Una leyenda hebrea dicen que el cuervo era originalmente blanco y que sus pluma se ennegrecieron cuando no logró regresar al arca de donde Noé lo había enviado a averiguar si las aguas habían bajado. Por su plumaje negro y supuesto hábito de devorar los ojos y el cerebro de los muertos, y su preferencia por la carne corrompida, el cuervo es símbolo del Diablo, que arroja el alma a las tinieblas, invade la inteligencia y se complace en la corrupción. El cuervo es considerado más favorablemente en relación con algunos santos. Es atributo de San Vicente, porque envió un cuervo a custodiar sus restos sagrados; y también de San Antonio Abad y de Pablo el Ermitaño, porque les llevaba un pan cada día cuando vivián juntos en el desierto. El cuervo, como símbolo de la soledad, se asocia con estos santos ermitaños.
GEORGE FERGUSON
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