AGUA
Representa la limpieza y la purificación. El sacramento del Bautismo la utiliza en este último sentido para simbolizar la eliminación de pecado y la elevación hacia una vida nueva. También denota inocencia, como cuando Pilato se lava las manos, diciendo: "Inocente soy yo de la sangre de éste justo. "(Marteo 27,24). Más raramente el agua sugiere dificultades o tribulaciones:"Sálvame. oh Dios, porque me han llegado las aguas hasta el cuello. . . He llegado al fondo de las aguas, y la ondas me anegan." (Salmo 69, 1,2). El agua, mesclada con el vino en la Eucaristía, representa la humanidad de Cristo, en tanto que el vino indica su divinidad.
JEOGE FERGUSON
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