miércoles, 6 de enero de 2016

NOVENA A SAN RAFAEL ARCANGEL - Día III




DÍA TERCERO


Puesto de rodillas delante de la Imagen del Glorioso Arcángel San Rafael, se dará principio a la Novena persignándose y levantando el corazón a Dios, procurando alentar la confianza y avisar la Fe, haciéndose presente con la consideración a toda la Corte Celestial y a la Reina de los Ángeles como especial Abogada nuestra, en cuya presencia con humildad, dolor y arrepentimiento hará de todo corazón un Acto de Contrición y después dirá esto.

ORACIÓN

Glorioso Arcángel San Rafael, Sagrado Príncipe de los siete que asisten en el Trono supremo del mismo Dios, si es para gloria de la Majestad Divina y para honra de vuestra Alteza que yo consiga lo que deseo y pido en esta Novena, alcanzadme esta gracia del Señor, y si no enderezad mi petición y pedid para mí a Dios aquello que más me conviene para mayor gloria suya, vida, salud y provecho de mi alma. Amén.

DEL LIBRO DE TOBÍAS EN LA SAGRADA ESCRITURA
Aflicción de Sara
Aconteció en Rages, ciudad de la Media, que Sara, hija de Ragüel, oyó las injurias de una de las criadas de su padre; porque (Sara) había sido dada en matrimonio a siete maridos, y un demonio llamado Asmodeo les había quitado la vida luego de consumado el matrimonio. Cuando reprendió a la muchacha por una falta, ésta le replicó diciendo: “Nunca jamás veamos sobre la tierra hijo ni hija nacida de ti, homicida que eres de tus maridos. ¿Por ventura quieres matarme también a mí, como has hecho ya con siete maridos?” Oyendo estas palabras subió Sara al cuarto más alto de su casa, donde pasó tres días y tres noches sin comer y beber.
Oración de Sara
Y perseverando en oración suplicaba a Dios con lágrimas que la librase de este oprobio. Al tercer día concluyó su oración, y bendiciendo al Señor, dijo: “Bendito sea tu nombre, oh Dios de nuestros padres, que después de haberte enojado usas de misericordia, y en tiempo de la tribulación perdonas los pecados a los que te invocan. A Ti, Señor, vuelvo mi rostro, a Ti levanto mis ojos. Te ruego, Señor, que me libres del lazo de este oprobio, o que por lo menos me saques de este mundo. Tú sabes, Señor, que nunca he codiciado varón y que he conservado mi alma limpia de toda concupiscencia. Jamás estuve con gente frívola, ni tuve trato con los que se portan livianamente. Si consentí en tomar marido, fue en tu temor, y no por un afecto sensual mío. Así que, o yo fui indigna de ellos, o acaso ellos no fueron dignos de mí; porque me has reservado Tú tal vez para otro esposo. 0Pues tus designios sobrepujan la capacidad de los hombres. Mas esto es seguro que todo aquel que Te adora y cuya vida ha sido aprobada, será coronado; que en caso de haber sido atribulado será librado, y si el castigo descargare sobre él, podrá acogerse a tu misericordia. Porque Tú no te deleitas en nuestra perdición; puesto que después de la tempestad das la bonanza, y después de las lágrimas y el llanto, infundes la alegría. ¡Oh Dios de Israel, bendito sea tu nombre por los siglos!”
Fueron oídas al mismo tiempo las plegarias de ambos en la presencia de la majestad del soberano Dios; y fue enviado Rafael, el santo ángel del Señor, para que sanase a ambos, cuyas oraciones habían sido presentadas a un tiempo delante del Señor.


Aquí se rezan tres Padres Nuestros y tres Ave Marías y después se dirá a San Rafael la siguiente


Alentando cuanto se pudiere la confianza, con las palabras que a cada uno le dictare su afecto pedirá a San Rafael el favor especial que desea conseguir y luego para obligar más a Dios pondrá por intercesión a la Reina de los Ángeles diciendo esta

ORACION

Soberana Reina de los Cielos y Señora de todos los nueve Coros Angélicos María Santísima! digna Madre de mi Señor Jesucristo, Templo vivo de la Divinidad, depósito de los tesoros de su gracia, principio de nuestro remedio, restauradora de la general ruina del linaje humano, nuevo gozo de los Santos, gloria de las obras del Altísimo y único instrumento de su omnipotencia. Te confieso por Madre dulcísima de Misericordia, Refugio de los miserables, amparo de los pobres y consuelo de los afligidos y todo lo que en ti por ti, y de ti confiesan los Espíritus Angélicos y de los Santos, todo lo confieso reverente, y lo que en ti y por ti alaban a la Divinidad, y la glorifican, todo lo alabo y glorifico, y por todo te bendigo, magnifico, confieso y creo, por el poder Divino con vida a todos los pobres, desvalidos, ignorantes, pecadores, grandes, pequeños, enfermos, flacos, y a todos los hijos de Adán, de cualquier estado, condición y sexo, Prelados, Príncipes e inferiores, para que vengan por su remedio a su infinita y liberal Providencia, por la intercesión de la que dio carne humana al Verbo Divino, porque sola ella es poderosa para solicitar nuestro remedio y alcanzarle: por tanto, Sagrada Reina de todas las Jerarquías, os pido y suplico en nombre de todas ellas, nos alcancéis de vuestro querido Hijo la exaltación de su Santísimo Nombre en toda la redondez del Mundo, salud espiritual de las almas, la extirpación de las herejías, la ruina del soberbio príncipe de las tinieblas, la universal extensión de la Santa Iglesia, paz y concordia entre los Príncipes Cristianos, para que todos enteramente alabemos al Santísimo Nombre de Jesucristo, a quien sea la gloria por infinitos siglos de los siglos. Amén


























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