SANTA
ROSA DE LIMA
(1586-1617)
Virgen
- Terciaria Dominica.
Patrona
Principal de Hispanoamérica; Lima, Perú; Filipinas; bordadores;
floristas; jardineros; personas ridiculizadas por su piedad.
Protectora contra la vanidad.
Día
Cuarto
Per
signum Crucis, (†) de inimicis nostris, libera nos, (†) Deus
noster. (†)
In
Nomine (†) Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amén.
Señor
mío Jesucristo.
ORACIÓN INICIAL
Oh
esclarecida Virgen, Rosa celestial, que con el buen olor de vuestras
virtudes habéis llenado de fragancia a toda la Iglesia de Dios y
merecido en la gloria una corona inmarcesible; a vuestra protección
acudimos para que nos alcances de vuestro celestial Esposo un corazón
desprendido de las vanidades del mundo y lleno de amor divino.
(Mencionar
aquí la gracia que se desea obtener)
Rezar
Pater, Ave y Gloria.
VIDA
DE SANTA ROSA
Penitente
Desde
sus tiernos años practicó el ayuno más riguroso. ¡Cuántas
verdad es que las exigencias de nuestro cuerpo y de nuestra salud,
crecen o disminuyen en proporción de lo que les concedemos!
Siendo
pequeñita no comía nunca fruta. A los seis años ayunaba a pan y
agua los viernes y sábados. A los quince, hizo voto de no comer
nunca carne, salvo el caso de mandato formal de santa obediencia. Más
tarde no comía más que sopas hechas sólo con pan y agua y sin
condimento ninguno, ni siquiera sal, y como esa mortificación no le
parecía suficiente, añadía un brebaje tan amargo que no podía
tragarlo sin verter lágrimas. Pasaban a menudo varios días sin
comer; y esos ayunos extraordinarios eran ciertamente en ella efecto
de una gracia especial, a la que respondía con generosidad; pues si
sus padres la obligaban a tomar algún alimento sustancioso, pronto
tenían que reconocer que con aquel cuidado y oficiosidad, lejos de
aliviarla, aumentaban considerablemente sus dolores.
Cada
noche se disciplinaba con cadenas de hierro, y se ofrecía a Dios
como víctima propiciatoria por la Iglesia, por el Estado, por las
almas del purgatorio, por la conversión de los pecadores y por los
intereses de la fe católica. Y era tan constante en esta penitencia
que no daba tiempo a las heridas para curarse, de modo que su cuerpo
era una pura llaga.
Íntimamente
compenetrada con la pasión de su amante Salvador, se ingeniaba
sobremanera para inventar penitencias que la acercasen más y más a
su divino Modelo.
A
los catorce años salía de noche al jardín con las espaldas
martirizadas por las disciplinas, como lo habían sido las de Jesús,
y, cargándose con una pesada cruz a ejemplo de su Maestro, caminaba
con los pies descalzos y con paso lento, meditando sobre la subida de
Cristo al monte Calvario, y dejándose caer de cuando en cuando para
imitar con mayor perfección a su Ejemplar y Modelo.
ORACIÓN
FINAL
¡Oh
flor la más hermosa y delicada que ha producido la tierra
americana!, portento de la gracia y modelo de las almas que desean
seguir de cerca las huellas del Divino Maestro, obtened para nosotros
las bendiciones del Señor. Proteged a la Iglesia, sostened a las
almas buenas y apartad del pueblo cristiano las tinieblas de los
errores para que brille siempre majestuosa la luz de la Fe y para que
Jesús, vida nuestra, reine en las inteligencias de todos los hombres
y nos admita algún día en su eterna y dichosa mansión. Amén.
Santa
Rosa de Lima, rogad por nosotros.
In
Nomine (†) Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amén.
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