jueves, 23 de junio de 2016

NOVENA A LA REINA SANTA ISABEL DE PORTUGAL Día 4

NOVENA A LA REINA SANTA ISABEL DE PORTUGAL
Patrona de la Paz en los Hogares Cristianos
Protectora de las sociedades de caridad; novias; personas falsamente acusadas; reinas; paz; víctimas de adulterio e infidelidad; víctimas de celos; viudas; terciarios. Invocada en tiempos de guerra y en matrimonios con problemas.
DÍA 4


ORACION PREPARATORIA
(Para todos los días)
v. Dios mío, ven en mi auxilio
r. Señor date prisa en socorrerme
v. Gloria al Padre al hijo y al Espíritu Santo
r. Como era en un principio, ahora y siempre. Amén


Altísimo y Soberano Señor Nuestro que quisiste darnos ejemplo de santidad mostrándonos a nosotros vuestros siervos, que no solamente en los claustros y desiertos santificas a tantas almas, sino también en los tronos de los reyes, haznos comprender que en todos los estados de la vida puede estar tu espíritu de concordia y de paz.
Tú, que en la Reina Santa Isabel le disteis a las esposas cristianas un modelo de humildad, penitencia y perdón, virtudes tan difíciles de encontrar en medio de las grandezas humanas, haz que en los hogares no falte la dulzura y dedicación materna, para salud y bienestar físico y espiritual de los hijos, y que sean estos educados en la fe, a imitación de Sagrada Familia.
Te pedimos, Señor, por intercesión de esta Santa Reina, que tan grande fue en el mundo y que no menor lo es en el cielo, las gracias que tanto precisamos (se nombran los favores a pedir) en modo particular la paz en nuestros corazones y en nuestros hogares.
¡Oh, Dios! que eres tan admirable en vuestros santos, compadécete de nuestras miserias y concédenos por intercesión de las oraciones de tu sierva Santa Isabel, se aparte de nosotros la tibieza, y fortalecidos con tu gracia, recibamos nuevo ánimo en la devoción. Que se transformen nuestras malas costumbres, y preparemos de este modo los caminos que nos conduzcan a la eterna felicidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


Pater, Ave y Gloria Patri.


DÍA 4
Esposa y Madre Cristiana”


Tras seis años sin tener sucesión le nacieron dos hijos: la princesa Constanza y el príncipe Alfonso, que fue su cruz y causa de sufrimientos. Crecido el futuro Alfonso IV el Bravo en la Corte portuguesa, se reconoció en él el violento carácter heredado de su padre, y a partir de sus malos ejemplos fue creciendo en el hijo un fuerte rechazo que se manifestaría más tarde. Por tres veces se alzó el príncipe en rebeldía. Estas luchas entre sus dos más grandes amores fueron la gran prueba que tuvo que sufrir durante largos años la reina Isabel. «Vivo vida muito amargosa», dice en una carta a su hermano Jaime II de Aragón. A todos los sacrificios estaba dispuesta con tal de lograr la paz de su reino y la reconciliación del padre con el hijo. Para conseguirlo no duda en escribir a su esposo: «No permitáis que se derrame sangre de vuestra generación que estuvo en mis entrañas. Haced que vuestras armas se paren o entonces veréis cómo en seguida me muero. Si no lo hacéis, iré a postrarme delante de vos y del infante, como la leona en el parto si alguien se aproxima a los cachorros recién nacidos. Y los ballesteros han de herir mi cuerpo antes de que os toque a vos o al infante. Por Santa María y por el bendito S. Dionís, os pido que me respondáis pronto para que Dios os guíe». Y a su hijo le dice: «Por Santa María Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman casas, destruyen cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que los reclamos del hijo sean atendidos, pero por favor recuerda que tienes deberes gravísimos con tu padre como hijo, y como súbito con el rey».
Hasta el mismo campo de batalla llegó en una ocasión, montando una mula, cuando empezaba en el llano de Alvalade, cerca de Lisboa, otra lucha parricida entre el rey y su hijo. Allí consiguió de su esposo el perdón para el hijo inquieto y rebelde.


LETANÍAS DE SANTA ISABEL
(Para todos los días)


Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Isabel, madre de los pecadores, ruega por nosotros.
Santa Isabel, temerosa de Dios desde la infancia, ruega por nosotros.
Santa Isabel, fervorosísima adoradora de Dios, ruega por nosotros.
Santa Isabel, devota del discípulo amado de Jesús, San Juan, ruega por nosotros.
Santa Isabel, imitadora de San Francisco, ruega por nosotros.
Santa Isabel, nobilísima por la generación y por la fe, ruega por nosotros.
Santa Isabel, dada a todos los actos de piedad, ruega por nosotros.
Santa Isabel, que perseveraste en la oración y contemplación, ruega por nosotros.
Santa Isabel, consolada muchas veces con visiones divinas, ruega por nosotros.
Santa Isabel, amable a Dios y a los hombres, ruega por nosotros.
Santa Isabel, admirable despreciadora del mundo, ruega por nosotros.
Santa Isabel, modelo de pobreza, castidad y obediencia, ruega por nosotros.
Santa Isabel, consoladora de los casados, ruega por nosotros.
Santa Isabel, ejemplo de perdón en las infidelidades de tu esposo.
Santa Isabel, espejo de las viudas, ruega por nosotros.
Santa Isabel, modelo de penitencia y de humildad, ruega por nosotros.
Santa Isabel, dotada de admirable mansedumbre, ruega por nosotros.
Santa Isabel, que despreciaste las delicias de la casa real paterna, ruega por nosotros.
Santa Isabel, amante de la Cruz de Cristo, ruega por nosotros.
Santa Isabel, luz de las mujeres piadosas, ruega por nosotros.
Santa Isabel, madre de los huérfanos, ruega por nosotros.
Santa Isabel, consoladora de los afligidos, ruega por nosotros.
Santa Isabel, que diste a los pobres todas tus riquezas, ruega por nosotros.
Santa Isabel, que fuiste privada del auxilio de tus parientes, ruega por nosotros.
Santa Isabel, pacientísima en las contrariedades, ruega por nosotros.
Santa Isabel, abrigo de los peregrinos y los enfermos, ruega por nosotros.
Santa Isabel, guardiana de todos los necesitados, ruega por nosotros
Santa Isabel, ahuyentadora de los demonios, ruega por nosotros.
Santa Isabel, que alcanzaste de Dios la conversión de los vanidosos y los viciosos, ruega por nosotros.
Santa Isabel, que oíste cantar á los ángeles en tu muerte ruega, por nosotros.
Santa Isabel, adornada de milagros en la vida y en la muerte, ruega por nosotros.
Santa Isabel, que socorres con misericordia a tus devotos, ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
v- Ruega por nosotros Santa Isabel bendita.
r. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos


¡Oh Dios clementísimo! que entre otras eminentes dotes ornaste a la reina Santa Isabel con la prerrogativa de aplacar los horrores de la guerra y poner armonía en su familia, concédenos que por su intercesión y a ejemplo de sus virtudes, Tú reines en nuestros hogares cristianos, y que después de pasar en paz esta vida mortal, como humildemente pedimos, alcancemos las alegrías eternas. Por Nuestro señor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina con el Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén










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