PREPARACIÓN
PARA LA CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A
JESUCRISTO, LA SABIDURÍA
ENCARNADA,
San
Luis María Grignon de Monfort
(Nota:
La preparación dura 33 días. Las oraciones están al final de la
lectura de cada ocasión)
DÍA
17
Consideración
del Tratado de la Verdadera Devoción
IV.
Esta devoción es un camino seguro.
159.
Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino seguro para ir a
Jesucristo y adquirir la perfección uniéndonos a Él:
1.
Porque esta práctica que yo enseño no es nueva; es tan antigua que,
como dice Bordón (Muerto en olor de santidad, doctor en teología y
gran arcediano de Evreux, autor de libro titulado: La
Santa Esclavitud de la Admirable Madre de Dios y
de otras obras, impregnadas todas de una ardiente devoción a la
Santísima Virgen) en un libro que ha escrito sobre esta devoción,
no se pueden señalar con precisión sus comienzos, es cierto, sin
embargo, que desde hace más de 700 años encuéntrense señales de
ella en la Iglesia (El Santo Rey Dagoberto II, del siglo VII, se
consagraría a sí a la Santísima Virgen en calidad de esclavo,
citado por Kronenburg, María´s
Heerlijkheid,
I, 98. Lo mismo el Papa Juan VII, 701-707, cit. S. A. X, 627).
San
Odilón, abad de Cluny, que vivía hacia el año 1040, ha sido uno de
los primeros que la ha practicado públicamente en Francia, como se
indica en su vida.
El
Cardenal Pedro Damiano (Declarado Doctor de la Iglesia por León XII)
refiere que en el año 1076, el Beato Marin, su hermano, se hizo
esclavo de la Santísima Virgen, en presencia de su director, de un
modo muy edificante: pues se puso una cuerda en el cuello, se
disciplinó, y puso sobre el altar una suma de dinero como señal de
su entrega y consagración a la Santísima Virgen, lo que tan
fielmente continuó observando toda su vida, que mereció a su muerte
ser visitado y consolado por su buena Dueña, y recibir de su misma
boca las promesas del paraíso como recompensa de sus servicios (Cf.
S. A. X, 1310 y sig. )
Casareo
Bolando (Cesareo d´Heisterbach) hace mención de un ilustre
caballero, Vautier de Birback, pariente cercano de los duques de
Lovaina, que, alrededor del año 1300, hizo esta consagración de sí
mismo a la Santísima Virgen (Cf. S. A. XI, 437 y sig.).
Esta
devoción ha sido practicada por muchos particulares hasta el siglo
XVIII, en que llegó a ser pública (Cf. Místicos
Franciscanos
, Ed. B. A. C. Madrid. En Quito, Perú, a raíz de la erupción del
volcán Pichincha, cuanta el R. P. Vargas Ugarte, en su Historia
del Culto a María en Ibero América y de sus Imágenes y Santuarios
más celebrados, que
“Acudió el pueblo a su único refugio: la Virgen de la Merced. El
27 de octubre de 1660 se llevó solemnemente el Santísimo a la
Catedral a la iglesia de los Mercedarios y una vez en el templo la
Real Audiencia juró, sobre los evangelios, y en manos del Obispo que
todos sus miembros se reconocían por esclavos de Nuestra Señora”,
pág. 462. Edic. Huarpes, Buenos Aires, 1947).
160.
El Padre Simón Rojas, de la Orden de la Trinidad Redención de
Cautivos, predicador en la corte de Felipe III, puso en boga esta
devoción por toda España y Alemania y obtuvo de Gregorio XV, a
instancias del mismo rey, grandes indulgencias para quienes la
practicasen. El P. Bartolomé de los Ríos, agustino, se dedicó con
el Beato Simón Rojas, íntimo amigo suyo, a extender de palabra y
por escrito esta devoción en España y Alemania. Escribió un grueso
volumen, titulado De Hierachia Mariana, en él trata con tanta piedad
como erudición de la antigüedad, excelencia y solidez de esta
devoción.
