MES
DE JUNIO
DEDICADO
AL
SAGRADO CORAZÓN
DÍA
UNO
ACTO
DE CONTRICIÓN
¡Dulcísimo
Corazón de Jesús, que en este Divino Sacramento estás vivo e
inflamado de amor por nosotros!
Aquí
nos tienes en vuestra presencia, pidiendo perdón de nuestras culpas
e implorando vuestra misericordia. Nos pesa, ¡oh buen Jesús!,
haberte ofendido, por ser Vos tan bueno que no mereces tal
ingratitud. Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes y
formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén.
DÍA
UNO
EL
SAGRADO CORAZÓN, MODELO DE AMOR
I
¿QUÉ
motivos han inducido al Señor a darnos su Sagrado Corazón? Sólo
motivos de amor. Porque nos amó se hizo hombre, porque nos amó
sufrió Pasión y muerte, porque nos amó quiso quedarse en la
Eucaristía, porque nos amó se dignó manifestarnos en estos últimos
tiempos las riquezas de su adorable Corazón.
¿Y
a quién amó? A criaturas ingratas y culpables, indignas de ocupar
uno solo de sus pensamientos. Nos vio como éramos, pobres,
infelices, llenos de corrupción y de pecados. Por nuestra suma
miseria nos amó. ¡Oh amor tiernísimo del Corazón de Jesús!
¿Y
cómo nos amó? No como aman los hombres, ni como aman los Ángeles,
ni como ama la misma Virgen María. Nos amó como sólo puede amar
Él; con amor eterno, infinito, divino, amor del Corazón de un Dios.
¡Oh
Pobre corazón mío! ¡Qué nobleza la tuya! Has sido amado a pesar
de tu miseria por el Corazón de todo un Dios! ¿Conoces ¡oh hombre!
hasta qué punto te ha engrandecido Dios, haciéndote objeto de su
amor?
Medítese
unos minutos.
II
¿Y
qué pide el Corazón de Jesús a cambio de este amor? No pide
nuestra vida, nuestra salud ni nuestras riquezas. Pide sólo el amor
de nuestro corazón. Pide sólo ser amado, no como merece El, sino
como podemos amar nosotros con nuestro pobre corazón. Con una gotita
del nuestro se contenta Él, a cambio del océano que nos da del
suyo.
¡Tengo
sed!, clama desde este sagrario, como desde la cruz. Tengo sed de
vuestro amor. ¡Ah! ¡hermanos! ¡no nos hagamos los sordos a este
grito amoroso del Corazón de Jesús! ¡Amemos al Sagrado Corazón!
¿Y
cómo se le ama? Se le ama guardando su ley, procurando seguir sus
inspiraciones; buscándole amigos que le quieran; ganándoles almas
que un día sean con El dichosas; evitándole injurias y
menosprecios; desagraviándole por ellos. Así se aman los hombres
unos a otros. Así debemos amar a Jesús.
¿Qué
haces tú por aquel padre, por aquella esposa, por aquel hermano, por
aquel amigo a quien amas tanto? ¿Cómo les hablas? ¿Cómo les
sirves? ¿Cómo les contentas? pues bien; haz lo mismo con el Corazón
de tu buen Jesús, y estará satisfecho de ti.
¡Ay
de ti si no le amas por lo menos de esta manera! ¡Infeliz! Deberás
aborrecerlo por toda la eternidad.
Medítese
y pídase la gracia particular.
ORACIÓN
Y ACTO DE CONSAGRACIÓN
Rendido
a tus pies, ¡oh Jesús mío! ,considerando las inefables muestras de
amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña de
continuo tu adorabilísimo Corazón, te pido humildemente la gracia
de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo, para
hacerme digno de las gracias y bendiciones que generoso concedes a
los que de veras te conocen, aman y sirven.
¡Mira
que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Ti como el
mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mira que soy muy
ignorante, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas,
para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mira que soy muy frágil, oh
poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito
apoyarme en Ti para no desfallecer! Sé todo para mí, Sagrado
Corazón: socorro de mi miseria, luz de mis ojos, báculo de mis
pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Ti lo
espera todo mi pobre corazón. Tú lo alentaste y convidaste cuando
con tan tiernas palabras, dijiste repetidas veces en tu Evangelio:
Venid a Mí,... Aprended de Mí... Pedid, llamad... A las puertas de
tu Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del mío te
hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo, y dame en
cambio lo que sabes me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la
eternidad. Amén.
Aquí
se rezará tres veces el Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria, en
recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de la lanza,
con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María
Alacoque.
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