Reimpresa
en Lima: en la Real Casa de los Niños Huérfanos. Año 1797.
MODO
DE HACER LA NOVENA.
SE
COMENZARÁ EN LAS
vísperas de Mi Señora Santa Ana, porque parece tiempo más
oportuno; pero también se puede hacer y repetir en cualquier mes del
año; y entonces se comenzará en lunes, para que se termine en
martes, por la circunstancia de haber nacido y muerto la Santa en
este día.
El
Excelentísimo e Ilustrísimo. S. D. D. Juan Domingo Gonzales de la
Reguera, concede 80 días de Indulgencias, para cada día de la
Novena.
SEXTO
DÍA
Hecho
el Acto de Contrición, se invocará a los gloriosos San Joaquín y
Santa Ana con la siguiente:
ORACIÓN.
O
DIGNÍSIMOS ABUELOS
de Jesucristo San Joaquín y Santa Ana: nosotros pobres afligidos y
pecadores con la gran confianza que concebimos de vuestros altos
merecimientos, y seguros de que nada os negarán vuestro nieto e hija
Jesús y María, solicitamos eficazmente vuestro patrocinio poderoso
en el desconsuelo de una grave necesidad que nos fatiga, para
conseguir por vuestra intercesión soberana el alivio que la divina
misericordia pretendemos. Oíd pues nuestros ruegos, y lo que
fervorosamente os pedimos. Pero si otra cosa fuere de mayor gloria de
Dios, o a nuestra salvación más necesaria, esto es lo que con más
afecto estimaremos conseguir de vuestro alto patrocinio. Amén.
ORACIÓN.
BEATISIMA
TRINIDAD DIOS
y Señor de todo lo criado. Aunque vuestra bondad, por infinita, se
inclina a favorecer a todos los mortales, que en sus aflicciones
invocan vuestro nombre Santo y admirable, pero ya que vuestra
providencia dispone que los pobres y pecadores nos valgamos también
de vuestros amigos y santos: es grandísima la confianza que entre
todos vuestros grandes escogidos tiene nuestro afligido espíritu en
la santidad incomparable de los gloriosos San Joaquín y Santa Ana,
Abuelos de Jesucristo, y Padres de su Madre, Esposa del Espíritu
Santo, porque juzgamos que en vuestra rectísima equidad y universal
despacho, tienen superior eficacia sus merecimientos y suprema
dignidad, pues medida de la soberana honra con que vuestro poderoso
brazo los aventajó, para representación tan elevada en vuestra
Iglesia, y Reino eterno. Será el poder que le habréis comunicado
para que favorezcan, y sean felices sus devotos. Y pues por ellos
nos disteis lo cual es más, que es un Dios hombre y a su Madre;
no nos neguéis lo que es menos, sino disponed que sea conocido
el amor con que los apreciáis en la eficacia con que por
ellos nos favorecéis.
Oídnos
pues piadosísimos abogados San Joaquín y Santa Ana. Llegad al trono
de la Trinidad Santísima, representando nuestras súplicas con
palabras dignas de vuestra gran piedad. Acordaos de lo que en veinte
años de esterilidad padecisteis; y tomad por vuestra cuenta
compadecidos nuestra causa; pues de lo más íntimo de nuestro
corazón ponemos en manos de vuestros altos merecimientos e
intercesión poderosa toda la suerte de nuestro buen despacho.
Apiadaos de estos pobres afligidos, por la obligación inmensa en que
estáis a la Trinidad Beatísima, y por el amor con que miráis a los
redimidos del Verbo Eterno, vuestro Nieto. Amén.
Aquí
se rezan tres Padre Nuestros y tres Ave Marías gloriados, y después
se hará memoria de uno de los gozos que tuvieron San Joaquín y
Santa Ana.
GOZO
PARA EL SEXTO
DÍA.
¡Oh
dichosísimos San Joaquín y Santa Ana! Recordamos el alivio que
experimentáis teniendo en vuestros brazos a María Santísima: y por
él os pedimos, nos consigáis eficacia para poner por obra los
conceptos divinos; y lo que fuere de obsequio vuestro, y de María;
como también lo que os pedimos en esta Novena. Amén.
Aquí
se hará una breve interior oración a los Santos Patriarcas; para lo
que se pretende.
ANTÍFONA.