Los
Padres Teatinos propagaron esta devoción en Italia, Sicilia y
Saboya, durante el último siglo.
El
R. P. Estanislao Falacio, S.J., la dio a conocer maravillosamente en
Polonia.
El
P. de los Ríos, en su libro antes citado, consigna los nombres de
los príncipes, princesas y cardenales de diferentes naciones que
abrazaron esta devoción.
El
R. P. Cornelio Alápide, tan recomendable por su piedad como por su
ciencia profunda, recibió de muchos obispos y teólogos el encargo
de examinar esta devoción. Después de examinarla maduramente, hizo
de ella grandes alabanzas dignas de su piedad. Muchos otros grandes
personajes siguieron su ejemplo.
Los
RR. PP. Jesuitas, siempre celosos en el servicio de la Sma. Virgen,
presentaron en nombre de los Congregantes de Colonia un opúsculo
sobre la santa Esclavitud, al duque Fernando de Baviera arzobispo
entonces de Colonia. Este lo aprobó y permitió imprimirlo y exhortó
a todos los párrocos y religiosos de sus diócesis a difundir en la
medida de lo posible esta sólida devoción.
162.
El cardenal de Bérulle, cuya memoria bendice toda Francia, fue uno
de los más celosos en propagar por Francia esta devoción, a pesar
de todas las calumnias y persecuciones que le levantaron los críticos
y libertinos. Estos le acusaron de novedad y superstición y
publicaron contra él un folleto difamatorio, sirviéndose o más
bien el demonio se sirvió por medio de ellos de mil argucias para
impedirle divulgar en Francia esta devoción. Pero este santo varón
respondió a las calumnias con su paciencia y a las objeciones del
libelo con un breve escrito en que las refutó victoriosamente,
demostrando que esta práctica que funda en el ejemplo de Jesucristo,
las obligaciones que tenemos para con El y las promesas del santo
Bautismo. Particularmente con esta última razón cerró la boca a
sus adversarios, haciéndoles ver que esta consagración a la Sma.
Virgen y por medio de Ella a Jesucristo no es más que una perfecta
renovación de los votos y promesas del Bautismo. Añade muchas y muy
hermosas cosas sobre esta devoción, que pueden leerse en sus obras.
163.
En el citado libro de M. Boudon pueden verse los nombres de los
diferentes Papas que han aprobado esta devoción, de los teólogos
que la han examinado, las persecuciones suscitadas contra ella y
sobre las cuales ha triunfado y los millares de personas que la han
abrazado sin que jamás ningún Papa la haya condenado. Y es que no
se la podría condenar sin trastornar los fundamentos del
cristianismo.
Consta,
pues, que esta devoción no es nueva. Y si no es común se debe a que
es demasiado preciosa para ser saboreada y practicada por toda clase
de personas.
164.
2) Esta devoción es un medio seguro para ir a Jesucristo.
Efectivamente el oficio de la Sma. Virgen en conducirnos con toda
seguridad a Jesucristo, así como el de Este es llevarnos al Padre
con toda seguridad. No se engañen, pues, las personas espirituales
creyendo falsamente que María les impida llegar a la unión con
Dios. Porque, ¿será posible que la que halló gracia delante de
Dios para todo el mundo en general y para cada uno en particular,
estorbe a las almas alcanzar la inestimable gracia de la unión con
Jesucristo? ¿Será posible que la que fue total y
sobreabundantemente llena de gracia y tan unida y transformada en
Dios que lo obligó a encarnarse en Ella, impida al alma vivir unida
a Dios? Ciertamente que la vista de las otras creaturas, aunque
santas, podrá en ocasiones retardar la unión divina, pero no María
como he dicho y no me cansaré de repetirlo.
Una
de las razones que explican porqué son tan pocas las almas que
llegan a la madurez en Jesucristo, es que María que ahora como
siempre es la Madre de Cristo y la Esposa fecunda del Espíritu Santo
no está bastante formada en los corazones. Quien desee tener el
fruto maduro y bien formado, debe tener el árbol que lo produce.
