miércoles, 28 de febrero de 2018

M E S D E S A N J O S É Día 9



ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh, Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido contra tu divina majestad en este día, vengo a solicitar de tu misericordia infinita tu generoso perdón. Por la valiosa intercesión del Santísimo Patriarca Señor San José te suplico humildemente que me concedas nuevas gracias para servirte y amarte, a fin de que después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así sea.


CATECISMO DE SAN JOSÉ


12. ¿Cuál fue la profesión de san José?

El evangelio nos enseña que San José fue artesano, más no nos dice su género de trabajo; debemos buscar por consiguiente buscar el auxilio de la tradición para dirigirnos en nuestras indagaciones. Algunos autores graves, como el venerable Beda y san Anselmo piensan que san José trabajaba en hierro.
“Que hubiese conocido el arte de fraguar, dice san Ambrosio, esto no cabe duda”.  Luego podemos presumir que todos los trabajadores de este género de oficio, que fueron necesarios para su casa, salieron de sus manos, y que el los fundió en alguna fragua de las cercanías. Aunque esto parece probable, no era, sin embargo el verdadero oficio del santo patriarca. San Justino, que fue muy cercano de las primitivas tradiciones, refiere que san José fabricaba yugos y arados; la opinión generalmente recibida es la de atribuir a san José el oficio de carpintero. Hizo muebles de la casa, el pobre tablado donde María tomaba algunas horas de descanso y mas tarde la cuna que debió servir al divino infante.






Aquí se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José.

M  E  M  O  R  A  R  E

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente.
Así sea.


Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)










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