Por
la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición.
Acto de contrición.
Eterno
Dios, que por tu inagotable Providencia das a tu Iglesia en cada
momento el Pastor más conveniente a sus supremos intereses, por la
memoria del que fue Padre celosísimo y eficaz para la propagación
de nuestra Fe y para el bien de toda la humanidad, San Pío X, te
rogamos nos induzcas cada día más a tener fidelidad absoluta a las
enseñanzas del Pontificado y, siguiendo la consigna del ilustre
Santo, sea norma de nuestra vida instaurarlo todo en Cristo, para
lograr así la paz del mundo y asegurar nuestra perseverancia final.
Te
pedimos de un modo especial, ¡oh Dios misericordioso!, imprimas en
nuestros corazones un profundo amor y devoción al Santísimo
Sacramento del Altar, para que siendo fieles devotos de quien mereció
ser designado como el Papa
de la Eucaristía,
no pase día sin que acompañemos a Jesús en la soledad de su
Sagrario, para merecer recibirlo con la mayor frecuencia posible
durante nuestra vida y especialmente, en la hora de nuestra muerte.
Te suplicamos, además, nos alcances el favor que pedimos en esta
Novena si ha de ser para tu mayor honra y gloria.
Interponemos
como intercesores a nuestras súplicas, a tan Santo Pontífice, a
todos nuestros Patrones y Abogados y de un modo especial, a la Virgen
Santísima, cuya protección, por medio del Santo Rosario, quiso San
Pío X fuera la que asegurara la salvación del mundo.
En
honor del Santísimo Sacramento, del que tan ejemplar devoto fue San
Pío X, rezaremos un
Padrenuestro, Avemaría y Gloria,
rogando por las intenciones del Sumo Pontífice y por las necesidades
de la Iglesia, con el propósito de ganar las indulgencias
concedidas.
ORACIÓN – DÍA SEXTOGlorioso San Pío X, que hiciste norma de tu Pontificado restaurarlo todo en Cristo, intercede para que siguiendo tus enseñanzas y ejemplos, adaptemos nuestra vida a la estricta observancia de los Mandamientos, para que siendo fieles sumisos de la Iglesia, seamos dignos de llamarnos hijos de Dios.Te rogamos de un modo especial, logres que Dios imprima en nuestros corazones todo el ardor de caridad que abrasaba el tuyo, para que por los frutos de esta excelsa virtud, seamos humildes en nuestras relaciones con los pobres, justos con los que de nosotros dependen, respetuosos con nuestros superiores e imitadores en toda nuestra vida pecadora de las excelsas virtudes en que brilló la tuya. Amén.San Pío X profetizaLa visión profética que tuvo de todos los acontecimientos, le hacía exclamar frecuentemente:– Veo una gran guerra. Las cosas van mal –repetía con insistencia al Cardenal Secretario de Estado, que se maravillaba de la seguridad con que hablaba el Pontífice y creía se refería a la guerra de los Balcanes–. No hablo de esta guerra –decía el Padre Santo en 1914, cuando la expedición italiana a Libia–. Todo esto es nada comparado con la gran guerra que vendrá.Y si el Cardenal le observaba que no se vislumbraba guerra alguna, el Santo viejecito replicaba:– Eminencia, no pasaremos de 1914.
LOA
(para
todos los días)
En la
recepción de la Sagrada Comunión halló siempre el combustible que
mantuvo ígneo el fuego de la caridad en su corazón, haciendo se
despojara de todo, para entregarse a sus prójimos en una suprema
superación de humildad y renunciamiento.
V.
Ruega por nosotros, San Pío X.
R.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor
Jesucristo.
¡Oh
Dios!, que infundiste en el corazón de San Pío X un profundo
sentimiento de caridad y amor a nuestros semejantes, haz que a
imitación suya aprendamos a ejercerla, no solamente con nuestras
limosnas sino con nuestra total entrega a los necesitados, para que
seamos dignos de gozar de la compañía del Santo Pontífice en tu
Divina Presencia en la gloría, por los siglos de los siglos. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario