domingo, 13 de marzo de 2016

ESCLAVITUD MARIANA - 31

PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A 
JESUCRISTO, LA SABIDURÍA ENCARNADA, POR LAS MANOS DE 
MARÍA.

San Luis María Grignion de Monfort
(Nota: La preparación dura 33 días. Las oraciones están al final de la lectura de cada ocasión)
Día 31
Tercera Semana
Empleada en adquirir el conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo
III. Hacer todo en María
261. 3. Es menester realizar las acciones en María. Para comprender bien esta práctica es preciso recordar: 
1º que la Santísima Virgen es el verdadero paraíso terrestre del nuevo Adán. El antiguo paraíso era solamente una figura de éste. Hay en este paraíso riquezas, hermosuras, maravillas y dulzuras inexplicables, dejadas en él por el nuevo Adán, Jesucristo. Allí encontró El sus complacencias durante nueve meses, realizó maravillas e hizo alarde de sus riquezas con la magnificencia de un Dios. Este lugar santísimo fue construido solamente con una tierra virginal e inmaculada, de la cual fue formado y alimentado el nuevo Adán, sin ninguna mancha de inmundicia, por obra del Espíritu Santo que en él habita; en este paraíso terrestre se halla el verdadero árbol de vida, que produjo a Jesucristo, fruto de vida; el árbol de la ciencia del bien y del mal, que ha dado la luz al mundo. Hay en este divino lugar árboles plantados por la mano de Dios, regados por su unción celestial y que han dado y siguen dando frutos de exquisito sabor; hay allí jardines esmaltados de bellas y diferentes flores de virtud, que exaltan un perfume que embalsama a los mismos ángeles. Hay en este lugar verdes praderas de esperanza, torres inexpugnables de fortaleza, moradas llenas de encanto y seguridad, etc. Sólo el Espíritu Santo puede dar a conocer la verdad que se oculta bajo estas figuras de cosas materiales. Se respira en este lugar al aire puro e incontaminado de pureza sin imperfección, brilla el día hermoso y sin noche de la santa humanidad, irradia el sol hermoso y sin sombras de la divinidad, arde el horno encendido e inextinguible de la caridad en el que el hierro se inflama y transforma en oro, corre tranquilo el río de la humildad, que brota de la tierra y, dividiéndose en cuatro brazos, riega todo este delicioso lugar: son las cuatro virtudes cardinales (Cf. Gén. II, 8, 9, 10 y 15. Ps. XLV, 5)

262. El Espíritu Santo, por boca de los Santos Padres, llama también a María: 1. la puerta oriental, por donde entra al mundo y sale de él el Sumo Sacerdote (Cf. Ez. XLIV, 2-3), Jesucristo: por ella entró la primera vez y por ella volverá la segunda; 2. el santuario de la divinidad, la mansión de la Santísima Trinidad, el trono de Dios, el altar y el templo de Dios, el mundo de Dios. Epítetos y alabanzas muy verdaderos, cuando se refieren a las diferentes maravillas y gracias que el Altísimo ha realizado en María. ¡Qué riqueza! ¡Qué gloria! ¡Qué placer! ¡Qué dicha! Poder entrar y permanecer en María en quien el Altísimo colocó el trono de su gloria suprema. 

263. Pero, qué difícil es a pecadores como nosotros obtener el permiso, capacidad y luz suficientes para entrar en lugar tan excelso y santo, custodiado ya no por un querubín como el antiguo paraíso terrenal (Gén. II, 24) sino por el mismo Espíritu Santo, que ha tornado posesión de él y dice: "Un jardín cercado es mi hermana, mi esposa; huerto cerrado manantial bien guardado" (Cant. IV, 12). ¡María es jardín cercado! ¡María es manantial sellado! Los miserables hijos de Adán y Eva, arrojados del paraíso terrenal no pueden entrar en este nuevo paraíso, sino por una gracia excepcional del Espíritu Santo, que ellos deben merecer. 

