MES
DE JUNIO
DEDICADO
AL
SAGRADO CORAZÓN
DÍA
VIGÉSIMO
ACTO
DE CONTRICIÓN
¡Dulcísimo
Corazón de Jesús, que en este Divino Sacramento estais vivo e
inflamado de amor por nosotros!
Aquí
nos tieneis en vuestra presencia, pidiendoos perdón de nuestras
culpas e implorando vuestra misericordia. Nos pesa, ¡oh buen Jesús!,
de haberte ofendido, por ser Vos tan bueno que no mereceis tal
ingratitud. Concedednos luz y gracia para meditar vuestras virtudes y
formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén.
Día
20
PIDAMOS
AL SAGRADO CORAZÓN,
POR
EL CLERO Y LAS ÓRDENES RELIGIOSAS
I
SI
el Papa es la cabeza del cuerpo de la Iglesia, el Clero y las Ordenes
religiosas son sus brazos. De ellos se sirve para obrar el bien y
promover el servicio de Dios: por esto los sacerdotes y religiosos
son tan aborrecidos de la impiedad, que a toda hora anda ella
procurando o bien destruirlos o bien corromperlos. Dediquemos, pues,
hermanos este día de hoy a rogar por tan importante necesidad.
Pidamos
al Sagrado Corazón que encienda y abrase en celo y caridad el alma
de sus sacerdotes y religiosos y religiosas, para que por su medio
gane cada día terreno el Reino de Dios sobre la tierra, y se
conquisten nuevas almas para la gloria celestial. Que sea perfecta en
ellos la observancia de las leyes eclesiásticas; que brillen en el
pueblo por la pureza de las costumbres; por el desinterés; la
obediencia; la humildad y el espíritu de sacrificio.
¡Oh
Corazón de Jesús! ¡Mira cómo está el mundo, y la necesidad que
hay de que trabajen buenos obreros en él! ¡Oh Padre de familias,
manda buenos trabajadores a tu Viña. Hazlo, Corazón Divino, por tu
gloria y por la salvación de tantas almas que has confiado a la
dirección de tus ministros.
Te
lo suplicamos muy especialmente, Sagrado Corazón, en este día de tu
devoto Mes.
Medítese
unos minutos.
II
Como
sean los sacerdotes y las Casas religiosas, tales serán los seglares
que viven a su alrededor. ¡Ay del pueblo donde reina hasta en los
ministros del santuario, el desorden o siquiera la negligencia!
¡Cuánto debe interesarnos ante el Sagrado Corazón esta necesidad!
¡Oh
Corazón Divino! Da celosos pastores a tus ovejas, ardientes
anunciadores a tu palabra, fieles dispensadores a tus Sacramentos.
Aviva en las almas que en los Institutos religiosos has escogido como
especial porción tuya, y que más estrechamente te están ligados
por medio de los votos. Dales el espíritu de oración, la vida
mortificada, el reconocimiento interior, la ejemplar observancia.
¡Señor!
Tú has dicho: “Un poco de levadura hace fermentar toda la masa”.
Y ¿quiénes son la levadura de tu pueblo, sino estas almas que Tú
has escogido de la masa común de él? Envía santos religiosos,
¡Señor! envía almas de superior perfección, y se transformará el
mundo.
Medítese,
y pídase la gracia particular.
ORACIÓN
Y ACTO DE CONSAGRACIÓN
Rendido
a vuestros pies, ¡oh Jesús mío! ,considerando las inefables
muestras de amor que me habeis dado y las sublimes lecciones que me
enseña de continuo tu adorabilísimo Corazón, os pido humildemente
la gracia de conoceros, amaros y serviros como fiel discípulo
vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que
generoso concedeis a los que de veras os conocen, aman y sirven.
¡Mira
que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Vos como el
mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mira que soy muy
rudo, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas,
para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mira que soy muy débil, oh
poderosísimo amparo de los flacos, y caigo a cada paso, y necesito
apoyarme en Vos para no desfallecer! Sedlo todo para mí, Sagrado
Corazón: socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis
pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Ti lo
espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y convidasteis
cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en vuestro
Evangelio: Venid a Mí,... Aprended de Mí... Pedid, llamad... A las
puertas de vuestro Corazón vengo pues hoy, y llamo, ypido, y espero.
Del mío os hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega.
Tomadlo Vos, y dame en cambio lo que sabeis me ha de hacer bueno en
la tierra y dichoso en la eternidad. Amén.
Aquí
se rezará tres veces el Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria, en
recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de la lanza,
con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María
Alacoque.
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