NOVENA
EN HONOR DE SAN FRANCISCO DE SALES
Su
fiesta se celebra el 29 de enero
(1567-
†
1622)
†
DIA
SEXTO.
Extático
san Francisco de Sales,
que para lograr el fin porque únicamente anhelaba tu corazón, que
era aficionarte a Dios, hasta unirte estrechamente con su Majestad,
vivías continuamente en oración, sabiendo que la ocupación
interior y comercio con Dios es el medio más eficaz de aficionarse a
un objeto tan atractivo y amable , que no puede ser conocido sin ser
amado, ni tratado sin que robe poderosamente la voluntad: alcánzanos
del corazón de Jesús el don de oración, para que gustando y viendo
que suave es Dios, se vean nuestros corazones venturosamente
prendados de su divina beldad, y si conviene para este fin la gracia
que pretendemos. Amén.
Aquí
se reza un Padre nuestro, un Ave María, por la conversión de los
pecadores.
DE
LA VIDA DE SAN FRANCISCO DE SALES
Un
vez titulado fue a reunirse con su familia en el castillo de Thuille,
a orillas del lago de Annecy. Ahí llevó durante 18 meses, por lo
menos en apariencia, la vida ordinaria de un joven de la nobleza. El
padre de Francisco tenía gran deseo de que su hijo se casara cuanto
antes y había escogido para él a una encantadora muchacha, heredera
de una de las familias del lugar. Sin embargo, el trato cortés, pero
distante de Francisco hicieron pronto comprender a la joven que este
no estaba dispuesto a secundar los deseos de su padre.
El santo declinó, por la misma razón, la dignidad de miembro del senado que le había sido propuesta, a pesar de su juventud.
Hasta entonces Francisco sólo había confiado a su madre, a su primo Luis de Sales y a algunos amigos íntimos, su deseo de consagrarse al servicio de Dios. Pero había llegado el momento de hablar de ello con su padre. El Señor de Boisy lamentaba que su hijo se negara a aceptar el puesto en el senado y que no hubiese querido casarse, pero ello no le había hecho sospechar, ni por un momento, que Francisco pensara en hacerse sacerdote.
La muerte del deán del capítulo de Ginebra hizo pensar al canónigo Luis de Sales en la posibilidad de nombrar a Francisco para sustituirle, lo cual haría menos duro el golpe para el padre del santo. Con la ayuda de Claudio de Granier, obispo de Ginebra, pero sin consultar a ningún miembro de la familia, el canónigo explicó el asunto al Papa, quien debía hacer el nombramiento y, a vuelta de correo, llegó la respuesta del Sumo Pontífice que daba a Francisco el puesto. Este quedó muy sorprendido ante la dignidad con que le distinguía el Papa, pero se resignó a aceptar ese honor que no había buscado, con la esperanza de que su padre accedería así más fácilmente a su ordenación.
Pero el Señor de Boisy era un hombre muy decidido y pensaba que sus hijos le debían una obediencia absoluta. Francisco tuvo que recurrir a toda su respetuosa paciencia y su poder de persuasión para convencerle de que debía ceder.
El santo declinó, por la misma razón, la dignidad de miembro del senado que le había sido propuesta, a pesar de su juventud.
Hasta entonces Francisco sólo había confiado a su madre, a su primo Luis de Sales y a algunos amigos íntimos, su deseo de consagrarse al servicio de Dios. Pero había llegado el momento de hablar de ello con su padre. El Señor de Boisy lamentaba que su hijo se negara a aceptar el puesto en el senado y que no hubiese querido casarse, pero ello no le había hecho sospechar, ni por un momento, que Francisco pensara en hacerse sacerdote.
La muerte del deán del capítulo de Ginebra hizo pensar al canónigo Luis de Sales en la posibilidad de nombrar a Francisco para sustituirle, lo cual haría menos duro el golpe para el padre del santo. Con la ayuda de Claudio de Granier, obispo de Ginebra, pero sin consultar a ningún miembro de la familia, el canónigo explicó el asunto al Papa, quien debía hacer el nombramiento y, a vuelta de correo, llegó la respuesta del Sumo Pontífice que daba a Francisco el puesto. Este quedó muy sorprendido ante la dignidad con que le distinguía el Papa, pero se resignó a aceptar ese honor que no había buscado, con la esperanza de que su padre accedería así más fácilmente a su ordenación.
Pero el Señor de Boisy era un hombre muy decidido y pensaba que sus hijos le debían una obediencia absoluta. Francisco tuvo que recurrir a toda su respetuosa paciencia y su poder de persuasión para convencerle de que debía ceder.
Por
fin vistió la sotana el día mismo en que obtuvo el consentimiento
de su padre, y fue ordenado sacerdote 6 meses después, el 18 de
diciembre de 1593. A partir de ese momento, se entregó al
cumplimiento de sus nuevos deberes con un celo que nunca decayó.
Ejercitaba los ministerios sacerdotales entre los pobres, con
especial cariño; sus penitentes predilectos eran los de cuna
humilde.
Su predicación no se limitó a Annecy únicamente, sino a otras muchas ciudades. Hablaba con palabras sencillas, que los oyentes le escuchaban encantados. Pero Dios tenía destinado al santo, emprender en breve, un trabajo mucho más difícil.
Su predicación no se limitó a Annecy únicamente, sino a otras muchas ciudades. Hablaba con palabras sencillas, que los oyentes le escuchaban encantados. Pero Dios tenía destinado al santo, emprender en breve, un trabajo mucho más difícil.
ANTÍFONA
Sacerdos,
Pontifex et virtutum Opifex, Pastor bone in Populo , ora pro nobis,
Dominum.
V. Amavit eum Dominus et ornavit eum.
R. Stolam gloriae induit eum.
V. Amavit eum Dominus et ornavit eum.
R. Stolam gloriae induit eum.
ORATIO
Deus,
qui ad ánimarum salutem beatum Franciscum, confessorem tuum, atque
pontificem, omnibus omnia factum esse voluisti: concede propitius, ut
charitatis tuae dulcedine perfusi, ejus dirigentibus monitis, ac
sufragantibus meritis aeterna gaudia consequamur. Per Dominum nostrum
Jesum Christum Filium tuum: Qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus per omnia secula seculorum. R. Amén
FUENTE:
Novena a San Francisco de Sales, Obispo y príncipe de Ginebra, y
fundador de la orden de la Visitación, doctor místico y maestro del
divino amor. Valladolid. 1859.
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