264. Después de haber obtenido, mediante la fidelidad, esta gracia insigne, es necesario permanecer el hermoso interior de María con alegría, descansar allí en paz, apoyarse en él confiadamente, ocultarse allí con seguridad y perderse en él sin reserva, a fin de que, en este seno virginal: 1º sea el alma alimentada con la leche de la gracia y misericordia maternal de María; 2º sea librada de toda turbación, temor y escrúpulo; 3º esté a salvo de todos tus enemigos: demonio, mundo y pecado, que jamás pudieron entrar en María. Por esto dice Ella misma: "Los que trabajan en mí no pecarán" (Eccli. XXIV), esto es, los que permanecen espiritualmente en la Santísima Virgen no cometerán pecado considerable; 4º te formes en Jesucristo y Jesucristo sea formado en ti. Porque, el seno de María dicen los Padres es la sala de los sacramentos divinos, donde se han formado Jesucristo y todos los elegidos: "Uno por uno, todos han nacido en Ella" (Ps. LXXXVI, 5).

III. Hacer todo para María
265. En fin, es menester realizar todas las acciones para María. Estando totalmente consagrado a su servicio, es justo realizar todo para María, como lo harían el criado, el siervo y el esclavo, respecto a su patrón. No que se la tome como el fin último de nuestros servicios, que lo es Jesucristo sino como fin próximo, centro misterioso y camino fácil para llegar a Él. Conviene, pues, no permanecer ocioso, sino que actuar como el buen siervo y esclavo. Es decir, que apoyado en su protección, emprender y realizar grandes empresas por esta augusta Soberana. Es menester defender sus privilegios, cuando se los disputan; defender su gloria, cuando se la ataca; atraer, a ser posible, a todo el mundo a su servicio y a esta verdadera y sólida devoción; hablar y levantar el grito contra quienes abusan de su devoción; y al mismo tiempo establecer en el mundo esta verdadera devoción; y no esperar en recompensa de este humilde servicio sino el honor de pertenecer a tan noble Princesa y la dicha de vivir unido por medio de Ella a Jesús, su Hijo, con lazo indisoluble en el tiempo y la eternidad.

¡Gloria a Jesús en María! 
¡Gloria a María en Jesús!
¡Gloria a Dios sólo!
(Cf. Apoc. IV, 11; V, 13; VII, 12 y XIX, 1)


Prácticas Espirituales
Emplearan la tercera semana a conocer a Jesucristo. En ella podrán leer y meditar lo que llevamos dicho y rezar la oración de San Agustín. Para esto podrán, con el mismo Santo, decir y repetir, una y mil vez cada día: ¡Señor, que yo os conozca! O bien ¡Que vea quien sois Vos!

ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN

Tú eres Cristo, Padre mío santo, Dios mío piadoso, Rey mío grande, Pastor mío bueno, Maestro mío único,

Auxiliador mío óptimo, Amado mío hermosísimo, Vivo pan mío, Sacerdote mío eterno, Guía mío hacia la Patria,

Luz mía verdadera, Dulzura mía santa, Vía mía recta, Sabiduría mía preclara, Simplicidad mía pura, Concordia mía pacífica, Custodia mía toda, Porción mía buena, Salvación mía sempiterna...

¡Oh Cristo Jesús! Amable Señor, ¿por qué amé y deseé algo toda mi vida fuera de ti, Jesús mío? ¿Dónde estaba yo cuando con la mente no estaba contigo? Ya desde ahora, deseos todos míos, inflamaos y desbordaos en el

Señor Jesús; corred cuanto hasta ahora tardasteis; daos prisa a donde vais, buscad a quien buscáis. Jesús, sea anatematizado quien no te ama se llene de amarguras... ¡Oh dulce Jesús!, que yo te ame, en ti se deleite, en ti se admire todo buen corazón preparado para vuestra gloria. Dios de mi corazón y porción mía, Cristo Jesús,

desfallezca en lo más íntimo mi corazón y seas tú quien vivas en mí, y arda en mi espíritu la brasa viva de tu amor y crezca hasta ser fuego perfecto; arda perennemente en las aras de mi corazón, hierva en mis médulas, incendie las entrañas de mi alma; en el día de mi consumación sea hallado yo consumado junto a ti... Amén.