Quien desee tener el fruto de vida Jesucristo debe tener el árbol de
la vida Jesucristo debe tener el árbol de la vida, que es María.
Quien desee tener en sí la operación del Espíritu Santo, debe
tener a su Esposa fiel e inseparable, la excelsa María, que le hace
fértil y fecundo, como hemos dicho antes.
165.
Persuádate, pues, de que cuanto más busques a María en tus
oraciones, contemplaciones, acciones y padecimientos si no de manera
clara y explícita, al menos con mirada general e implícita más
perfectamente hallarás a Jesucristo, que está siempre en María,
grande y poderoso, dinámico e incomprensible, como no lo está en el
cielo ni en ninguna otra creatura del universo.
Así,
la excelsa María, toda transformada en Dios lejos de obstaculizar a
los perfectos la llegada a la unión con Dios es la creatura que nos
ayuda más eficazmente en obra tan importante. Y esto, en forma que
no ha habido ni habrá jamás otra igual a Ella, ya por las gracias
que para ello nos alcanza pues como dice un Santo, "nadie se
llena del pensamiento de Dios sino por Ella; ya por las ilusiones y
engaños del maligno espíritu, de las que Ella nos librará.
166.
Donde está María no pude estar el espíritu maligno. Precisamente
una de las señales de que somos gobernados por el buen espíritu es
el ser muy devotos de la Sma. Virgen, pensar y hablar frecuentemente
de Ella. Así piensa San Germán quien añade que así como la
respiración es señal cierta de que el cuerpo no está muerto, del
mismo modo el pensar con frecuencia en María e invocarla
amorosamente es señal cierta de que el alma no está muerta por el
pecado.
167.
Siendo así que según dicen la iglesia y el Espíritu Santo que la
dirige María sola ha dado muerte a todas las herejías por más que
los críticos murmuren jamás un fiel devoto de María caerá en
herejía o ilusión, al menos formales. Podrá, tal vez, aunque más
difícilmente que los otros errar materialmente, tomar la mentira por
verdad y el mal espíritu por bueno... pero, tarde o temprano,
conocerá su falta y error material y, cuando lo conozca, no se
obstinará en creer y defender lo que había tenido como verdadero.
168.
Cualquiera, pues, que desee avanzar, sin temor a ilusiones cosa
ordinaria entre personas de oración por los caminos de la santidad y
hallar con seguridad y perfección a Jesucristo, debe abrazar de todo
corazón, con ánimo generoso y resuelto, esta devoción a la Sma.
Virgen que tal vez no haya conocido todavía y que yo le enseño
ahora: "Les voy a mostrar un camino más excelente". Es el
camino abierto por Jesucristo, la Sabiduría encarnada, nuestra única
Cabeza. El miembro de esta Cabeza que avanza por dicho camino no
puede extraviarse.
Que
entre, entonces, por este camino fácil, a causa de la plenitud de la
gracia y unción del Espíritu Santo que lo llena: nadie se cansa ni
retrocede, si camina por él. Es camino corto, que en breve nos lleva
a Jesucristo. Es camino perfecto, sin lodo ni polvo ni fealdad de
pecado. Es, finalmente, camino seguro, que de manera directa y
segura, sin desviarnos ni a la derecha ni a la izquierda, nos conduce
a Jesucristo y a la vida eterna.
Entremos,
pues, por este camino y avancemos por él, día y noche, hasta la
plena madurez en Jesucristo (Cf.Ephes IV, 13)
Prácticas
Espirituales:
Emplearan
todas su oraciones y acciones de piedad en pedir el conocimiento de
sí mismos y la contrición de sus pecados; harán todo en espíritu
de humildad. Para eso podrán, si quieren, meditar lo que he dicho
de nuestro mal fondo y no considerarse durante los seis días de esta
semana sino como caracoles, babosas, sapos, cerdos, serpientes y
machos cabríos; o bien estas tres palabras de San Bernardo: Piensa
en lo que has sido, simiente pútrida; lo que eres, vaso de
estiércol; lo que llegarás a ser, comida de gusanos. Rogarán
a Nuestro Señor y a su Santo Espíritu que los ilumine con estas
palabras: ¡Señor,
que vea! O
¡Señor,
que te conozca!
