PREPARACIÓN
PARA LA CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A
JESUCRISTO, LA SABIDURÍA
ENCARNADA,
San
Luis María Grignon de Monfort
DÍA
10
Consideración
del Tratado de la Verdadera Devoción
Capítulo
III
ELECCIÓN
DE LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
90.
Presupuestas estas cinco verdades, es menester, ahora, más que
nunca, hacer una buena elección de la verdadera devoción a la
Santísima Virgen: pues hay más que nunca falsas devociones a la
Santísima Virgen, que es fácil tomar por verdaderas devociones. El
diablo, como un monedero falso y un engañador fino y experimentado,
ya ha engañado y condenado a tantas almas por una falsa devoción a
la Santísima Virgen, que él se sirve todos los días de su
experiencia diabólica para condenar a muchas otras, entreteniéndolas
y adormeciéndolas en el pecado, so pretexto de algunas oraciones mal
dichas y de algunas prácticas interiores que les inspira. Como un
monedero falso no falsifica ordinariamente sino el oro y la plata y
muy raramente los otros metales, porque no valen la pena, así el
espíritu maligno no falsifica tanto las otras devociones como las de
Jesús y de María, la devoción a la Santa Comunión y la devoción
a la Santa Virgen, porque éstas son, entre las otras devociones, lo
que son el oro y la plata entre los metales.
91.
Es importantísimo, pues, conocer: 1º las falsas devociones a la
Santísima Virgen para evitarlas, y la verdadera para abrazarla; 2º
entre tantas prácticas diferentes de la verdadera devoción a la
Santísima Virgen, cuál es la más perfecta, la más agradable a la
Santísima Virgen, la más gloriosa para Dios y la más santificante
para nosotros, a fin de adherirnos a ella.
Artículo
I
Las
Señales de la Falsa y Verdadera Devoción a la Virgen Santísima
Los
falsos Devotos y las Falsas Devociones
92.
Encuentro siete clases de falsos devotos y de falsas devociones a la
Santísima Virgen, a saber: 1º los devotos críticos;
2º
los devotos escrupulosos;
3º los devotos exteriores;
4º los devotos presuntuosos;
5º los devotos inconstantes;
6º los devotos hipócritas;
los devotos interesados.
1º
Los devotos críticos
93.
Los devotos críticos son, de ordinario, sabios orgullosos, espíritus
fuertes y suficientes, que tienen en el fondo alguna devoción a la
Santísima Virgen, pero que critican casi todas las prácticas de la
Devoción a la Santísima Virgen que la gente sencilla tributa simple
y santamente a esta buena Madre porque ellas no satisfacen su
fantasía. Ponen en duda todos los milagros e historias referidos por
autores dignos de fe, o tomados de las crónicas de las órdenes
religiosas, que dan fe de las misericordias y del poder de la
Santísima Virgen. No pueden ver sino con pena a la gente sencilla y
humilde de rodillas delante de un altar o imagen de la Santísima
Virgen, a veces en la esquina de una calle, para rogar allí a Dios,
y la acusan hasta de idolatría, como si adorase la madera o la
piedra; dicen que, en cuanto a ellos, no gustan de estas devociones
exteriores, y que no tienen el espíritu tan débil como para prestar
fe a tantos cuentos e historietas que se atribuyen a la Santísima
Virgen. Cuando se les refiere las admirables alabanzas que los Santos
Padres tributan a la Santísma Virgen, o responden que éstos han
hablado como oradores, con exageración, o dan una torcida
explicación a sus palabras (no se crea que el santo ha exagerado la
nota. Era, entonces, la época en la que éstos “devotos críticos”,
trataban de difundir por todas partes, entre los fieles, escritos
venenosos, como ese panfleto de Adam Widenfeldt: Monita Salutaria
B.V. Maria ad Cultores suos indiscretos, condenado por Decreto del S
. Off. 20 Febrero 1674 y S. Off. Jul 1674, e incluído en el Índice).
Esta
clase de falsos devotos y de gente orgullosa y mundana son muy de
temer e infieren un daño incalculable a la devoción de la Santísima
Virgen, y alejan de ella a los pueblos de una manera eficaz, so
pretexto de destruir sus abusos.
2°)
Los devotos escrupulosos.
34
Los devotos escrupulosos son gente que teme deshonrar al Hijo
honrando a la Madre, rebajar a Aquel exaltando a Esta. No podrían
sufrir que se tribute a la Santísima Virgen alabanzas muy justas,
que le han tributado los Santos Padres; no toleran sino con pena que
haya más gente de rodillas delante de un altar de la Santísima
Virgen, que delante del Santísimo Sacramento, como si lo uno fuese
contrario a lo otro; como si los que oran a la Santísima Virgen no
orasen a Jesucristo por Ella. No quieren que se hable tan a menudo de
la Santísima Virgen, que uno se dirija tan a menudo a Ella.