LETANÍAS DEL ESPÍRITU SANTO


Señor, ten piedad de nosotros.


Cristo, ten piedad de nosotros.


Señor, ten piedad de nosotros.


Cristo, óyenos.


Cristo, escúchanos.


Dios, Padre celestial,


Dios, Hijo, Redentor del mundo,


Dios, Espíritu Santo,


Trinidad Santa, un solo Dios,


Espíritu, que procede del Padre y del Hijo,
Espíritu del Señor, que al comienzo


de la creación planeando sobre las aguas,
las fecundaste
Espíritu por inspiración del cual han


hablado los santos hombres de Dios,


Espíritu cuya unción nos enseña
todas las cosas
Espíritu, que das testimonio de Cristo,


Espíritu de verdad que nos instruís sobre
todas las cosas
Espíritu que sobreviene a María,


Espíritu del Señor que llena todo el orbe,


Espíritu de Dios que habita en nosotros,


Espíritu de sabiduría y de entendimiento,


Espíritu de consejo y de fortaleza,


Espíritu de ciencia y de piedad,


Espíritu de temor del Señor,


Espíritu de gracia y de misericordia,


Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad,


Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de
paz
Espíritu de humildad y de castidad,


Espíritu de benignidad y de mansedumbre,


Espíritu de multiforme gracia,


Espíritu que escrutas hasta los secretos de Dios


Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos
inenarrables


Espíritu que descendiste sobre Cristo en
forma de paloma
Espíritu en el cual renacemos,


Espíritu por el cual se difunde la caridad en
nuestros corazones
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,


Espíritu que en lenguas de fuego sobre los
Discípulos apareciste.
Espíritu con el cual fueron los Apóstoles henchidos


Espíritu que distribuyes (vuestros dones)
a cada uno como quieres,
Sednos propicio, perdónanos, Señor.


Sednos propicio, escúchanos, Señor.




De todo mal,


De todo pecado,


De las tentaciones e insidias del diablo,


De toda presunción y desesperación,


De la resistencia a la verdad conocida,
De la obstinación y de la impenitencia,


De la impureza de la mente y del cuerpo,


Del espíritu de fornicación,


De todo espíritu malo,


Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo,


Por la Concepción de Jesucristo, hecha por


operación.


Por tu descenso sobre Cristo, en el Jordán.


Por tu advenimiento sobre los Discípulos.


En el día del juicio,


Pecadores, te rogamos, óyenos.


Para que, así como vivimos por el espíritu,


obremos también por el espíritu,
Para que, recordando que somos templo


del Espíritu Santo, no lo profanemos,


Para que, viviendo según el espíritu, no


cumplamos los deseos de la carne,


A fin de que por el espíritu mortifiquemos
las obras de la carne,
Para que no te contristemos a ti, Espíritu


Santo de Dios,


Para que seamos solícitos en guardar la


unidad de espíritu en el vínculo de la paz,


Para que no creamos a todo espíritu,


te rogamos, óyenos.


Para que probemos a los espíritus si son de


Dios, te rogamos, óyenos.


Para que te dignes renovar en nosotros el


espíritu de rectitud, re rogamos...


Para que nos confirmes por tu espíritu


soberano, te rogamos, óyenos.


Cordero de Dios que quitas los pecados del


mundo, perdónanos, Señor.


Cordero de Dios que quitas los pecados del


mundo, escúchanos, Señor.


Cordero de Dios que quitas los pecados del


mundo,ten piedad de nosotros.


Oremos


Asístanos, te pedimos, Señor, la virtud del


Espíritu Santo, que purifique clementemente


nuestros corazones y nos preserve de todo


mal.Por Jesucristo Nuestro Señor.


Así sea.


