Confesor
Festividad: 31 de enero
n. 16 de agosto de 1815, I Becchi, Italia;
† 31 de enero de 1888, Turín, Italia
Hijo
de humildes campesinos, perdió a su padre a la edad de dos años y
fue educado por su piadosa madre Margarita. Desde que fue elevado al
diaconado, comenzó a reunir, los domingos, a los niños obreros y
abandonados de Turín. Construyó para ellos un asilo y una iglesia,
dedicada a San Francisco de Sales. En 1854, sentó las bases de una
nueva congregación, la de los salesianos; en 1872, fundó las Hijas
de María Auxiliadora. Murió el 31 de enero de 1888, venerado por
todo el mundo por su santidad y sus milagros.
Patronazgo:
aprendices, niños, editores, jóvenes mexicanos, trabajadores,
escolares, estudiantes.
ORACIÓN
Para
todos los días
Oh
Don Bosco Santo, cuando estabais en esta tierra no había nadie que
acudiendo a Vos, no fuera, por Vos mismo, benignamente recibido,
consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se
perfecciona ¡cuánto debe arder vuestro gran corazón en amor hacia
los necesitados! Ved, pues, mis presentes necesidades y ayudadme
obteniéndome del Señor (pídase
la gracia).
También
Vos habéis experimentado durante la vida las privaciones, las
enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las
ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabéis
qué cosa es sufrir.
Ea,
pues, oh Don Bosco Santo, volved hacia mí vuestra bondadosa mirada y
obtenedme del Señor cuánto pido, si es ventajoso para mí alma; o
si no, obtenedme alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una
conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo
tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Así sea.
DÍA
PRIMERO
¡Oh
Don Bosco Santo! Por el amor ardiente que tuviste a Jesús
Sacramentado y por el celo con que propagaste su culto, sobre todo
con la asistencia a la Santa Misa, con la Comunión frecuente y con
la visita cotidiana; alcánzanos la gracia de crecer cada vez más en
el amor y práctica de tan santas devociones, y de terminar nuestros
días fortalecidos y confortados por el celestial alimento de la
Divina Eucaristía.
Padrenuestro,
avemaría y gloria.
DÍA
SEGUNDO
¡Oh
Don Bosco Santo! Por el amor ternísimo que tuviste a María
Auxiliadora, vuestra Madre y Maestra; alcánzanos una verdadera y
constante devoción a tan dulcísima Madre, a fin de que, como hijos
suyos devotísimos, podamos merecer su valioso patrocinio en esta
vida y de un modo especial en la hora de nuestra muerte.
Padrenuestro,
avemaría y gloria.
DÍA
TERCERO
¡Oh
Don Bosco Santo! Por el amor filial que tuviste a la Santa Iglesia y
al Sumo Pontífice, a quien defendiste constantemente; alcánzanos la
gracia de ser siempre dignos hijos de la Iglesia Católica, y de amar
al Papa y venerar en él al Infalible Vicario de Nuestro Señor
Jesucristo.
Padrenuestro,
avemaría y gloria.
DÍA
CUARTO
¡Oh
Don Bosco Santo! Por el amor grande con que amaste a la Juventud y le
hiciste de Padre y Maestro, y por los heroicos sacrificios que
sobrellevaste por su salvación; haz que también nosotros amemos con
un amor santo y generoso a esta porción elegida del Sagrado Corazón
de Jesús, y que en todo joven contemplemos la persona adorable de
nuestro divino Salvador.
Padrenuestro,
avemaría y gloria.
DÍA
QUINTO
¡Oh
Don Bosco Santo! Tú que a fin de continuar y extender siempre más
tu santo apostolado, fundaste la Sociedad Salesiana y el Instituto de
las Hijas de María Auxiliadora; haz que los miembros de estas dos
Familias Religiosas estén siempre llenos de tu espíritu y sean
fieles imitadores de tus heroicas virtudes.
Padrenuestro,
avemaría y gloria.
DÍA
SEXTO
¡Oh
Don Bosco Santo! Tú que a fin de obtener en el mundo más abundantes
frutos de fe práctica y ternísima caridad, instituiste la Unión de
los Cooperadores Salesianos; haz que éstos sean siempre modelos de
las virtudes cristianas y providenciales ayudantes de tus obras.
Padrenuestro,
avemaría y gloria.
DÍA
SÉPTIMO
¡Oh
Don Bosco Santo! Tú que amaste con amor inefable a todas las almas,
y que para salvarlas enviaste a tus hijos hasta los últimos confines
de la tierra; haz que también nosotros pensemos continuamente en la
salvación de nuestras almas y cooperemos con todos los medios
posibles a salvar tantos pobres hermanos nuestros.
Padrenuestro,
avemaría y gloria.
DÍA
OCTAVO
¡Oh
Don Bosco Santo! Tú que amaste con un amor de predilección la bella
virtud de la pureza, y la inculcaste con el ejemplo, con la palabra y
con los escritos; haz que también nosotros, enamorados de tan
indispensable virtud, la practiquemos constantemente y la difundamos
con todas nuestras fuerzas.
Padrenuestro,
avemaría y gloria.
DÍA
NOVENO
¡Oh
Don Bosco Santo! Tú que fuiste siempre tan compasivo hacia las
humanas desventuras, dirige una mirada hacia nosotros tan necesitados
de tu auxilio. Haz descender sobre nosotros y sobre nuestras familias
las maternales bendiciones de María Auxiliadora; alcánzanos todas
aquellas gracias espirituales y temporales que necesitamos: intercede
por nosotros en vida y en muerte, a fin de que podamos cantar
eternamente las divinas misericordias en el Paraíso Celestial. Así
sea.
Padrenuestro,
avemaría y gloria.
ORACIÓN
FINAL
Para
todos los días
Oh
Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto
trabajasteis por la salvación de las almas, sed nuestra guía en
buscar el bien de la nuestra y la salvación del prójimo, ayudadnos
a vencer las pasiones y el respeto humano, enséñanos a amar a Jesús
Sacramentado, a María Santísima Auxiliadora y al Papa, y obtenednos
de Dios una santa muerte, para que podamos un día hallarnos juntos
en el Cielo. Así sea.