He
aquí algunas de las sentencias que les son ordinarias: ¿Para qué
tantas coronas, tantas cofradías y devociones exteriores a la
Santísima Virgen? Hay en esto mucha ignorancia. Es hacer una
mojiganga de nuestra religión. Habladme de aquellos que son devotos
de Jesucristo (a manudo lo nombran sin descubrirse; lo digo entre
paréntesis); es menester recurrir a Jesucristo. Él es nuestro único
mediador; es menester predicar a Jesucristo; he ahí lo sólido.
Los
que dicen es verdadero en un sentido; pero con relación a la
aplicación que de ello hacen, para impedir la devoción a la
Santísima Virgen, es muy peligroso, y un lazo sutil del maligno, so
pretexto de un mayor bien; pues nunca se honra más a Jesucristo que
cuando se honra más a la Santísima Virgen, puesto que no se la
honra sino a fin de honrar más perfectamente a Jesucristo, puesto
que no se va a Ella, sino como al camino para encontrar el término
al cual se va, que es Jesús.
95
La Santa Iglesia, con el Espíritu Santo, bendice a la Santísima
Virgen la primera, y Jesucristo el segundo: Benedicto
tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui Jesus.
N, porque a la Santísima Virgen sea más que Jesucristo o igual a
El, lo cual sería una herejía intolerable, sino porque para
bendecir más perfectamente a Jesucristo es menester antes bendecir a
María. Digamos, pues, con todos los verdaderos devotos de la
Santísima Virgen, contra esos falsos devotos escrupulosos: ¡Oh
María!, ¡bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el
fruto de tu vientre, Jesús!
3°)
Los devotos exteriores.
96
Los devotos exteriores son personas que hacen consistir toda la
devoción a la Santísima Virgen en prácticas exteriores; que gustan
sólo lo exterior de la devoción a la Santísima Virgen, porque no
tienen espíritu interior; que dirán muchas coronas a prisa, oirán
varias misas sin atención, irán a las procesiones sin devoción,
entrarán en todas sus cofradías sin enmienda de su vida, sin
violencia de sus pasiones y sin imitación de las virtudes de esta
Virgen Santísima. Aman sólo lo sensible de la devoción, sin gustar
lo sólido de ella; si no tienen sensibilidades en sus prácticas,
creen que y ano hacen nada, se alteran, abandonan todo allí, o hacen
todo descosidamente. El mundo está lleno de esta clase de devotos
exteriores, y no hay gente que más critique que ella a las personas
de oración que se aplican a lo interior, como a lo esencial, sin
despreciar lo exterior de modestia que acompaña siempre a la
verdadera devoción.
4°)
Los devotos presuntuosos.
97
Los devotos presuntuosos son pecadores abandonados a sus pasiones, o
amadores del mundo que, bajo el bello nombre de cristiano y de
devotote la Santísima Virgen, ocultan o el orgullo, o la avaricia, o
la impureza, o la embriaguez, o la cólera, o el perjurio, o la
maledicencia, o la injusticia, etc.; que duermen en paz en sus malos
hábitos, sin hacerse mucha violencia para corregirse, so pretexto de
que son devotos de la Virgen; que se prometen que Dios no les
perdonará, que no morirán sin confesión, y que no serán
condenados, porque dicen su corona, porque ayunan el Sábado, porque
son de la cofradía del Santo Rosario o Escapulario, o de sus
consagraciones; porque llevan el hábito o la cadenilla de la
Santísima Virgen, etc.
Cuando
se les dice que su devoción no es sino una ilusión del diablo y una
presunción perniciosa capaz de perderlos, no lo quieren creer; dicen
que Dios es bueno y misericordioso; que no nos ha hecho para
condenarnos; que no hay hombre que no peque; que no morirán sin
confesión; que un buen peccavi
a la hora de la muerte es suficiente; además, que son devotos de la
Santísima Virgen; que llevan el escapulario; que dicen todos los
días sin reproche y sin vanidad siete Padrenuestros y siete
Avemarías en su honor; que hasta dicen algunas veces la corona y el
Oficio de la Santísima Virgen; que ayunan, etc. Para confirmar lo
que dicen y cegarse más, traen a colación algunas historias que han
oído, o leído en libros, verdaderas o falsas, no importa, que dan
fe que personas muertas en pecado mortal sin confesión, porque
durante su vida habían dicho algunas oraciones o hecho alguna
práctica de devoción a la Santísima Virgen, o han sido resucitada
para confesarse, o su alma ha permanecido milagrosamente en su cuerpo
hasta la confesión o, por misericordia de la Santísima Virgen han
obtenido de Dios, en el momento de su muerte, la contribución y el
perdón de sus pecados, y por ahí han sido salvadas, y así que
ellos esperan la misma cosa.
