martes, 13 de marzo de 2018

M E S D E S A N J O S É Día 20




ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh, Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así sea.


CATECISMO DE SAN JOSÉ

23. ¿En qué está basada la opinión que atribuye a la humildad de san José su resolución de abandonar a María?

La conducta de san José en esta circunstancia y la profunda caridad que, debemos suponer, existía en él, son razones más que suficientes para probar que la opinión que atribuye a la humildad de José la determinación de abandonará María, es la única verdadera. Como José tenía un carácter excesivamente prudente, no se atrevió en semejante caso a preguntar nada a María, al menos para salir de su duda; no lo hace, pues, no la dirige la más mínima observación, ni mucho menos la hace verter lágrimas. Además, abandonar a María en esta circunstancia no hubiera sido un acto de un corazón grande, generoso y profundamente caritativo, porque, o había duda en san José, o certeza de la culpabilidad de María. Si había duda, José debió decidirse a abandonarla. Si tenía certeza, entonces debía su caridad, sino obligarle a quedarse con María, al menos inclinar su corazón al perdón, y no exponer de nuevo a su esposa. Esta es la opinión de un gran número de santos. San Basilio dice: «Que José juzgándose indigno de ser esposo de una mujer tan perfecta y tan privilegiada, creyó debía abandonar su estancia.» San Gerónimo usa poco más o menos del mismo lenguaje. Santa Brígida asegura, que tal fue el verdadero motivo de la determinación de san José. En fin, santo Tomás es de la misma opinión.
«Si san José, dice, quiso separarse de su esposa, no fue porque creyese criminal, sino por respeto a su santidad, juzgándose indigno de permanecer en su compañía.»







Aquí se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José.

M E M O R A R E

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente.
Así sea.


Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)





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