O también ¡Ven,
Espíritu Santo!,
y dirán todas la letanías al Espíritu Santo. Recurrirán a la
Santísima Virgen y le pedirán esta gracia grande que debe ser el
fundamento de las otras, y para ello dirán todos los días el Ave
María Stella y sus letanías.
Oraciones
de la Primera Semana:
LETANÍAS
DEL ESPÍRITU SANTO
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
óyenos.
Cristo,
escúchanos.
Dios,
Padre celestial,
Dios,
Hijo, Redentor del mundo,
Dios,
Espíritu Santo,
Trinidad
Santa, un solo Dios,
Espíritu,
que procede del Padre y del Hijo,
Espíritu
del Señor, que al comienzo
de
la creación planeando sobre las aguas,
las
fecundaste
Espíritu
por inspiración del cual han
hablado
los santos hombres de Dios,
Espíritu
cuya unción nos enseña
todas
las cosas
Espíritu,
que das testimonio de Cristo,
Espíritu
de verdad que nos instruís sobre
todas
las cosas
Espíritu
que sobreviene a María,
Espíritu
del Señor que llena todo el orbe,
Espíritu
de Dios que habita en nosotros,
Espíritu
de sabiduría y de entendimiento,
Espíritu
de consejo y de fortaleza,
Espíritu
de ciencia y de piedad,
Espíritu
de temor del Señor,
Espíritu
de gracia y de misericordia,
Espíritu
de fuerza, de dilección y de sobriedad,
Espíritu
de fe, de esperanza, de amor y de
paz
Espíritu
de humildad y de castidad,
Espíritu
de benignidad y de mansedumbre,
Espíritu
de multiforme gracia,
Espíritu
que escrutas hasta los secretos de Dios
Espíritu
que ruegas por nosotros con gemidos
inenarrables
Espíritu
que descendiste sobre Cristo en
forma
de paloma
Espíritu
en el cual renacemos,
Espíritu
por el cual se difunde la caridad en
nuestros
corazones
Espíritu
de adopción de los hijos de Dios,
Espíritu
que en lenguas de fuego sobre los
Discípulos
apareciste.
Espíritu
con el cual fueron los Apóstoles henchidos
Espíritu
que distribuyes (vuestros dones)
a
cada uno como quieres,
Sednos
propicio, perdónanos, Señor.
Sednos
propicio, escúchanos, Señor.
De
todo mal,
De
todo pecado,
De
las tentaciones e insidias del diablo,
De
toda presunción y desesperación,
De
la resistencia a la verdad conocida,
De
la obstinación y de la impenitencia,
De
la impureza de la mente y del cuerpo,
Del
espíritu de fornicación,
De
todo espíritu malo,
Por
tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Por
la Concepción de Jesucristo, hecha por
operación.
Por
tu descenso sobre Cristo, en el Jordán.
Por
tu advenimiento sobre los Discípulos.
En
el día del juicio,
Pecadores,
te rogamos, óyenos.
Para
que, así como vivimos por el espíritu,
obremos
también por el espíritu,
Para
que, recordando que somos templo
del
Espíritu Santo, no lo profanemos,
Para
que, viviendo según el espíritu, no
cumplamos
los deseos de la carne,
A
fin de que por el espíritu mortifiquemos
las
obras de la carne,
Para
que no te contristemos a ti, Espíritu
Santo
de Dios,
Para
que seamos solícitos en guardar la
unidad
de espíritu en el vínculo de la paz,
Para
que no creamos a todo espíritu,
te
rogamos, óyenos.
Para
que probemos a los espíritus si son de
Dios,
te rogamos, óyenos.
Para
que te dignes renovar en nosotros el
espíritu
de rectitud, re rogamos...
