Día
28
ACTO
DE CONTRICIÓN
¡Oh,
Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido
contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu
misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión
del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que
me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que
después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la
dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así
sea.
CATECISMO
DE SAN JOSÉ
29.
¿Qué pensaremos de la resurrección de José?
Respetando
la santa voluntad de Dios, que como dueño absoluto de todas las
cosas, obra como quiere, debemos presumir que Dios no distribuye por
casualidad sus favores, sus gracias y privilegios, sino que al
contrario merecidos debidamente. Luego tenemos todos los motivos para
creer que san José fue del número de los muertos que resucitaron
con Jesucristo, y es lo que nos enseñan casi todos los doctores.
¿Cuáles
fueron, en efecto, las razones que determinaron al Salvador en la
elección de los muertos, que quiso restituirá la vida? ¿Fue
determinado por su propio amor? José debió, pues, ser escogido el
primero; porque de todos sus servidores fue a quien más amó. José
debió presentarse en primera línea, porque el más amado de los
hombres, debió ser el más amante, y desde luego su vida está
terminante para que sirva de testimonio.
¿Escogió
con preferencia a aquellos que habían tenido relaciones estrechas
con su santa humanidad?
El
derecho de José fue en este caso incontestable en virtud de su
alianza con María y de su cualidad de padre adoptivo del Niño Dios.
Es verdad que las Escrituras no nos dicen si estos resucitados
murieron de nuevo o acompañaron a Jesucristo en su gloria. ¿Pero
puede haber duda respecto de esto?
Si
la muerte es un castigo como nos enseña la Escritura, morir dos
veces es ser doblemente castigado; es cierto que las almas de los
Santos salieron del limbo gloriosas é inmortales: pero, como nos
dicen san Ignacio, san Hilario y san Gerónimo, un alma no puede
separarse de su cuerpo sin dolor, y el dolor es incompatible con la
bienaventuranza. Luego podemos concluir que san José está hoy en
cuerpo y alma en el cielo, y no temamos añadir que esta
resurrección, que esta exaltación de san José, fue digna del
Salvador, gloriosa para san José, y favorable
a
los hombres.
Aquí
se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y
gozos del Señor San José.
M
E M O R A R E
Acordaos,
¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable
protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha
invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan
quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a
vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah!
No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que habéis sido llamado
padre del Redentor, sino escuchadlas con benevolencia, y dignaos
recibirlas favorablemente.
Así
sea.
Trescientos
días de indulgencias (una vez por día) aplicables a los
difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)
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