ESTOS
SON DOS OLIVOS
fecundos de piedad para el linaje humano: por corona de su tronco
tienen como pimpollos en su mesa, a María por hija, y por nieto un
hombre Dios.
LETANÍAS
DE SANTA ANA
-Señor,
ten piedad de nosotros. (Señor,
ten piedad de nosotros)
-Cristo,
ten piedad de nosotros.
-Señor,
ten piedad de nosotros.
-Cristo,
óyenos.
-Cristo,
escúchanos.
-Dios
Padre celestial, (Ten
piedad de nosotros)
-Dios
Hijo Redentor del mundo,
-Dios
Espíritu Santo,
-Trinidad
Santa, un solo Dios,
-Señora
Santa Ana, (Ruega
por nosotros)
-Santa
Ana, abuela de Nuestro Señor Jesucristo,
-Santa
Ana, Madre de María Siempre Virgen,
-Santa
Ana, esposa dignísima de San Joaquín,
-Santa
Ana, suegra del santo patriarca, el Señor San José,
-Santa
Ana, arca de alianza,
-Santa
Ana, monte de Horeb,
-Santa
Ana, raíz de José,
-Santa
Ana, descendiente de estirpe real,
-Santa
Ana, alegría de los Ángeles,
-Santa
Ana, hija de los Patriarcas,
-Santa
Ana, oráculo de los Profetas,
-Santa
Ana, gloria de los Santos,
-Santa
Ana, alegría de los Sacerdotes y Levitas,
-Santa
Ana, nube resplandeciente,
-Santa
Ana, llena y colmada de gracias,
-Santa
Ana, modelo de bendición,
-Santa
Ana, modelo de devoción,
-Santa
Ana, modelo acabado de paciencia,
-Santa
Ana, fortaleza de La Iglesia,
-Santa
Ana, refugio de todos los pecadores,
-Santa
Ana, protectora de los cristianos,
-Santa
Ana, alivio y consuelo de los afligidos,
-Santa
Ana, madre ternísima de las viudas,
-Santa
Ana, maestra y dechado de Las vírgenes,
-Santa
Ana, protectora eficaz de los navegantes,
-Santa
Ana, especialísima abogada de sus devotos,
-Santa
Ana, luz y refugio de cuantos la invocan,
-Santa
Ana, protectora y aliento de todos los fieles,
-Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, (Perdónanos,
Señor)
-Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, (Escúchanos,
Señor)
-Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, (Ten
piedad de nosotros)
-Señor,
ten piedad de nosotros.
-Cristo,
compadécete de nosotros.
ORACIÓN
¡Oh
Dios, que te dignaste hacer a la Señora Santa Ana la gracia de que
fuera Madre de la Madre de tu Unigénito Hijo! Concédenos por tu
bondad y misericordia que los que veneramos a tan gran Santa con
particular devoción en la tierra, merezcamos lograr su poderoso
patrocinio, para después gozarnos en su compañía en la eterna
Bienaventuranza del cielo. Amén.
ORACIÓN
FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
GLORIOSÍSIMOS
PATRIARCAS
San Joaquín y Santa Ana! Esperamos de vuestra condición nobilísima
y singular clemencia, que habéis aceptado este nuestro rendido
aunque corto obsequio, en que de corazón manifestamos nuestra
confianza, veneración y afecto: y que habréis representado nuestra
aflicción al trono de la piedad. Volvemos a suplicar no nos dejéis
desconsolados, sin conseguir lo que tanto nuestra necesidad solicita.
Oblígueos nuestra pobreza suma, y vuestra misma grandeza; y más
cuando lo pedimos por la obligación en que estáis a la Trinidad
Beatísima y por el intensísimo amor que tuvisteis, y tenéis a
vuestro Nieto Divino y a vuestra única Hija, su Madre y nuestra
Reina: por todos los gozos que honrosamente aliviaron vuestra vida
mortal, y por las amarguísimas aflicciones que experimentasteis en
la dilación estéril de vuestro parto, y en el exactísimo
cumplimiento de la voluntad divina; y finalmente por cuanto amáis en
el cielo, y en la tierra; sednos pues piadosos Abogados en esta grave
necesidad y demanda. Patrocinad siempre nuestra alma, cuerpo y vida a
mayor gloria de Dios y obsequio vuestro. Amén.
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