
del buen consejo,
Madre
del Creador,
Madre
del Salvador,
Virgen
prudentísima,
Virgen
venerable,
Virgen
digna de alabanza,
Virgen
poderosa,
Virgen
clemente,
Virgen
fiel,
Espejo
de justicia,
Trono
de Sabiduría,
Causa
de nuestra alegría,
Vaso
espiritual,
Vaso
honorable,
Vaso
insigne de devoción,
Rosa
mística,
Torre
de David,
Torre
de marfil,
Casa
de oro,
Arca
de la Alianza,
Puerta
del cielo,
Estrella
de la mañana,
Salud
de los enfermos,
Refugio
de los pecadores,
Consuelo
de los afligidos,
Auxilio
de los cristianos,
Reina
de los Ángeles,
Reina
de los Patriarcas,
Reina
de los Profetas,
Reina
de los Apóstoles,
Reina
de los Mártires,
Reina
de los Confesores,
Reina
de las Vírgenes,
Reina
de todos los Santos,
Reina
concebida sin pecado original,
Reina
asunta a los cielos,
Reina
del sacratísimo Rosario,
Reina
de la paz.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados
del
mundo, perdónanos, Señor.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados
del
mundo, escúchanos, Señor.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados
del
mundo, ten piedad de nosotros.
Ruega
por nosotros santa Madre de Dios,
para
que seamos dignos de alcanzar las
promesas
de Jesucristo.
Oremos
Concédenos,
Señor Dios, a tus siervos, te
lo
pedimos, la gracia de gozar perpetua
salud
de cuerpo y alma, y por la gloriosa
intercesión
de la Bienaventurada siempre
Virgen
María, de ser librados de la tristeza
(de
la vida) presente y de gozar de la eterna
alegría.
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.
*(por
cada título a Ntra Señora decir: ruega por nosotros)
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