MES
DE JUNIO
DEDICADO
AL
SAGRADO CORAZÓN
DÍA
VIGÉSIMO PRIMERO
ACTO
DE CONTRICIÓN
Dulcísimo
Corazón de Jesús, que en este Divino Sacramento estais vivo e
inflamado de amor por nosotros!
Aquí
nos tieneis en vuestra presencia, pidiendoos perdón de nuestras
culpas e implorando vuestra misericordia. Nos pesa, ¡oh buen Jesús!,
de haberte ofendido, por ser Vos tan bueno que no mereceis tal
ingratitud. Concedednos luz y gracia para meditar vuestras virtudes y
formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén.
DÍA
21
PIDAMOS
AL SAGRADO CORAZÓN,
POR
LA RESTAURACIÓN
DE
LA FAMILIA CRISTIANA
I
ADONDE
el infierno dirige con más ahínco sus ataques es a la sociedad
doméstica. Lograr que desaparezca Jesucristo de la familia, éste es
el blanco de sus deseos. Y ¡cómo se va logrando en muchas partes
este deseo de Satanás! Apenas se encuentra ya en algunos lugares la
familia verdaderamente cristiana. Ciertos padres y madres de hoy
parecen haber desterrado la Religión de su hogar, según tienen
olvidadas allí todas las prácticas de ella. Apenas se reza; y en
familia, apenas se oye en ella el nombre de Dios. Toda la importancia
se da al interés, a la vanidad, al lujo exagerado, a las culpables
diversiones.
¡Oh
Sagrado Corazón de Jesús! Hazte cargo también de esta necesidad y
acude a remediarla. Haz tuyos nuevamente nuestros hogares, de donde
parece haberte echado el demonio tu enemigo. Vuelve a reinar ¡oh
Señor! en nuestras casas, como en otros templos consagrados a Ti.
Une a tu Divino Corazón los corazones de los padres y de los hijos,
que hoy tienen miserablemente divididos la disipación y el egoísmo.
¡Oh
Sagrado Corazón! Te pedimos hoy más fervorosamente por esta
necesidad, una de las más tristes de nuestros días.
Medítese
unos minutos.
II
¡Qué
distinta sería la faz del mundo si volviese a reinar en la familia
cristiana el Sagrado Corazón de Jesús! ¡Cómo sería la prudencia
de los padres; cómo el respeto de los hijos; cómo la fidelidad de
los esposos; cómo el amor de los hermanos! Cada casa cristiana sería
un vivo calco de la Sagrada Familia de Nazareth.
Hoy
no reina en muchas de ellas Dios; pero reinan en cambio el egoísmo,
la desconfianza, la relajación de los vínculos más sagrados.
¡Corazón de Jesús! ¿Es esta la familia cristiana como Tú la
quieres? No. Es como la quiere el demonio, enemigo de tu nombre y de
nuestras almas. Quítale, pues, Jesús, este señorío a Satanás;
recóbralo Tú para no perderlo ya nunca. Sé Tú mismo en la familia
el centro de unión, norma de conducta; den los padres buen ejemplo y
sano consejo; muestren los hijos obediencia y docilidad; esmérense
todos en el cumplimiento de tu ley y en el respeto a tu Iglesia.
¡Oh
Señor! Sé Tú el verdadero Padre de familias, de todas éstas acá
en la tierra, para que juntas formen un día contigo, la dichosísima
familia del cielo.
Medítese,
y pídase la gracia particular.
ORACIÓN
Y ACTO DE CONSAGRACIÓN
Rendido
a vuestros pies, ¡oh Jesús mío! ,considerando las inefables
muestras de amor que me habeis dado y las sublimes lecciones que me
enseña de continuo tu adorabilísimo Corazón, os pido humildemente
la gracia de conoceros, amaros y serviros como fiel discípulo
vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que
generoso concedeis a los que de veras os conocen, aman y sirven.
¡Mira
que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Vos como el
mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mira que soy muy
rudo, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas,
para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mira que soy muy débil, oh
poderosísimo amparo de los flacos, y caigo a cada paso, y necesito
apoyarme en Vos para no desfallecer! Sedlo todo para mí, Sagrado
Corazón: socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis
pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Ti lo
espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y convidasteis
cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en vuestro
Evangelio: Venid a Mí,... Aprended de Mí... Pedid, llamad... A las
puertas de vuestro Corazón vengo pues hoy, y llamo, ypido, y espero.
Del mío os hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega.
Tomadlo Vos, y dame en cambio lo que sabeis me ha de hacer bueno en
la tierra y dichoso en la eternidad. Amén.
Aquí
se rezará tres veces el Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria, en
recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de la lanza,
con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María
Alacoque.
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