SANTA
ROSA DE LIMA
(1586-1617)
Virgen
- Terciaria Dominica.
Patrona
Principal de Hispanoamérica; Lima, Perú; Filipinas; bordadores;
floristas; jardineros; personas ridiculizadas por su piedad.
Protectora contra la vanidad.
Día
Séptimo
Per
signum Crucis, (†) de inimicis nostris, libera nos, (†) Deus
noster. (†)
In
Nomine (†) Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amén.
Señor
mío Jesucristo.
ORACIÓN INICIAL
Oh
esclarecida Virgen, Rosa celestial, que con el buen olor de vuestras
virtudes habéis llenado de fragancia a toda la Iglesia de Dios y
merecido en la gloria una corona inmarcesible; a vuestra protección
acudimos para que nos alcances de vuestro celestial Esposo un corazón
desprendido de las vanidades del mundo y lleno de amor divino.
(Mencionar
aquí la gracia que se desea obtener)
Rezar
Pater, Ave y Gloria.
VIDA
DE SANTA ROSA
Desposorio
Místico
La
soledad era un verdadero regalo para la piadosa virgen de Lima, y
como en casa de sus padres no hallaba lugar alguno bastante oculto
para vivir lejos del mundo y totalmente olvidada de él, se hizo
construir una pequeña ermita en un rincón del jardín, adonde llevó
su pobre lecho, una silla y algunas imágenes piadosas, allí
distribuyó ordenadamente su tiempo entre la oración y el trabajo
manual.
Como
no se le permitía ir sola a la iglesia y su madre no siempre la
podía acompañar, hubo quien la compadeció al verla privada de
aquella dicha, pero Rosa contestó que Dios le hacía asistir
diariamente a varias misas, ya en la iglesia del Espíritu Santo, ya
en la de San Agustín.
La
santa limeña fue devotísima de la Virgen del Rosario, quien le
enseñaba, consolaba y visitaba junto con su Santísimo Hijo. Su
imagen, existente en la iglesia de Santo Domingo, cambiaba de rostro
cada vez que le solicitaba algún favor y le significaba los sucesos
futuros del reino. Fue a sus plantas que recibió una de las mayores
mercedes que obtuvo del Cielo, el Domingo de Ramos de 1615. Los
religiosos repartieron todas las palmas que habían bendecido y no
alcanzó para Rosa, quien quedó entristecida; pero enseguida,
volviéndose a la sagrada imagen, arrepintiéndose de tal sentimiento
por cosa de tan poca importancia, pidió perdón y dijo: “Señora
mía, no quiero palmas de hombres, espero recibir la que por
intercesión vuestra me ha de dar mi Señor Cristo”. Y continuando
en oración vio que el rostro de Nuestra Señora estaba alegrísimo y
el del Niño más aún, el cual mirándola le dijo: “Rosa de mi
Corazón, sé mi esposa”. La santa, humillándose grandemente
respondió: “Señor aquí esta vuestra esclava”. Rosa iniciaba,
así, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en el Perú.
Volvió
a casa con este pensamiento y determinó hacer un anillo, señal del
desposorio. Confidenciando esto con un hermano suyo, pidió que se
grabase un corazón y un Jesús, a lo que su hermano completó: “Y
una frase que diga: «Rosa de mi Corazón, sé mi esposa»”, lo que
la llenó de gozo al ver que éste repetía las mismas palabras del
Niño sin haberlas oído. Hecho el anillo, después de hacerlo
colocar en el sagrario durante los días de Semana Santa, la mañana
de Pascua lo recibió de manos del Padre Maestro Fray Alonso
Velásquez.
ORACIÓN
FINAL
¡Oh
flor la más hermosa y delicada que ha producido la tierra
americana!, portento de la gracia y modelo de las almas que desean
seguir de cerca las huellas del Divino Maestro, obtened para nosotros
las bendiciones del Señor. Proteged a la Iglesia, sostened a las
almas buenas y apartad del pueblo cristiano las tinieblas de los
errores para que brille siempre majestuosa la luz de la Fe y para que
Jesús, vida nuestra, reine en las inteligencias de todos los hombres
y nos admita algún día en su eterna y dichosa mansión. Amén.
Santa
Rosa de Lima, rogad por nosotros.
In
Nomine (†) Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amén.
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