viernes, 28 de agosto de 2015

TRIDUO A LA ASUNCION DE MARIA SANTISIMA A LOS CIELOS Dia tercero




DISPOSICIONES


Que debe procurar el cristiano para hacer el Triduo con aprovechamiento de su alma. Será la primera disposición un buen acto de contrición y, de ser posible, una buena confesión.
Que María Santísima es Madre y Refugio de los pecadores, es una verdad enseñada por la Santa Iglesia; pero también es otra verdad no menos cierta, ni menos autorizada, que todos los pecadores que desean con eficacia experimentar en vida y en muerte su poderoso valimiento y patrocinio en la presencia de Dios, han de procurar en cuanto les sea posible disponerse con un corazón verdaderamente contrito y humillado.


Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Criador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi alma, más que a mi vida y más que a todas las cosas: por ser Vos quien sois, y por vuestra bondad infinita, a mí me pesa, pésame mi Dios de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra divina bondad y misericordia infinita me los perdonaréis por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, me daréis gracia para enmendar mi vida y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la hora de mi muerte. Amén.


Oración para todos los días
Soberana Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, aquí tenéis postrado a vuestros sacratísimos pies a este hijo pródigo, penetrado de confusión, de dolor y de arrepentimiento por haber pecado contra el cielo y contra Vos: conozco, Señora, y confieso en presencia del cielo y de la tierra, que no soy digno de honrarme con el título de hijo vuestro: recibid, Madre de misericordia, esta humilde confesión de mi fea ingratitud, y mala correspondencia, dispensándome la gracia de admitirme en el número de vuestros esclavos: miradme con ojos de piedad, como acostumbráis ejecutarlo con vuestros siervos; y alcanzadme del Todopoderoso la gracia que principalmente os pido en este santo Triduo; y es, que reconocido de todos los yerros y extravíos de mi vida pasada, empiece desde ahora a llorar con amargas lágrimas todas mis culpas, a implorar las divinas misericordias, arreglando los pasos de mi vida de tal manera que logre por vuestra poderosa intercesión una preciosa muerte para gozar de Dios en vuestra compañía por eternidades de gloria. Amén.
Aquí se rezarán tres Ave Marías.


ORACIÓN PARA EL DÍA TERCERO
PERSEVERANCIA


Qui perseveraverit usque in finem, hic salvus erit. Matth. Cap. 10. V.22.

El que perseverare hasta el fin, éste se salvará.

Omnipotente Dios, liberalísimo remunerador, que conducís al puerto de salvación a todas las almas que perseveran en la observancia de vuestros divinos mandamientos hasta el fin de la carrera de esta vida mortal; y así mismo, nos aseguráis que el alma que pone la mano sobre el arado y vuelve atrás no es a propósito para el Reino de los Cielos: yo os suplico, Señor, por la intercesión de María Santísima, cuya perseverancia en toda clase de virtud hasta el último momento de su preciosa vida habéis remunerado con un peso de indecible gloria, me concedáis la gracia de fijar mis pasos en la observancia de vuestra divina ley; confirmad, Señor, en mí los propósitos y resoluciones que he formado en este santo Triduo, que son: de vivir en adelante animado de una fe viva, de una firme esperanza, de una caridad ardiente, de una humildad verdadera, de una pureza y castidad conforme al estado en que me hallo al presente, o a aquel a que me destine vuestra divina providencia; de una paciencia inalterable, de una pobreza de espíritu que desprenda mi corazón de todos los bienes de la tierra, y suspire incesantemente por la posesión de mi eterna bienaventuranza; dispensadme en fin, Señor, la misericordia de que yo persevere a imitación de mi Madre y Señora María Santísima, en el ejercicio de estas y las demás virtudes hasta respirar el último aliento de mi vida, para que entregando mi espíritu en vuestras manos, en las de mi amado Jesús y de María, mi venerada Madre y Señora, pase a veros, gozaros, alabaros y bendeciros eternamente en vuestra gloria. Amén.

Sea todo para honra y gloria de Dios y de su Santísima Madre, que sea nuestra Abogada en vida y en muerte.




ORACIÓN PARA CONCLUIR TODOS LOS DÍAS


Dios de bondad, en quien vivo, en quien me muevo, y en quien disfruto el ser que tengo: que por un efecto de vuestra infinita misericordia tenéis empeñada vuestra divina palabra, de que no queréis la muerte eterna del pecador, sino que se convierta a Vos para vivir eternamente en vuestra amistad y gracia: yo os suplico, Señor, por vuestra bondad, por la vida, muerte y pasión de mi Redentor Jesucristo, y por los méritos de vuestra Madre María Santísima, elevada a los Cielos en cuerpo y alma, me otorguéis la gracia de convertirme a Vos con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas las fuerzas de mi vida; viva yo, Señor, en adelante para amaros, muévame para serviros y emplee todo cuanto soy en obedeceros; no permitáis, Señor, se abran mis ojos, sino para miraros; no se empleen mis oídos, sino en escucharos; mi lengua no tenga otro ejercicio que alabaros y bendeciros; no se dirijan mis pasos sino a buscaros. Hacedme en fin, Señor, la misericordia de que mi alma y mi cuerpo detesten y aborrezcan sobre todo la muerte eterna de la culpa y suspiren incesantemente por la vida de vuestra amistad y gracia, para bendecir y alabar vuestras misericordias eternamente en la gloria. Amén.


ANTÍFONA
Hodie Maria Virgo cælos ascendit, gaudete quia cum Christo regnat in æternum.
Exaltata est Sancta Dei genitrix.
Super Choros Angelorum ad cælestia Regna.


OREMUS
Famulorum tuorum quaesumus Domine delictis ignosce, ut qui tibi placere de actibus nostris non valemus, Genitricis Filii tui Domini nostri intercessione salvemur.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado.







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