AVE ESTRELLA DE LA MAR


Ave estrella de la mar,


Augusta Madre de Dios,


Permanentemente Virgen,


Puerta del cielo, feliz.


Recibiendo Tú aquel Ave


Por la boca de Gabriel,


Ciméntanos en la paz,


Mudando el nombre de Eva.


Desata el lazo al culpable,


Muestra la luz a los ciegos,


Líbranos de todo mal,


Consíguenos todo bien.


Que eres Madre muéstranos;


Reciba por Ti las preces


Quien, nacido por nosotros,


Quiso ser el fruto tuyo.


Virgen única, sin par,


Entre todas la más dulce,


Líbranos de nuestras culpas,


Haz que seamos mansos, castos.


Concédenos vida pura,


Vía segura prepara:


Para que, viendo a Jesús,


Siempre juntos nos gocemos.


Se alabanza a Dios Padre,


Al sumo Cristo esplendor,


con el Espíritu Santo,


a los Tres un solo honor.


Amén.


LETANÍAS DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS


Señor, ten piedad de nosotros.


Cristo, ten piedad de nosotros.


Señor, ten piedad de nosotros.


Jesús, óyenos.


Jesús, escúchanos.


Deus, Dios, Padre celestial, ten misericordia de nosotros *


Dios Hijo, Redentor del mundo,


Dios Espíritu Santo,


Santa Trinidad, un solo Dios,


Jesús, Hijo de Dios vivo,


Jesús, esplendor del Padre,


Jesús, brillante blancura de la luz eterna,


Jesús, Rey de la gloria,


Jesús, sol de justicia,


Jesús, hijo de María Virgen,


Jesús amable,


Jesús admirable,


Jesús, Dios fuerte,


Jesús, Padre del siglo futuro,


Jesús, Ángel del gran consejo,


Jesús potentísimo,


Jesús pacientísimo,


Jesús obedientísimo,


Jesús manso y humilde de corazón,


Jesús, amador de la castidad,


Jesús, amador nuestro,


Jesús, Dios de paz,


Jesús, autor de la vida,


Jesús, modelo de las virtudes,


Jesús, celador de las almas,


Jesús, Dios nuestro,


Jesús, refugio nuestro,


Jesús, padre los pobres,


Jesús, tesoro de los fieles,


Jesús, buen Pastor,


Jesús, luz verdadera,


Jesús, sabiduría eterna,


Jesús, bondad infinita,


Jesús, camino y vida nuestra,


Jesús, alegría de los Ángeles,


Jesús, Rey de los Patriarcas,


Jesús, maestro de los Apóstoles


Jesús, doctor de los Evangelistas,


Jesús, fortaleza de los Mártires,


Jesús, luz de los Confesores,


Jesús, pureza de las Vírgenes,


Jesús, corona de todos los Santos,


Sednos propicio, perdónanos, Jesús.


Sednos propicio, escúchanos, Jesús.


De todo mal, líbranos Jesús**


De todo pecado,


De tu ira,


De las insidias del diablo,


Del espíritu de fornicación,


De la muerte perpetua,


Del menosprecio de tus inspiraciones,


Por el misterio de tu Santa Encarnación,


Por tu Natividad,


Por tu infancia,


Por tu divinísima vida,


Por tus trabajos,


Por tu agonía y pasión,


Por tu Cruz y por tu abandono,


Por tus desfallecimientos,


Por tu muerte y por tu sepultura,


Por tu Resurrección,


Por tu Ascensión,


Por tus alegrías,


Por tu gloria,


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Jesús.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Jesús.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros, Jesús


V –Que el nombre del Señor sea bendito.


R –Ahora y siempre por los siglos de los siglos.


Oremos


Señor Jesucristo que dijiste: Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá: os pedimos nos deis el afecto de vuestro divinísimo amor, para que os amemos con todo el corazón, palabra y obra, y nunca cesemos de alabaros: Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos
Así sea.
*De aquí en adelante, continúa contestándose: Ten misericordia de nosotros.
** De aquí en adelante, continúa contestándose: Líbranos, Jesús.









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