98
Nada es tan condenable en el cristianismo como esta presunción
diabólica; porque ¿se puede decir con verdad que se ama y que se
honra a la Santísima Virgen, desde que por sus pecados se punza, se
atraviesa, se crucifica y ultraja despiadadamente a Jesucristo, su
Hijo? Si María se impusiese como ley el salvar por su misericordia a
esta clase de gente, autorizaría el crimen, ayudaría a crucificar y
a ultrajar a su Hijo, ¿quién osaría nunca pensarlo?
99
He dicho que abusar así de la devoción a la Santísima Virgen que,
después de la devoción a Nuestro Señor en el Santísimo
Sacramento, es la más santa y sólida, es cometer un horrible
sacrilegio que, después del sacrilegio de la comunión indigna, es
el más grande y el menos perdonable.
Confieso
que, para ser verdaderamente devoto de la Santísima Virgen, no es
absolutamente necesario ser tan santo que se evite todo pecado,
aunque lo fuese de desear, sino que es menester, por lo menos (que se
note bien lo que voy a decir):
1°)
Estar en una sincera resolución de evitar por lo menos todo pecado
mortal, que ultraja a la Madre tanto como al Hijo;
2°)
Hacerse violencia para evitar el pecado;
3°)
Ingresar en alguna cofradía, recitar la corona, el Santo Rosario u
otras oraciones, ayunar el Säbado, etc.
100
Esto es maravillosamente útil para la conversión de una pecador,
aún endurecido; y si tal es mi lector, aunque tuviese un pie en el
abismo, yo se lo aconsejo, pero a condición de que practique estas
buenas obras sólo con la intención del obtener de Dios, por la
intercesión de la Santísima Virgen, la gracias de la contrición y
del perdón de sus pecados, y de vencer los malos hábitos, y no para
permanecer apaciblemente en el estado de pecado, contra los
remordimientos de su conciencia, contra el ejemplo de Jesucristo y de
los santos, y contra las máximas del Santo Evangelio.
12
DÍAS PRELIMINARES
Empleados
en vaciarse del espíritu del mundo
Prácticas
Espirituales
Quienes
deseen abrazar esta devoción particular emplearán doce días por lo
menos en vaciarse del espíritu del mundo contrario al de Jesucristo
y para ello rezarán las siguientes oraciones:
VEN
ESPÍRITU CREADOR
Ven
Espíritu Creador,
Visita
el alma de los tuyos,
Llena
de suprema gracia
Los
corazones que creaste.
Tú,
llamado: Consolador,
Don
de Dios Altísimo,
Fuente
viva, fuego, caridad,
Y
espiritual unción.
Tú,
regalo de siete dones,
Dedo
de la diestra Paterna,
Tú,
prometido formal del Padre,
Que
enriqueces con elocuencia
Nuestros
labios.
Enciende
luz a los sentidos,
Infunde
amor a los corazones,
Con
tu fuerza perpetua
Sostén
nuestra debilidad.
Arroja
muy lejos al enemigo,
Y
danos pronto la paz;
Ante
nosotros marcha como guía,
Para
que evitemos todo mal.
Sepamos
por Ti del Padre,
Y
conozcamos al Hijo,
Y
a Ti, Espíritu de ambos,
Creamos
en todo tiempo.
¡Gloria
a Dios Padre,
Y
al Hijo, que resucitó de entre
los
muertos,
Y
al Paráclito,
Por
los siglos de los siglos.
Amén
AVE
ESTRELLA DE LA MAR
Ave
estrella de la mar,
Augusta
Madre de Dios,
Permanentemente
Virgen,
Puerta
del cielo, feliz.
Recibiendo
Tú aquel Ave
Por
la boca de Gabriel,
Ciméntanos
en la paz,
Mudando
el nombre de Eva.
Desata
el lazo al culpable,
Muestra
la luz a los ciegos,
Líbranos
de todo mal,
Consíguenos
todo bien.
Que
eres Madre muéstranos;
Reciba
por Ti las preces
Quien,
nacido por nosotros,
Quiso
ser el fruto tuyo.
Virgen
única, sin par,
Entre
todas la más dulce,
Líbranos
de nuestras culpas,
Haz
que seamos mansos, castos.
Concédenos
vida pura,
Vía
segura prepara:
Para
que, viendo a Jesús,
Siempre
juntos nos gocemos.
Se
alabanza a Dios Padre,
Al
sumo Cristo esplendor,
con
el Espíritu Santo,
a
los Tres un solo honor.
Amén.
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