Para
que nos confirmes por tu espíritu
soberano,
te rogamos, óyenos.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del
mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del
mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del
mundo,ten
piedad de nosotros.
Oremos
Asístanos,
te pedimos, Señor, la virtud del
Espíritu
Santo, que purifique clementemente
nuestros
corazones y nos preserve de todo
mal.Por
Jesucristo Nuestro Señor.
Así
sea.
AVE
ESTRELLA DE LA MAR
Ave
estrella de la mar,
Augusta
Madre de Dios,
Permanentemente
Virgen,
Puerta
del cielo, feliz.
Recibiendo
Tú aquel Ave
Por
la boca de Gabriel,
Ciméntanos
en la paz,
Mudando
el nombre de Eva.
Desata
el lazo al culpable,
Muestra
la luz a los ciegos,
Líbranos
de todo mal,
Consíguenos
todo bien.
Que
eres Madre muéstranos;
Reciba
por Ti las preces
Quien,
nacido por nosotros,
Quiso
ser el fruto tuyo.
Virgen
única, sin par,
Entre
todas la más dulce,
Líbranos
de nuestras culpas,
Haz
que seamos mansos, castos.
Concédenos
vida pura,
Vía
segura prepara:
Para
que, viendo a Jesús,
Siempre
juntos nos gocemos.
Se
alabanza a Dios Padre,
Al
sumo Cristo esplendor,
con
el Espíritu Santo,
a
los Tres un solo honor.
Amén.
LETANÍAS
A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
óyenos.
Cristo,
escúchanos
Dios,
Padre celestial,
ten
piedad de nosotros.
Dios
Hijo, Redentor del mundo,
ten
piedad de nosotros.
Deus,
Dios Espíritu Santo,
ten
piedad de nosotros.
Santa
Trinidad, un solo Dios,
ten
piedad de nosotros.
Santa
María, ruega por nosotros*
Santa
Madre de Dios,
Santa
Virgen de las vírgenes,
Madre
de Cristo,
Madre
de la divina gracia,
Madre
purísima,
Madre
castísima,
Madre
sin tacha,
Madre
siempre Virgen,
Madre
inmaculada,
Madre
amable,
Madre
admirable,
Madre
del buen consejo,
Madre
del Creador,
Madre
del Salvador,
Virgen
prudentísima,
Virgen
venerable,
Virgen
digna de alabanza,
Virgen
poderosa,
Virgen
clemente,
Virgen
fiel,
Espejo
de justicia,
Trono
de Sabiduría,
Causa
de nuestra alegría,
Vaso
espiritual,
Vaso
honorable,
Vaso
insigne de devoción,
Rosa
mística,
Torre
de David,
Torre
de marfil,
Casa
de oro,
Arca
de la Alianza,
Puerta
del cielo,
Estrella
de la mañana,
Salud
de los enfermos,
Refugio
de los pecadores,
Consuelo
de los afligidos,
Auxilio
de los cristianos,
Reina
de los Ángeles,
Reina
de los Patriarcas,
Reina
de los Profetas,
Reina
de los Apóstoles,
Reina
de los Mártires,
Reina
de los Confesores,
Reina
de las Vírgenes,
Reina
de todos los Santos,
Reina
concebida sin pecado original,
Reina
asunta a los cielos,
Reina
del sacratísimo Rosario,
Reina
de la paz.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados
del
mundo, perdónanos, Señor.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados
del
mundo, escúchanos, Señor.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados
del
mundo, ten piedad de nosotros.
Ruega
por nosotros santa Madre de Dios,
para
que seamos dignos de alcanzar las
promesas
de Jesucristo.
Oremos
Concédenos,
Señor Dios, a tus siervos, te
lo
pedimos, la gracia de gozar perpetua
salud
de cuerpo y alma, y por la gloriosa
intercesión
de la Bienaventurada siempre
Virgen
María, de ser librados de la tristeza
(de
la vida) presente y de gozar de la eterna
alegría.
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.
*(por
cada título a Ntra Señora decir: ruega por nosotros)
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